Capítulo 21: La cara B del problema

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No hay mejor momento ni lugar para empezar una nueva historia que en un bar horrible, junto tu novio con el cual llevas apenas dos semanas después de tanto tiempo de haberse vistos obligados a terminar para calmar una situación incontrolable

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No hay mejor momento ni lugar para empezar una nueva historia que en un bar horrible, junto tu novio con el cual llevas apenas dos semanas después de tanto tiempo de haberse vistos obligados a terminar para calmar una situación incontrolable. Estoy hartándome tan rápido de recordar a cada segundo de mi vida el pasado que, mientras más tiempo paso con él, más lejos parece estar todo lo que nos pasó. Pareciera que al fin somos capaces de borrar un poco el miedo que antes nos controlaba.

—¿Sabes qué es lo mejor de que tu novio ahora sea uno de los raritos cuando estaba acostumbrado a ser el cliché del popular perfecto, blanquito y heterosexual?—bromea Will, siempre tan divertido con un par de copas encima—. Que nadie se espera jamás que hayas perdido tu trono por desviarte del buen camino.

Le encanta hacer ese chiste.

—Sí, Will, qué divertido—le respondo, pasando mi mano por sus cabellos para despeinarlo. Le molesta cada vez que lo hago—, solo intenta no repetirlo. Tampoco queremos matar a nadie de la risa.

Hemos vuelto un par de veces al bar, en especial los jueves después de clases, para pasar tiempo de calidad solos. Empezamos a salir tras llegar a la conclusión de que, si la historia tiene que repetirse, lo hará intentemos lo que intentemos. No hay manera de pararla, pero sí podemos controlar cómo la enfrentamos.

Se siente más fácil con él a mi lado. Durante las clases seguimos sin ser del todo capaces de hacer las cosas que el resto de parejas hacen, tal como darnos las manos o abrazarnos en público, por lo que intentamos darnos nuestro espacio. No le dijimos a nadie todavía que volvimos. Will siguió con su postura de ya veremos aunque yo insista en que Bailee, por ejemplo, lo recibirá bien. Una parte de mí quiere contárselo para tranquilizarla, para decirle que nada va a afectarla a ella como tanto teme.

Después de acabar con nuestras bebidas, Will y yo nos vamos del lugar cada uno por su lado. No sabría decir si estas dos semanas fueron las mejores de mi vida o al mismo tiempo las que más confusión me generaron. Aceptar que tengo novio me lleva también a tener que afrontar la idea de que, algún día, tendré que hacerlo saber. No puedo mantener una relación oculta para siempre, al fin y al cabo. Mientras tomo mi bicicleta y me monto sobre ella, como de costumbre, me es imposible hacer a un lado el mismo pensamiento que me invade siempre. No sería malo decírselo a mis padres al fin. Hablar y solucionar las cosas de la misma manera que lo hice con Will. Más allá de cómo se lo tomarán, habrá un lugar en el que podré sentirme seguro pase lo que pase. Si quiero corregir los errores que me llevaron a ser expulsado, debería empezar por ser sincero. A pesar de Cassie. A pesar de todo.

Sé que significaría arriesgarse. Danielle todavía parece estar aún dispuesta a vengarse de alguna forma. Y ahora que Ron está con ellos... podrían hacerlo. Pero ya se lo dije a Will y, sin embargo, él tuvo razón al decirme que con o sin Danielle y Ron de por medio vamos a tener uno que otro problema. Es tedioso. Es horrible saberlo. Los heterosexuales no tienen que pasar por esto, ¿por qué nosotros sí, si somos como ellos en todos los aspectos? Ambos somos tan humanos como el otro.

Toquemos las estrellas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora