—Me voy.
Dejó plantado a la muerte que parecía divertido, y cruzó la calle camino a su tan inesperada Eva.
La campanilla que anunciaba un nuevo cliente sonó pero nadie había prestado atención alguna a excepción de una chica de cabellos oscuros que había pensado que era la oportunidad de escapar de aquel cliente pervertido que ya había comenzado a sacarla de quicio. Se dio la vuelta alegando que tenía que seguir atendiendo a otros clientes. Pero no había nadie en la entrada. Todo parecía normal.
Sin embargo sentía la horrible sensación de que alguien la miraba. Cada parte de su cuerpo parecía estar alerta a la amenaza. Así que dio un vistazo a su alrededor.
Había un hombre sentado en la mesa más alejada y escondida del lugar. Tenía una figura tentadora pero algo en sus entrañas le decía que era un peligro para su seguridad, y como nunca, sintió tanto miedo que quería salir corriendo. Inmediatamente sus ojos se posaron en los de él y el mundo se disolvió como magia, una fuerza magnética la arrastró hasta la pérdida de su voluntad y simplemente caminaba hasta tener un enfoque cercano con esos ojos grises. La necesidad frenética de saber quién era ese hombre la había atrapado.
Y aquel hombre parecía satisfecho con el efecto. Sonreía de una manera tan maliciosa que podría ser algún personaje de esas películas de terror que tanto odiaba, ahora sabía que ese tipo de escenas podían ocurrir, y algo oscuro que parecía venir de aquel desconocido se apoderaba de ella, envolviéndola a algo mas siniestro. Tenía que resistirse de algun manera efectiva para no caer en la boca del lobo...—Blair, ¿Qué te pasa?—una voz femenina le hablaba preocupada.
Pero la chica no le hacia el menor caso. Seguía caminando con la cabeza dirigida a la mesa del rincón. Estaba inmersa en otro mundo.— ¿Blair?—insistió la otra chica.
Ella reacciono confusa y un tanto mareada. El alivio la inundo.—Lo siento, Kim. Estoy distraída. —dijo Blair, disimulando la angustia.
—Amiga reacciona. La capitana ya te está mirando con malos ojos. Ya la conoces.
—Es que...bueno...
—Ya te está afectando el estrés. Pareces una loca mirando así a la mesa.
— ¿Qué?—Blair Dirigió su atención nuevamente a la mesa del rincón y el hombre seguía allí, riéndose.
Era fácil concluir que su amiga Kimberly no podía verlo a excepción de ella. Si no inmediatamente se le hubieran alterado los nervios al ver semejante hombre. Aquel cabello castaño claro lo hacía ver apuesto y juvenil. Y tenía unas facciones muy bonitas y perfectas. Su aspecto físico marcado por músculos lo hacían parecer amenazante y autoritario. Resultaba aterrador.
Mientras tanto, satanás se estaba divirtiendo mucho, causándole un colapsó emocional a la pequeña muñeca que paseaba por las mesas atendiendo a la gente. Aquella chica era toda una novedad. La coleta larga y oscura le oscilaba entre los hombros cuando se movía. Sus ojos negros parecían acercarse más a la profundidad. Tenía un rostro juvenil y delicado con un toqué sensual en aquellos labios carnosos bañados en un tono rosado intenso, y aunque su estatura era baja tenía buena figura. Aunque no podía hablar maravillas de su atuendo.
En algunos momentos intentaba adentrarse a su mente descifrando como podía quebrantar su fuerza. Pero siempre era expulsado. Tal acto, provocaba que deseará más su alma, tanto que, podía abalanzarse sobre ella para arrebatársela. Era toda una nueva sensación, tan placentera, que se sintió poderoso, estaba deseando un enfrentamiento directo con ella, urgentemente. La primera vez que no sabía cómo reaccionaría su presa, así que estaba a la expectativa, y ansioso.
Seguía mirándola pero sin ningún tipo de atención a lo que estaba haciendo, solo esperando una oportunidad. La verdad es que notaba que su presencia le afectaba de sobre manera, después de todo como puedes entender que solo tú puedes ver a alguien, apenas si podía concentrarse en lo que estaba haciendo. Entonces surgió un pensamiento en los adentros de la chica.
«Justo ahora puedes tomarlo» pensó ella. «Es una buena propina y nadie está atento. Puedes tomarla»
Rápidamente presto atención a la escena. La Eva estaba dejando los platos de una orden, mientras dirigía la mirada en la otra mesa de enfrente que estaba vacía. Y efectivamente, había una buena cantidad de dinero.
«Necesito el dinero y Kimberly entenderá» «rápido, rápido, rápido»
El nerviosismo se le notaba en la cara a la inocente. Eso le causo mucha risa a satanás. Se notaba que no era de las que hacia cosas malas antes de pensarlo con detenimiento y al final, terminaba sintiéndose culpable.
«Cálmate, estás pensando mal las cosas» «mejor olvídalo»
Ya estaba flaqueando. Tenía que aprovechar esta oportunidad para averiguar quién tenía más fuerza. El y su poder de dominio, o ella y su libre albedrio. Tomo de punto de partida el primer pensamiento que tuvo la chica, y simplemente incremento el deseo de manera frenética.
Y el cambio brusco de ideas tomo por sorpresa a Blair. Era como tener pensamientos con la misma vocecilla pero no era algo que viniera de sus propios adentros, el impulso de querer tomar ese dinero se estaba apoderando de ella, y su cuerpo estaba reaccionando también a esa insistente voz, que le decía que lo tomara sin remordimiento alguno. Sus pasos se acercaban a la mesa y sus manos se estaban quemando por obtener aquel pedazo de papel que valía más que cualquier otra cosa que ella pudiera ofrecer.
«No hay nadie mirado, y Kimberly jamás notara que ese dinero estuvo allí. Además por alguna razón nadie te está mirando. Es una señal, de que debes de tomarlo antes de que se pierda esta oportunidad» introdujo en pensamientos satanás.
«Debo de pensar solo en mí. Yo lo necesito más que ella, no le importara que lo haga si no se entera»
Con estos últimos pensamientos se prendió algo dentro de las ideas de Blair que se mostraron como una esperanza ante tales pensamientos tan peligrosos. ¿Solo pensaba en ella misma? No recordaba que tuviera ese tipo de egocentrismo. ¿Sería capaz de fracturar su amistad con Kim? Si tomara ese dinero que su amiga ganó, no tendría valor de mirarla otra vez a la cara, se sentiría como una ladrona. Una traicionera.
Así que retomo el control de sus pensamientos y se dijo así misma que ella tenía valores que no podía dejar a un lado ni tampoco ignorar. Simplemente porque era una persona con valor.
Satanás se enfureció sin refrendo. ¿Qué se supone que significaba todo esto? Desde el principio los humanos habían representado una debilidad en la historia de la creación, incluso cuando pensó en la rebelión, y sus propios deseos siempre se habían convertido en su mejor arma contra ellos. La antigua Eva era la prueba perpetua de que los seres humanos le veían más valor a sí mismos que al dios que los creo y el querer dominar el conocimiento, había provocado aquel final fatal del paraíso. ¿La nueva Eva? Esa mujer no tenía nada de parecido con ella. Si por mucho era más inteligente que la otra, ¡maldición! ¿De donde era esa mujer?— ¿Quién eres? — murmuro satanás. Captando que Blair lo miro.
Ella no oculto la sorpresa al contemplar el rostro encendido del hombre que permanecía como un halcón cazando a su presa.
Sin embargo, no dejo que esto lo detuviera en sus intenciones ya que busco rastros que le permitieran adentrarse en sus pensamientos oscuros pero la oportunidad no se presentó más. De modo que, se levantó de su asiento exclusivo y se acercó a ella de manera que esta captara el reto que estaba a punto de ponerle. Un hombre que atendió se estaba levantando para salir del sitio y con sus invisibles manos saco sin problemas la cartera que se encontraba en su bolsillo trasero, hecho que Blair no pudo ignorar y que no supo cómo interpretar.
No entendía las razones de aquel misterioso hombre, si es que eso era, su insistencia por que cometiera falta a sus principios la perturbaba mucho, y sin embargo, el misterio la atraía como un imán.—Tómala. — ordeno satanás, mientras miraba a Blair.
Los ojos de ella se mantuvieron en la cartera pero sin intención alguna de obedecer.—Hazlo. —insistió el.
La presión cayó sobre ella como una enorme piedra. Sentía que sus palabras se parecían a las que su conciencia intentaba venderle hace un momento. Era el clásico angelito bueno y malo que le sugerían hacer cosas diferentes. Como temía que alguien pudiera escucharla, y esperando que sus deducciones acertaran, intento enfrentarse a el hombre a través de sus pensamientos.
«No me impongas tu voluntad» declaro Blair, con firmeza.
Y como esperaba, el hombre reacciono a su afirmación. Y como una respuesta al desafío se aseguró que su ángel malo viera cuál era su opinión acerca de sus pensamientos negativos, levanto la cartera y corrió tras el cliente que la había perdido para luego, entregarle la cartera al dueño ante su presencia.— Las de tu clase son tan predecibles. Creen que haciendo este tipo de acciones no serán juzgadas, pero también se resbalan en la misma porquería.
El miedo que provocaba la asustaba, pero tenía que mantener la cordura.— ¿Qué quieres probar? —pregunto Blair, mientras regresaba al restaurante.
—Que eres la nueva Eva.
Esto dejo fría a Blair, pero no se detuvo.
— ¿Quién eres?—Más bien es lo que quiero, de ti. —declaro satanás.
—No vas a poder jugar conmigo. Como ya viste soy más inteligente que Eva—afirmo Blair. — así que déjame en paz.
—Y muy predecible. — agrego satanás.
—Aunque tuviste esa ventaja. Perdiste. — sentenció ella.
—Palabras correctas. —Concedió el. —Pero mi intención no es competir, sino, destruir.
Las palabras la atravesaron como una espada. Recordó que se encontraba sola con un hombre aterrador y un escalofrió corrió por todo su cuerpo. El miedo que le provocaba la hacía sentir vulnerable y presa fácil. Intento mirarlo por última vez para saber qué tipo de sensación le traería, y vio que sus ojos le brillaban. Algo le decía que no la dejaría en paz. Jamás.
Pero sin más, siguió caminando, hasta llegar al restaurante, para terminar su turno.
ESTÁS LEYENDO
Felony (la tentación)
ParanormalDespués de enamorarse de una humana, la muerte es encerrado en el sheol(lugar donde los espíritus humanos descansan hasta la resurrección), después de pasar mucho tiempo en ese lugar piensa que si lleva a una muerte violenta a un humano podrá desapa...