Ronal Stewart.
¿Acaso quieren saber como era mi vida ante de que sucediera lo que sucedió? Esta bien. Mi vida era la de un adolescente rebelde sin causa me gustaba desobedecer a mis padres, vender armar, meterme en muchos problemas y estar con chicas, mis padres nunca quisieron tenerme, mi hermana era su mayor orgullo en cambio yo era la pesadilla, pero nunca me importó, mi vida no era perfecta pero me gustaba como era, hasta que un día la policía me arrestó y como era sólo un adolescente le propucieron a mis padres enlistarme en el servicio militar para así poder "castigarme o darme una lección" pff ¿lección, castigarme? Con migo no iban a poder, pero tampoco me gustaba la idea de ir al ejército y morir en la estúpida guerra, pero aunque no quisiera ir ya estaba decidido.
Esa tarde mi padre y yo nos dirigimos a una casilla de registro para enlistarme, como siempre mis amigos rondaban por allí así que decidí dejar a mi padre e ir con ellos, paso una hora y el idiota de Michael Tomson apareció, verdaderamente me gustaba fastidiar a ese tonto.
-Miren a quien tenemos aquí al maricotas de Michael- dije acercandome con mis amigos.
-No fastidies Ronald, hoy no estoy de humor para soportar tus estupideces- respondió el muy idiota.
¿Humor? ¿Estupideces? ¿pero que le pasa a este idiota? Me decía, rápidamente toma su bicicleta y la lance haciendo que se rompa un poco.
-¡Oye maldito imbécil! ¡¿que demonios te sucede?!- exclamó.
-¿Que harás he?- lo desafie.
De inmediato comenzamos a pelear, pero nuestra pelea fue interrumpida por dos soldados que nos separaron y no muy lejos de nosotros noté que estaba parado un sujeto que parecía ser un general por la ropa que traía puesta, el nos hizo seña con la mano para que lo siguieramos, yo y Michael lo seguimos con los dos soldados tras nosotros, llegamos a una abitacion de un edificio no muy destruido y allí el le hizo señas a los soldados tras nosotros para que se retiraran.
-Pude observar su manera de pelear y me han sorprendido mucho- comenzó a hablar caminando de lado a lado.
-¿Que quiere de nosotros?- pregunté arrogante.
-Lo que quiero es que vengan con migo, verán nesesitamos hombre para unos experimentos y ustedes son perfectos, pero sólo tiene que aceptar.
-¿Y por que habríamos de aceptar?- volví a preguntar arrogante.
-Tu debes ser Ronald Stewart ¿verdad?
-Si ¿cómo lo sabes?
-Me tomé la libertad de leer tu expediente delictivo y si que tienes muchos delitos y penas que cumplir, y que tus padres quieren anotarte al servicio militar por órdenes de la ley, pues si vienes conmigo todos esos delitos dé irán y cuando los experimentos terminen volveras aquí.
-Esta bien iré- dije sin nisiquiera pensarlo la idea de que todos mis expedientes delictivos desaparecieran y que en el ejércitos hay muchas mujeres sexis, me fasinaba.
El general comenzó a hablar con Michael pero no les preste atención, sólo pensaba en los experimentos tal vez no sean tan malos como la palabra los hacia ver, tal vez sólo es un entrenamiento simple y sencillo. El general terminó de hablar con el tonto de Michael y se retiró por unos minutos, al reaparecer ya no estaba sólo si no que cuatro soldados lo acompañaban y en ese momento nos sujetaron e el saco de su bolsillo un estuche con una jeringa dentro, Michael y yo por instinto intentamos apartarlos pero eran más fuerte que nosotros, el general se acercó a Michael y le inyectó la jeringa en el cuello haciendo que quedará inconciente, de inmediato supe que me tocaba a mi así que intente pelear todo lo que pude pero el logro inyectarme otra jeringa un poco más grande que sacó de un maletín antes de quedar inconciente del todo lo maldije "maldito imbécil me la vas a..."
Desperté por que me caí de la cama "bonita forma de despertar imbécil" me dije a mi mismo.
-¿Estas bien?- una vos femenina se escuchó tras de mi.
Me voltee y vi a una mujer rubia con bata de doctora, que extendía su mano para ayudarme.
-Si- dije y sujete su mano para levantarme -¿En donde estoy?
-Estas en una de las bases secretas militares del Gobierno, yo soy la doctora Hernández yo supervisare les experimentos.
-¿Cuanto tiempo he dormido?
-Un día y tu amigo aun no ha despertado como la joven que llegó hoy.
-¿Amigo? ¿cual amigo?- pregunté extrañado.
-El muchacho que llegó, con tigo el general Richardson dijo que eran amigos.
-¿Michael? Claro que no el y yo no somo amigos y jamás lo seremos.
-Esta bien, yo vendré dentro de un par de horas a ponerte otra inyección por mietras conozcance.
La doctora de fue y yo me quede observando a los dos muchachos que estaban haciendo otras cosas ignorandome.
ESTÁS LEYENDO
Super Humanos. #MixAwards #NA2017 #WGA2017 #BW2017 #HWStory #ArtAwards
Ciencia FicciónNunca nos imaginamos lo que verdaderamente pasaría, en lo que verdaderamente nos estábamos metiendo, nuestras vidas darán un giro de 180 grados al darnos cuenta lo que íbamos ser apartir de ese momento en donde pisamos el cuartel. El nos dijo que na...