Digimon Nueva Génesis Parte 4

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                                             7.SEGUIR, COMO BUEN SOLDADO.

-Qué pasó- me toqué la cabeza, me rebotaba, en realidad todo mi cuerpo me dolía- Ahora recuerdo, ese hijo de puta.

Tenía impregnado en mi mente esa imagen de Alice cayendo pedazo a pedazo, partiéndose por la mitad en mis brazos, mis lágrimas, que caían y se mezclaban en el suelo con su sangre y sus órganos esparcidos como quien tira basura al suelo. Mataré a ese hijo de puta de Daemon.

-Levántate, elegido, hay que entrenar- me dijo, como siempre, estaba ahí.

No saco nada con atacarlo ahora, ya me demostró que puede matarme sin ningún esfuerzo. Necesito más poder.

-Desayuno y voy.- le dije

-Como quieras.

Tengo que controlarme, siento un amargo sabor en mi boca, tengo al lado a quien mató a la persona que amo y no puedo hacer nada. Es una impotencia enorme.

Salí y lo vi junto a Guilmon X.

-Bien, ahora que haz desatado parte de tu poder podemos pasar al siguiente nivel. Toma esto- y me lanzó un anillo dorado con un símbolo negro en la parte superior, era mi emblema-  este anillo es Un Digi Ring, es capaz de potenciar tu poder y activar ciertos artículos que funcionan sólo para tu emblema, en otras palabras es la manifestación de tus poderes.- me dijo

-Si es capaz de potenciar mi poder, ¿por qué no me lo pasaste antes?

-No funciona así de fácil, eso anillo no te da el poder, tú le das poder al anillo, por ende ahora que haz despertado tu poder puedes ocuparlo y si no fuera así no tendría gracia traer a tu noviecita.

-Maldito hijo de puta.

-Eres tan patético, jajaja- se reía- a demás tenía que hacer algo con él- me miró, serio otra vez.

-Ahora toma esto- me dijo sacando algo de su túnica y lanzándomelo.

Un objeto rojo cayó y se incrustó en la tierra, era una espada roja con bordes plateados y unas ramificaciones de un rojo más oscuro en la hoja. En el mango podías ver la cabeza de un demonio sonriendo.

-Es la espada demoniaca, está hecha de un Chrome Digizoid Rojo especial que sólo puede ser sacado de las fauces del infierno.- me dijo

-¿Existe el infierno aquí?

-Sí, desde la batalla del cielo el área oscura sufrío daños y se partió, creando esta nueva área.

-¿Qué es Chrome Digizorid?- pregunté

-Es un metal único del digimundo, es bastante liviano y resiste bastante, existen diferentes tipos, el rojo es uno de los más duros y otorga gran poder destructivo- me dijo el demonio- pero volviendo al tema, esta espada es sumamente pesada y sólo se vuelve liviana si entra en contacto con el emblema de la destrucción, además si está junto al Digi Ring de la destrucción, esta espada puede absorber la energía del oponente.

-Ahora, ¡levántala!- me ordenó.

Fui hacia ella y al acercar mi mano a su mango salió una onda eléctrica roja.

-Ah- dije y luego retiré mi mano.

-No temas, está reaccionando a tu emblema, trata de reconocerlo, no te hará daño.

Algo me dice que no le crea, pero tengo que hacerlo si quiero ser mas fuerte, ¡allá voy!

Lancé mi mano de golpe hacia el mango, una onda eléctrica roja se esparció y recorrió todo mi brazo pero no causó dolor. Mi pecho, para ser más exacto, el emblema que tengo en el pecho empezó a brillar y mi Digi Ring hizo lo mismo. Cuando todo cesó, pude levantar la espada sin ningún problema.

-¿ves? ya reconoció a su portador- me dijo y sin darme cuenta estaba rodeado por 4 demidevimons- ahora, ¡derrótalos!

A penas los vi solté mi poder y el aura roja me cubrió y también cubrió a mi espada. El primer Demidevimon se lanzó contra mí y de un salto lo partí en dos con mi espada. Llovió sangre. Otro lanzó una jeringas que esquivé a penas las vi (ya me estaba acostumbrando a sus ataques) e intenté acercarme para cortarlo con mi espada y escapó al golpe, pero la hoja salió una ráfaga roja que lo partió dejando partes tan destrozadas que no parecían venir del mismo cuerpo.

-Con que estos son mis nuevos poderes, interesante- me dije.

-¡Muere esúpido humano!- dijo la pelota con alas- Demi Dart.

Esquivé sus dardos y le lancé una bola de fuego que acabó con él.

-Sólo quedas tú, pequeño.

-No me vencerás- Dijo el demonio y se lanzó a pelear cuerpo a cuerpo.

-Estúpido- le clavé la espalda en el centro de su cuerpo y empezó a reaccionar y parecía... ¿succionarle la sangre? Demidevimon llorando de dolor cada vez se "chupaba" más comenzando a secarse hasta volverse polvo y huesos (¿los digimons tienen huesos?).

-Excelente elegido- me dijo Daemon- y veo que los haz matado sin sentimiento de culpa, te felicito.

-No me preocupa, renacerán como digihuevos.

Comenzó a reírse- no lo harán.

-¿Cómo dijiste?- pregunté nervioso.

-Eso pasaba hace muchos años atrás, después de la guerra santa los digimons dejaron de renacer, al morir sus datas se destruían por algún fallo en el sistema.

-¿Por eso también sangran?- pregunté.

-Exacto dicípulo.

-Es decir que los maté de verdad- dejé caer mi espada y miré mis manos, estaban empapadas de sangre, tiritaban, le había quitado la vida a unos seres. Nunca antes había hecho semejante atrocidad. No merecían morir. ¿Qué he hecho?

-Lo que haz tenido que hacer, joven- Me dijo- esos seres son mis fieles peones, no son mas que basura.

-¿Basura? ¡Son seres vivos!

-Son débiles, inútiles.

Maldito imbecil, lo mataré, sólo debo recomponerme y volverme más fuerte y cobraré todas esas vidas que han caído. Lo juro.

-Dime, Daeomon, ¿qué fue la guerra santa?

-Una guerra en la que el gran maestro luchó junto a los demonios contra Yggdrasill y sus Royal Knights.

-¿El Gran Maestro? ¿Yggdrasill? ¿Royal Knights?

-Todo a su debido tiempo joven- me dijo- ahora que sabes de tu poder podemos pasar al siguiente nivel.

-Está bien- hice un gesto para intentar pararme pero... ¡No puedo! mis piernas cubiertas del aura roja no se mueven.

-Aún no controlas tu poder, te haz agotado en tan poco tiempo porque no controlas la energía que ocupas.

-Es sólo un contratiempo- dije e intenté pararme pero mi piernas me teblaban y apenas se movian. Era como si mis musculos estuvieran a punto de desgarrarse y mi cuerpo temblaba y me tironeaba cada vez que me movía- ¡No soy débil! - grité mientras di toda mi fuerza para levantarme. 

Abrúptamente mi eergía empezó a escapar de mi cuerpo por una especie de fuga, luego salió otra y otra. Era como si se estuviera desinflando un globo por varios orificios. Me sentí debilitado pero comencé a luchar, no iba a perder tan rápido, me intenté parar y mi aura comenzó a aumentar de tamaño.

-Estúpido, vas a estallar- me dijo con un tono de indiferencia.

-¿Qué?

De pronto toda mi energía se lanzó hacia todas las direcciones, destruyendo toda el área, rasgándome la piel y rompiéndome algunas costillas, dejándome gravemente dañado. Me encontré dentro de un cráter.

-Sobrecargaste tus poderes- Dijo Daemon.

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