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Ya nada queda, nada, absolutamente nada. No puedo esperar nada de la vida, ya nada llama mi atención o revive mis ganas de vivir.
¿Qué puedo esperar? Un amor, esperanza, una cura, que eliminen mi excesiva depresión. Nada de eso puede pasar, más bien, nada de eso puede salvarme, ya ha pasado y no ha funcionado.
Mi vida, mi corta vida, se basa en éxitos, fracasos, perdidas y bienvenidas, básicamente es como la vida de todos. Pero deseo más de ella, deseo cosas que se que no van a suceder y lo se perfectamente porque mi mente no piensa igual que las de ustedes, se los aseguro.
No intenten salvarme, no intenten meterme ideas esperanzadoras que no servirán de nada, solo confirmara la estupidez de ustedes y mi forma de verlos.
Se que muchos me verán como “la persona estúpida que no tiene razones para suicidarse” que “solo quiere llamar la atención”.
Si querer llamar la atención es eliminar con la vida, es querer dejar de sufrir, es querer dejar de vivir sufriendo, pues llámenme estúpida, hipócrita, llámenme como quieran, no me va a importar.
Así soy yo gente, acéptenme. Ahora que muero acepten a la persona que soy, era y que voy a dejar de ser.
No voy a existir más, espero dejar bonitoss recuerdos y malos también, palabras, dolorosas, historias, ideas, anécdotas, orgullo y también tristeza.
Pueden pensar que soy una persona egoísta que no pensó en su familia, que no pensó en que iba a dejar tristeza. Razonen un poquito y piensen que más egoísta es dejar que una persona viva sufriendo para no hacer sufrir a los demás.
Entiéndanlo, no me lloren, recuérdenme al ver las cosas que me gustan.
Me voy, con mi orgullo alto pero la autoestima baja, desesperanzada pero sabiendo que mi elección es la correcta. Me convertiré en cenizas. Y me iré feliz, porque muero cuando quiero y como quiero, cosas que muchos de ustedes no podrán hacerlo.
Los veré… o no.

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