‘Estás gorda’ dos palabras, un espejismo, llantos, dolor. Nunca he parado a pensar si las que caemos en esto, realmente tenemos unos kilos de más. ¿Los tendremos? ¿O simplemente nos dejamos guiar por estereotipos baratos que nos venden en revistas y televisión? No sé. Demasiados anuncios 'adelgaza 4 kilos en dos días’. Demasiadas búsquedas en Google de como adelgazar, terminadas en 'ayuno’. No sabía la existencia de esa palabra hasta que me informé de como adelgazar rápidamente. Sí, claro. Perdí peso. Todas perdemos peso si no comemos. ¿Pero donde está la letra pequeña? ¿Dónde está escrito que me obsesionaré con adelgazar más y más? ¿Donde pone que se me irá la menstruación? ¿Dónde? ¿Quién me explica que me desmayaré? Nadie. Solamente pone: 'adelgazarás’. La palabra mágica. La palabra que a todas nos lleva a tirarnos por la borda. No nos damos cuenta de que elegir ese camino, es elegir entre la vida o la muerte. No me refiero a morir literalmente. Me refiero a vivir muriendo. Vivir sin ganas, vivir sin fuerzas. Caminar y sentirte pesada. Mirarte al espejo, 'necesito más’. Prometo parar. Déjate de hacerte daño. Quiérete. Es difícil. Difícil elección. Una cabeza dividida en dos partes. La que te quiere matar y la que quiere que vivas. La que te dice 'pide ayuda’ y la que te dice 'gorda de mierda’. Una obsesión que no te deja vivir. Espejos, básculas, llantos. 'eres una puta foca, deja de comer’. Mamá, estoy bien. Mamá, yo como. Mamá, no me pasa nada. Duele. Duele no llegar a tu meta. Duele sentirte inútil. Duele ver que no sirves ni para conseguir lo que más deseas. Pero tú puedes. Te lo dices a ti misma. Cuando llegue a mi meta pararé. No paré. Seguí. Seguí haciéndome daño. Queriendome menos, pensando que con unos kilos de menos me querría más. Supongo que nadie lo entiende. Un poco menos. Un poco menos. Peso un puto gramo más. Me odio. A correr. Me despierto en casa, mamá está preocupada. ¿que ha pasado? ¿Hija? Nada mamá. Te has desmayado. ¿Has comido? Claro mamá.
Mentiras, lágrimas, ¿y todo para qué? Para acabar con un diagnóstico que te marca el resto de tu vida.