Capítulo 27

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-¿Qué  hice mal? - ella preguntó y Calum saltó sobre la cama quedando frente a ella.

- Es que estás acostumbrada a su atención, paso lo mismo aquélla vez que nos dijo que era tutor de una chica y ni te miró ese día. - Calum rodeó los ojos cansado de la actitud de su mejor amiga.

-No es éso, es qué estoy muy confundida. - Litzy agarró una almohada y la puso en su cara.

-Ni pienses en gritar, éso estaría muy ridículo. Sólo pasa en las películas, por favor. - Calum comenzó a reír.

- Es que creó, bueno, supongo qué... - se detuvo a pensar en lo que estaba por decir.

- ¿Qué? - Calum por primera vez la miró mientras la conversación.

- Creó que me gusta Michael - respondió sin más.

En el rostro de Calum había una sonrisa y en sus ojos diversión.

- Creí que nunca ibas admitirlo - su risa podía sonar por toda la casa.

- Bien, ríete todo lo que quieras. No te volveré a decir nada en la vida sobre mis sentimientos. - nuevamente puso la almohada en su rostro.

Calum quitó la almohada del rostro de su amiga.

- Bien, supongo que nadie te tendría que decir algo sobre éso ya que es muy claro lo que tienes que hacer - Litzy lo miró y él le sonrió.

- ¿Qué se supone que tengo que hacer? - miró a su amigo en busca de una respuesta.

-Decirle que te gusta, él también se cansa de esperar. Hazlo antes de que sea demasiado tarde, ya te estás tardando. - finalizó Calum mientras seguía revisando su celular.

Litzy se quedó en silencio por unos largos minutos meditando las palabras de Calum mientras la puerta de entrada sonaba.

-¿Puedes abrir? Iré al baño a ordenar mi cabello que esta hecho un desastre - no esperó respuesta del chico, simplemente entró al baño y entre quejas Calum bajo abrir la puerta.

Litzy se encontraba mirándose en el espejo mirando su cabello que se encontraba enredado, no podía pasar el peine sin que este se quedará entre sus cabellos. Se sentía un desorden completo, sus ojeras la hacían parecer panda y algún que otro pequeño grano en su rostro. Su piel no era la más suave, en cambio la encontraba incómoda con el frío en ésa estación su piel luce reseca y ni con un montón de cremas puede cambiar éso.

Unas voces se escucharon por las escaleras llenando el pasillo de carcajadas, ella sabía perfectamente de quién se trataba. No le hacía falta verlo para sentirlo, con su simple voz lo podría reconocer desde lejos. Sintió nerviosismo al escuchar al chico y más cuando entre su cabello estaba un cepillo atascado, puso rápidamente un poco de crema para el cabello y en unos cuantos minutos todo volvió a la normalidad. Decidió dejar en paz sus ojeras y salir como era, total no se miraba tan mal o al menos éso quería pensar ella.

- ¿Éstas lista? - preguntó Calum del otro lado de la puerta.

- Sí, creó que por fin tengo todo en orden. -respondió mientras abría la puerta del baño.

Al abrir aquélla puerta Michael entró o más bien Calum lo empujó y sintió un tirón por la otra parte de la puerta. Calum los había encerrado.

- ¡Vamos! No me puedes hacer esto. - no pudo evitar sentirse débil ante la presencia del chico.

- Si puedo, tienes que decir la palabra mágica y dejó salir a los dos - respondió acompañado de una carcajada.

Litzy no respondió, decidió pensar en lo que podría ser pero había un montón de opciones.

-Bien, te daré una pista. Me lo has dicho esta mañana. - el rostro de Litzy comenzó arder de vergüenza.

Aunque Michael no sabía de lo que se trataba no pudo evitar sentirse avergonzada.

- ¿Qué te dijo? Vamos Litzy, tienes que decirlo. - Michael suspiró frustrado.

¿Acaso le molestaba su presencia al chico?

- Yo no sé de lo que habla - respondió en susurros.

- Sabes perfectamente de lo que hablo, las cosas no se olvidan rápidamente - respondió mientras reía. - ¿quieres que te lo recuerde?

- Te odio Calum Hood, me las pagarás tarde o temprano. - respondió frustrada de l situación.

- Tranquila - susurro Michael.

Y quizá en otro momento diría algo cómo "no me digas que hacer " pero realmente aquellas palabras la habían tranquilizado y más cuando su aliento pego en su cuello.

-¿Por qué tanto silencio?- preguntó mientras tocaba la puerta - ¿Ya se lo has dicho? - tocó nuevamente.

- Sólo guarda silencio. - rodeó los ojos aunque Calum no podía ver aquél acto.

- Dile, tú puedes. Es su libertad, tienes que hacerlo. - las carcajadas volvieron a salir de Calum.

El pobre chico tarde o temprano tendría que ir al baño de tanto reír.

-¿Qué me tienes que decir? - preguntó Michael a unos cuantos pasos de ella.

No había notado que vestía de negro con su chaqueta verde moco y su cabello había vuelto a negro. Estaba tan nerviosa que no lo había notado a detalle, la situación estaba empeorando.

- No estoy lista para decirlo, maldito Calum- respondió mientras soltaba un suspiro.

- Sabes como es de pesado, no nos dejará salir y la verdad es que el baño no es mi lugar favorito. - bromeó ante la situación y la miró mientras sonreía.

- Me gustas - soltó sin más.

No pudo moverse cuando dijo aquéllo, sus manos comenzaron a sudar y ni decir de su rostro que ahora se encontraba rojo, en esos momentos sentía vergüenza por todas partes.

Michael la miró por unos segundos para después bajar la mirada. Su boca se abrió pero no dijo nada y en cuestión de segundos habló.

- Litzy, lo siento. - respondió mientras la miraba.

Litzy trató de procesar sus palabras pero no tuvo ninguna respuesta coherente.

- Lo siento de verdad que Calum te pusiera en esta situación, pero tengo novia. - respondió mientras se alejaba de ella.

Mientras él trataba de abrir la puerta gritándole a Calum, ella sólo miraba aquél chico.

No tenía ganas de llorar, mucho menos de gritarle o algo parecido. Todo es consecuencia de sus actos, lo que si quería hacer era golpearse por tardar tanto en admitirlo y de paso matar a Calum Hood por pisar su poca dignidad.

La puerta se abrió dejando a un Calum muy feliz con bolsas de comida.

-Lo siento, fui por comida. -dejó las bolsas en la mesa mientras nos miraba. - ¿ya son novios?

Personas por golpear;

Calum Hood
Calum Hood
Calum Hood x1000

Ambos guardamos silencio y Calum pareció entenderlo.

- Mierda, lo siento. - respondió Calum mientras miraba a Litzy.

-Tengo que ir a casa, nos vemos luego- Michael con pasos rápidos salió de la habitación.

- ¿Qué paso? - Calum se acercó mientras trataba de abrazar a Litzy.

- No Calum, estoy bien, ¿qué has traído? - miró entre las bolsas encontrando comida china.

- De tus favoritas, me quedaré contigo todo el tiempo para que no te mates por amor. - respondió y ambos comenzaron a reír.

Después de todo las intenciones de Calum no eran malas, él siempre quería lo mejor para ella y era algo que agradecía eternamente.

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M E M E S ¬ Michael Clifford.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora