Tentación 1:9

21 5 3
                                    

Lo primero que vino a la cabeza de Roslyn fue abrazar a la muerte con todas sus fuerzas, así que dejándose llevar por el impulsó, corrió a su dirección pero la detuvieron las sombras al estar a unos pasos de él.

     —No me toques—pidió la muerte afligido.

Entonces ella recordó.

     —Lo había olvidado.—si no la hubieran detenido a tiempo, habría sufrido viendo y sintiendo su fallecimiento,otra vez.—Discúlpame.

A pesar de los años transcurridos, siempre le dolía la parte donde tenia que mantener la distancia para no causarle ese tipo de dolor a Roslyn. Cuando fue creado le dieron la habilidad de poder causarle incertidumbre a los humanos, haciéndoles ver el momento de su muerte tan solo con tocarlos. Claramente cuando no tenia humanidad, esto resultaba algo excitante pero después de conocerla se volvió una barrera entre ellos.
Le dolía igual que en el pasado.

     —¿Aún te alegras de verme?—preguntó la muerte inexpresivo.

Ella pensó que se refería al día que la encontró en la casa. Aquella vez, sentía que pronto llegaría su último aliento pero no estaba lista para dejar este mundo. Entonces la muerte apareció, seguramente para llevársela, estaba tan sorprendido que apenas podía mirarla a los ojos. Al final, se había ido sin decir nada, y sin intentar ayudarla a salir de ese terrible castigo.

Después de eso, odió a la muerte. Por un largo tiempo, se había sentido traicionada pero con el paso de los siguientes meses entendió que aunque hubiera intentado, no podía enfrentar la influencia de satanás.

     —Conozco los limitantes que te frustran.—Roslyn lo miró—Tranquilo, aunque satanás intentó ponerme en tu contra. Yo jamás dude de ti.

     —¿De verdad?—pregunto él, nuevamente mirándola a los ojos.

     —Claro.—afirmó ella, acercándose mucho a la muerte, teniendo cuidado de no tocarlo—Yo se que jamás renunciarías a tu humanidad. Significaría perderme a mi, también.

El maldito le había dicho todo. Y seguramente este encuentro seria una prueba más. Podía olvidar todo y seguir con el plan ó traicionar a su creador, otra vez.

Roslyn estaba tan preciosa que apenas podía controlarse. Su cabello color castaño claro, sus ojos oscuros, aquella piel perfecta y delicada ante sus ojos. La tensión que se apoderaba de él tan solo por querer besar sus tentadores labios...

     —Es lo que quiero.—aclaró la muerte.

Ella se quedó muy impresionada. Obviamente no esperaba esa respuesta.

     —Mientes

     —La humanidad es una carga que no se manejar, Roslyn.—comenzó a decir alejándose de ella.—Apenas pude lograr salir del sheól. Y no pienso regresar.

     —¿Me abandonas?—se apresuró a preguntar ella.

     —Supongo que es de esa manera.—afirmó con una amarga sonrisa.—Esta vez seré yo quien corra.

Le estaba dando un golpe bajó. Al parecer aquel día que fueron atrapados, aún le dolía, aun recordaba como había salido huyendo.

     —Iré detrás de ti—respondió mientras veía que se retiraba.—¡Mientras me sigas queriendo, buscaré la manera de hacer que cambies de idea!

En el fondo, la muerte deseaba que lo hiciera. Si hasta el final seguía detrás de él, sin dudar volvería a traicionar a satanás. Esta vez Roslyn tenia que demostrarle cuanto lo amaba.

Cuando lo vio salir de la habitación se dejo caer al suelo y las lágrimas corrieron por sus mejillas. Tenia miedo de perder toda esperanza.

     —Parece que las cosas no salieron bien—satanás la sorprendió.

     —¡Tu planeaste esto!—espeto Roslyn, limpiándose las mejillas.

     —Solo quería apagar sospechas.—respondió, mientras tomaba asiento en uno de los sillones.—Afortunadamente, todo salió... inesperadamente bien.

