CAPITULO 13 UN TESORO PERDIDO
Cuando pierdes algo que realmente nunca valoraste ¿Qué puede ocurrir? A veces la vida es cruel e injusta pero muchas veces solo suele ponernos situaciones que pueden parecernos de esta manera pero realmente solo están tratando de que nos demos cuenta de lo que tenemos y no valoramos, a veces la vida puede ser generosa de una o mil formas que desgraciadamente no vemos porque no es a nuestro deseo, ni como queremos por lo tanto no podemos verlo o no queremos verlo, el que las cosas se hagan como uno quiere tampoco es un modo justo de solicitar todo en este mundo, en la vida y siempre nos lo dicen ¿pero hacemos caso?
Cuando un corazón se llena de hielo u oscuridad ¿Qué ocurre con todo el amor que decías tener? ¿Qué ocurre cuando vuelves a ver aquella persona que nunca te valoro? ¿Qué tan cálido tiene que ser el sol para llegar la luz a tu corazón nuevamente y así poder liberarte de las sombras y del hielo eterno?
A veces las palabras que pudieron decirse…jamás existieron…o tal vez se queden por siempre en la memoria, pero no en la mejor forma…sino en la obscuridad total.
Helena.
Arnold caminaba tranquilamente con los ojos azules a su lado, guerreros que aún quedaban como los de los ojos verdes entre ellos Amanda y Valentin, aunque había insistido que Amanda no viniera, su hermana era más terca que…
-Es por allá –Comento Valentin señalando hacia el final de la vereda por donde andaban, los árboles y la zona de aquella selva era realmente siniestra, sus sombras no eran normales y se podían apreciar notablemente y el olor era penetrante y terrible, más fuerte que cualquier otro lugar donde pudieron estar alguna vez.
-¿Es dónde está el campamento de la sombra, cierto? –Arnold camino más hacia adelante -¿No es peligroso para ustedes?
-Debemos hacerlo, Arnold es nuestro deber, además no es el campamento, es donde están los tesoros, tesoros que solamente pueden ser tocados por sus respectivos guardianes –Miro a Arnold incrédulo –Tu eres uno, pero…la princesa Helena…seguramente la traerán para…
En ese momento se escuchó un ruido del otro lado de los árboles.Phoebe miro por un momento antes de retroceder un poco, cuando los guerreros ojos verdes iban a atacar.
-¡No…! –Arnold grito poniéndose al frente, mirando con extrañeza aquellos zafiros que alguna vez existieron ahora parecían haberse extinguido. -¿Helga?
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Miles miraba con molestia al hombre que tenía a su esposa sujetada hacia él, mirándolo con aprensión y desprecio –Quiero esos tesoros antes de que los ojos verdes lleguen ¿O tu esposa muere eso quieres? –Rio por lo bajo, ocasionándole un escalofrió fuerte a Stella –Y tu nuevo hijo –Apunto al vientre de la castaña quien dio un respingo –No soy estúpido, ahora hazlo.
-No… -Stella miro suplicante a su esposo –No lo hagasMiles bajo la mirada –Bien lo hare
La sombra rio estruendosamente mientras aventaba a Stella hacia los guardias, a quienes dio órdenes de matarla en cuanto el diera la señal –Ahora Miles –Dijo empujándolo hacia la gran cueva donde estaban, era un enorme templo, en el cual la primera vez que estuvieron Stella había dado la luz a un pequeño niño en forma de cabeza de balón extrañamente, pero lo más extraño fue que silenciara todo lo que alguna vez pudo ser destrucción para toda la selva.“Helena no debe fallarnos” pensó feliz la sombra viendo como sus planes se estaban cumpliendo de manera perfecta.
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-¿Helga? –Phoebe la miraba angustiada, quiso acercarse a ella pero algo se lo impedía
-Alexander –Murmuro mirando al rubio, quien dio un pequeño salto atrás. –VenArnold se dejó envolver por la voz cantarina que salía en aquel momento de la rubia de ojos rojos, había notado ello pero creía que era por cualquier otra cosa menos porque Helga hubiera cambiado el amor tan grande que le tenía por las sombras.
-Helena –Murmuro el rubio ya quedando algo inconsciente
-¿Arnold…? –Valentin trato de acercarse a él, pero Helga creo con su mano una llamarada de fuego que dividía al grupo de ojos verdes de Arnold -¡Arnold!-¡Arnold, no vayas! –Phoebe trataba de acercarse también pero era imposible, las llamaradas de fuego eran intensas y demandantes para la muerte.
-Mi princesa –Los ojos de Arnold quedaron en vacío, cuando llego a la rubia ambos desaparecieron.
-Ay no… -Murmuro Amanda
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Miles miraba con desprecio a la sombra mientras escavaba donde estaban los tesoros de las dos aldeas de la región de San Lorenzo, claro esto según los libros y mapas que había leído en su juventud, ya que los ojos verdes nunca le confiarían la exacta ubicación de sus tesoros a un ser humano con debilidades, así como los ojos azules tampoco le confiarían nada.Stella solo miraba a lo lejos tratando de tranquilizarse hace un rato que no se sentía realmente bien, tocaba su vientre con la mayor delicadeza, mientras respiraba trabajosamente.
Entonces un pequeño ruido solo y el calor invadió el lugar, para después dejar a la vista a Helga quien traía una capa de color rojo y debajo un vestido azul celeste de manga corta, la joven llevaba el cabello suelto, a su lado Arnold apareció también algo confundido al parecer había dejado de estar bajo los encantos de la rubia.
-¡Arnold! –Stella miro con horror a su pequeño hijo
-¡¿Ma…mama?! –Arnold no lo podía creer, quiso correr hasta ella pero no lo logro, cuando Helga puso una mano sobre su brazo. -¿Qué…que te pasa, Helga?-Oh, Arnold mi niño –La sombra frente al rubio le miro y este miro mejor al hombre que tenía frente…el hombre que destruyó por completo a su familia y que destruyo también la vida tranquila de dos tribus. –Bienvenido ¿Te agrado la sorpresa?
-Arnold –Miles miraba con horror a su pequeño hijo, con lágrimas en los ojos sin poder creerlo, después de tantos años, de tanto dolor, de tanto sufrimiento, de sacrificio, volviera a verlo de este modo y que además todo su esfuerzo fuera en vano, al final…lo encontró.
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En la selva Eduardo caminaba mientras Simmons estaba más que asustado preocupado, sus cuatro alumnos perdidos y el resto del grupo ya no estaba en el hotel según lo que dijo el director Wartz cuando apenas llevaban un trayecto del camino, ahora no debía buscar solo a cuatro alumnos sino a toda su clase, eso era sencillamente perfecto.Suspiro mientras miraba por el sendero a donde Eduardo lo conducía.
-No se preocupa señor Simmons vamos a encontrarlos, esos chicos no creo que hayan llegado tan lejos…solo me preocupa que…bueno ya sabe, que hay leyendas por aquí
-Eso es lo alarmante, Eduardo ¿si las leyendas son…son ciertas? ¿Qué hare?Eduardo no dijo nada pero en ese momento se escuchó el grito desgarrador de un niño al otro lado del sendero, eso puso la sangre helada de ambos hombres que corrieron al instante.
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-¡Suéltalo! –Arnold estaba sujetado por Athan quien había llegado en ese momento para poder ayudar a su padre con el plan.Miles miraba con impotencia e ira, tratando de acercarse antes de que Arnold terminara mal, pero…
-Si te mueves un centímetro más, te juro que lo mato –La sombra apunto al rubio con una pistola directo al corazón.
-¡Maldito! –Stella tenía ya lágrimas recorriendo sus mejillas rojas del coraje al ver a su hijo-Ja Jajaja –Miro a Stella sin ningún tipo de remordimiento o arrepentimiento con respecto a lo que haría a continuación solo sonrió misteriosamente -¿Quieren ver a alguien más? –Miles miro desentendido aquella pregunta lo había sacado por un momento de sus intentos fallidos de acercarse a su pequeño y protegerlo -¿Qué tal si lo hacemos más interesante? –Hizo una seña a sus guardaespaldas quienes asintieron y trajeron entonces a…
-¡Abuelos!“No podía ser verdad, ¿Qué demonios hacían ahí?” pensaba desesperado Arnold al igual que Miles quien sollozo mientras observaba como aventaban a sus padres al suelo, donde se dio cuenta también que…
-¡Mama!
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AMNESIA
FanfictionNo hemos tocado el tema pero.... la verdad es que.... Despues de q sus sentimientos son expuestos y de una humillación y terrible accidente por culpa de Rhonda... nada vuelve a ser igual... ¿No me recuerdas? Soy Arnold... ¿Helga?....Yo... la rubia c...