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De alguna manera, la comida empieza su recorrido y se alarga prácticamente hasta las tres.

No entiendo nada, e inconscientemente me encuentro todo el rato esperando el momento en que uno de ellos se gire y me diga que todo esto es un sueño.

No puedo explicar cuán agradecida estoy con Niall. Me ha sorprendido con esto y hasta se ha acordado antes que yo que Nick y Kathy estaban aquí, y eso que ellos mismos me lo habían dicho hace unas dos semanas.

Estar con Niall, estar con todos, juntos, es tan extraño... Pero, anhelante, a la vez, como si hubiese estado mucho tiempo esperando para esto. Quizá lo he estado.

La última vez que nos vimos todos fue hace unos cuatro meses, y por cómo ha ido la conversación parece como si sólo haya pasado una semana. Kathy y su hermano mellizo Will, que, al igual que yo, es la primera vez que vienen a esta casa, nos cuentan que sus vacaciones aquí se alargan hasta dentro de un mes, o quizá más, y por la manera en que Nick mira a Kathy siento como si es un tema de discusión entre ellos. Aunque Nick mira a Kathy como si ella fuese todo un mundo.

A quién sí que he echado de menos es a Jake. Mi mejor amigo. Mi compañero. Últimamente ha más ocupado de lo normal, y por eso llevamos casi un mes sin hacer Skype. Aunque me ha enviado mensajes cada día. Ahora es casi un súper famoso y por la forma en que habla sobre el rodaje sé que le está encantando. Además es un manera de ayudar económicamente a sus padres. Pero sé que eso último nunca lo admitiría. Nos enseña el borrador de tráiler que tienen pensado mientras comemos una especie de puré que ha preparado Kathy.

Entre todo, tengo tiempo de averiguar que mi mareo no decrece. Soy capaz de escuchar, reír y comportarme de forma normal, pero cuando inspecciono en mi cabeza es como si oyese el repiqueteo acompasado de unos tambores, que parece estar a segundo plano, interminable.

Niall se sienta en frente mío. Se me hace muy extraño tenerle tanto rato tan cerca, pero a la vez me gusta. Intento que ninguno de mis pensamientos vaya dirigido a él en toda la comida. En vez de eso, aparte de hablar y contar hasta lo que mi cabeza me permita, intento fijarme en todo. En cada detalle que en todos estos meses no he tenido. De Jake, con su pelo negro idéntico al mío, y en cómo ahora todo lo que hace parece haber pasado por un filtro y se moviese en cámara lenta. De Nick y Kathy, aunque los haya visto hace un poco más de una semana. Y de Will, que habla poco, pero está pendiente de todos.

 Me fijo en cómo todo el mundo parece feliz y cómodo, tranquilo y animado. Al final, también me fijo en Niall, y en como parece que nada haya cambiado.

Intento quedarme con un poco de todo hasta que Nick y Will se van a hacer la siesta y Niall se va al patio de atrás a hacer no-sé-qué.  Al principio ayudo un poco a Kathy con los platos y esas cosas, pero en algún punto indefinido de la tarde me escabullo a la piscina para mirar el mar (sí, la piscina da al mar). Me aseguro que Niall siga ausente, y enciendo unos cigarrillos. No le he contado que he            empezado a fumar. Tampoco tengo pensado hacerlo; sé que se pondría furioso. Prefiero ahorrármelo.

Alrededor de las siete empieza a ponerse el sol. No, no es que el sol se ponga, es que descompone el cielo. El horizonte tiene un tono rojo ladrillo. El resto del firmamento está recorrido por líneas de color rojo intenso. El mar parece haber sido reemplazado por piedras preciosas que descansan tranquilamente en la superficie, y me doy cuenta que la casa de verano de los Worrington (los padres de Nick) se ve más bonita bajo las luces ámbares. Aunque esta casa se ve bonita bajo cualquier luz.

-¡Valerie salimos en diez minutos! –chilla Kathy desde dentro de la casa.

Me giro en su dirección.

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