Por supuesto que todo parecía estar bien pero satanás aun no confiaba del todo en la muerte, después de todo, aun había humanidad en él.

Por eso el plan era perfecto. Ahora que la nueva Eva tenía todo lo que quería era momento de sacarla de su zona de confort. Un colapso emocional era todo lo que necesitaba para darle un giro a todo esto. Y además de tener a la humana correcta para el trabajo, podía averiguar que tanto era verdad la ansia de la muerte por perder su humanidad. Dos pájaros de un tiro.

     —Deja de lloriquear—exigió satanás,mientras le tiraba un pedazo de papel.—Mírala.

Roslyn se limpió el último rastro de humedad y levantó el papel que parecía ser una fotografía. En ella aparecía un chico. Bastante guapo debía de admitir.

Seguramente tenía algo que ver con los "servicios". Tal vez se trataba de un ingenuo que había caído en su trampa.

     —¿Que se supone que haga con esto?—señaló ella.

Satanás se levantó y camino por la habitación con el rostro llenó de satisfacción.

     —Quiero que lo apartes de una mujer—explicó, mientras seguía dando vueltas—y que sea rápido. La paciencia se me esta agotando.

¿Acaso estaba loco? Pensó ella.

     —Sigo sin entender que es lo que quieres.

Roslyn notó que ya había perdido la paciencia en cuanto vio sus ojos enrojecidos.

     —¡Quiero que lo alejes de mi víctima para que pueda arrastrar hacia mí!—la agarró de la ropa y la levantó hasta tenerla cerca de su cuerpo.

     —Y con esto ¿Quieres perjudicar a la muerte,también?—puntualizó Roslyn con el pulsó acelerado,intentando mantenerle la mirada.

Las carcajadas burlonas no se hicieron esperar.

     —¡¿Crees que soy estúpido?! Una perra como tú, jamás se enamoraría de alguno de los míos. ¡Así que deja de fingir que te importa lo que él va a pensar!—el enfado hizo que la azotara contra el suelo.

El dolor que sintió Roslyn cuando su cabeza choco contra el suelo le hizo derramar lágrimas. Tenía que encontrar una manera de salir de todo eso, antes que terminara siendo asesinada.

     —¡Eres un maldito desgraciado!—exclamó Roslyn, con el temblor en sus labios.

     —No me hagas perder la paciencia—la agarró de la muñeca—Y aleja a ese estorbo.

Ella tenía el corazón acelerado. Estaba bastante asustada y mareada.

     —¿Porqué no usas a tu desgraciada bruja?—preguntó con brusquedad—La mataría sin problema.

Esa fue una opción que considero, y por supuesto, no funcionó. Por alguna extraña razón, la mujer era inmune a todo tipo de magia negra. La única manera de tener una oportunidad contra ella era que le entregara su libre albedrío, y eso no es tan sencillo como parecía.

     —Si hubiera funcionado, no estarías aquí—aclaró soltándola.

Esto llamó la atención de Roslyn. Eso era casi imposible, a menos que se tratara de alguien especial. Antes que pudiera darse cuenta desvaneció la sorpresa de su rostro y trato de ignorar el asunto para no despertar sospechas.
Tal vez esa mujer de la que hablaba era su salida de escape, tenia que conocerla pronto.

Si ya estaba condenada a hacer lo que satanás quería, tal vez esa chica estaba condenada a someter a el mismo príncipe del engaño.
Cuándo recuperó fuerzas para levantarse, el mareó la hizo tambalearse, la cabeza le dolía bastante y la vista se le estaba nublando. Las fuerzas la estaban abandonando y...

     —Samael...—murmuro mientras se desvanecía.

Lo último que alcanzó a ver fue a una de las sombras corriendo hacia ella, mientras el demonio la miraba desconcertado.  Hacia bastante tiempo que un humano lo llamaba por ese nombre.

Felony (la tentación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora