CAPITULO 15 EL AMOR DE ALEXANDER

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CAPÍTULO 15 PERDIDA DE UN AMOR ¿? PARTE 2

RECUERDAME HELGA

A veces hay momentos cruciales, detonantes que hacen que nunca se olviden, el detonante que puede hacernos estar entre la vida y la muerte, hace la diferencia entre el bien y el mal, hace la diferencia entre la luz y la oscuridad, todo siempre es decisiones y más decisiones ¿Qué tal si entonces encontráramos la llave de donde todo comenzó?
¿Lograríamos a veces salvar tantas almas de la oscuridad como podamos? A veces las personas se van por la oscuridad porque la luz hace mucho se extinguió de su vida, entonces ¿Cómo hacerles que vuelvan a la luz? Es tan complicado como parece ¿de verdad? A veces no tanto simplemente requieren ese lapso eterno que tuvieron de iluminación en su vida, momento donde comenzaron a creer de nuevo, creer en algo tan maravilloso llamado…amor
A.P.S.
-¡Basta Helena!
Un segundo después sintió temblar de nuevo la tierra debajo de él, entonces supo que podía protegerse, alzando una pequeña pared improvisada de tierra para evitar la guerra de lluvia ardiente de fuego que Helga había enviado.
-¡Pelea si puedes contra mí, Alexander! ¡Te aseguro que no podrás vencerme!
Arnold entrecerró los ojos dejando salir el dolor que tenía dentro esto no estaba bien pero debía…tenía que salvarla y si la única forma de hacerlo era enfrentándola por una vez en su vida lo haría, aunque pudiera perder en vez de ganar pero, quien no arriesga no gana ¿cierto?
-Helena –Susurro cerrando los ojos un momento dejando que el aire se llevara por otro lado la lluvia de fuego, aprovechando que estaba desarmada y algo aturdida pensó en lo que seguramente sería el recuerdo más difícil de recuperar para Helga pero que estaba seguro era el que podía ayudarle, pensó rápido en lo dulce y tierna que era en ese momento y que siempre lo fue, todo lo que habían pasado y como sin darse cuenta…lentamente…lentamente “Me enamore de ti” pensó sonriendo un momento.
-¡Maldito…! –Exclamo nerviosa al principio enojo porque le podría ganar a ella, la gran Helena pero por otro lado aturdida ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Por qué estaba así? Arnold se acercó a ella mirándola de nuevo, ahora más suavemente tratando de tocarla, de alcanzarla, pero…
-¡Aléjate Alexander! –Una flecha de fuego fue pasando a su lado, provocándole un pequeño rasguño a Helga.
-¡No! –Dijo tratando de ver la herida, pero la rubia solo dejo que la sangre fluyera parecía no sentir.
-Si te acercas un poco más, y la mato –Susurro Athan ya más cerca de ellos –Es mía y te dije que esta vez no lograrías protegerla
-¿Esta vez? –Estaba harto ¿Cómo demonios Helga y el iban a recordar algo de sus vidas pasadas? Esto parecía una película
-Ni la otra pudiste pero el amor tan inmenso que tuvieron –Se asqueo –Salvo en ese momento las tribus, pero esta vez no será así porque Helena no te ama
-Eso tu no lo sabes –Intento acercarse más pero Athan formo otra flecha.
-¿Miedo? –Dijo burlonamente viendo la cara de preocupación de Arnold quien molesto y desafiante saco una pequeña ráfaga de viento provocando que Athan cayera de bruces.
-No te tengo miedo
-Deberías
-Hel…Helena –Dijo tratando de llamar su atención, ella lo miro con odio y desprecio pero vislumbro un destello de esos zafiros que tanto amaba.
“Arnold” el murmullo de una pequeña corriente, tal vez sí.
-Es hora de que tu poder despierte, Helena –Coloco en la mano de esta la roca en forma de un hermoso copo de nieve, la rubia de inmediato reacciono –Ahora mata a Alexander
Un pequeño goteo comenzó pero pronto se convirtió en una tormenta dentro aun de la cueva, Arnold trataba de protegerse pero la lluvia evidentemente tenia más fuerza, Athan estaba detrás de la rubia murmurándole cosas, cosas que no entendía bien pero estas hacían que Helga atacara aun con más fuerza que la anterior.
-¡Arnold! –Vislumbro a su padre intentando volver pero no lo lograba, Helga hizo un movimiento seguramente para alejarlo pues no lo vio más.
-¡Basta ya!
La cueva comenzó a temblar al igual que un volcán cercano.
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Simmons miraba con horror a sus estudiantes siendo conducidos hacia una cascada enorme ¿Qué demonios harían los nativos con ellos? Esperaba que no fuera lo que pensaba.
-Debemos…
-No señor Simmons ese son los ojos rojos
-¿Ojos rojos?
-La tribu de la sombra
-¿Sombra?
-Por favor deje de repetir lo que digo, confié en mí, no podemos acercarnos así como así, además seguro esperaran a que la sombra venga para saber qué hacer.
Apenas estaba terminando de decir esto cuando Rhonda y Harold voltearon hacia los arbustos y sus ojos…sus ojos.
-¡No, imposible…! –Exclamo asustado Eduardo
-¿Qué?
-Sera mejor irnos
-¿Qué? No…está loco
-¡Vamos!
En ese momento una lluvia de fuego comenzó a caer por los arbustos donde minutos antes estaban lo más sorprendente es que eran de parte de esos dos alumnos.
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-Arnold –Murmuro Stella sollozando silenciosamente viendo todo desde unos arboles donde se ocultaba con sus suegros, quienes también sollozaban en silencio, la cueva estaba cayendo a pedazos, la tierra temblaba con brusquedad pero ellos en aparencia estaban bien.
-¡Arnold! –Grito Miles desde afuera donde había aterrizado sin hacerse daño no lo entendía pero tampoco iba a hacerlo en ese momento solo le importaba Arnold, su hijo que apenas había recuperado y cruelmente ¿sería acaso el principio del fin? No, no podía ser así
-Ríndete Miles, mi hijo acabara con ellos, bueno primero con tu hijo y después Helena le entregara por voluntad propia sus poderes.
Miles le miro con verdadero odio -¿Cómo diablos encontraste…?
-¿Cómo pude vigilarlo tan bien? –Rio por lo bajo –Bueno a decir verdad fue bastante sencillo, todos sabíamos que venias de Hillwood ese pueblo asqueroso –Hizo una mueca de disgusto –Envié a mi hijo a Hillwood en su momento oportuno a una pequeña casa de huéspedes céntrica que irónicamente resulto ser donde Vivian tus padres y Arnold, no le costó averiguar más de él, dentro de su propia casa, sabe todas y cada una de sus debilidades, se aprovechó y así conoció mucho mejor esta vez a Helena
-Malditos
En ese momento salieron tres personas por una pequeña abertura que se hizo cuando un rubio salió por este cayendo estrepitosamente al suelo, Helga salió de ahí con Athan a su lado.
-¡Helga!
Phoebe llego en ese momento con los guerreros que estuvieron buscando a Arnold desde que desapareció.
-¡Arnold! ¡¿Estas bien?! –Valentin veía con asombro mientras la cueva desaparecía por completo.
-Si
Helga lo miro con desprecio -¿Qué tal si sufres un poco Alexander? –Una ráfaga de fuego encerró a los tres dejando a los demás afuera, corriendo lejos de las llamaradas de fuego –Así está mejor ¿No?
Volvió a ver ese destello zafiro que tanto amaba pero después de un segundo de nuevo rojo en aquellos ojos de mar que deseaba tanto ver de nuevo.
-Helena bésame
La rubia quedo congelada pero un segundo después estaba acercando sus labios a Athan
-Helga…no… ¡No!
-Ella es Helena más Helena ahora que Helga –Dijo burlón y después miro a la rubia –Ahora –Pequeñas lagrimas estaban saliendo involuntariamente de la pequeña rubia, Athan miraba con fastidio –Dije ahora –La beso bruscamente provocando que ella tratara de huir aquello no estaba bien y la termino empujando cuando sintió una pequeña mordida. -¿Qué demonios…? –Dijo confundido
Helga se dejó caer al suelo un tanto aturdida ¿Qué demonios paso? ¿En qué momento regreso a la luz? Lo último que recordaba era perder por completo ante aquellas sombras negras rojizas que venían hacia ella y después se encontraba en un tipo cueva o eso creía y ahora estaba en el suelo ¿Por qué? Ah sí porque alguien la besaba, alguien que no era Arnold.
-¡Idiota! –La sombra ingreso caminando con tranquilidad entre las llamas –Te dije que no jugaras ¿Por qué no has acabado con él? –Señalo a Arnold
-¿Y tú…? ¿O acaso Miles y los demás intrusos están muertos?
La sombra hizo una mueca de disgusto –No me cambies el tema, de mis victimas yo me encargo pero te deje a Alexander y a Helena y ahora por tus juegos estúpidos la perdemos –Dijo molesto empujando a su hijo –Anda antes de que se recupere del todo, hazla beber.
Arnold miro como se acercaba Athan con rapidez, aprovechando la confusión momentánea de la rubia, entonces sintió como la ráfaga del viento provocaba otro remolino de tierra a su alrededor provocando que Athan esta vez no pudiera huir, la sombra no supo dónde estaba y el fuego se extinguió gracias a la tierra que cayó en las llamas. Helga miraba con asombro a Arnold y este a su vez la miraba con dulzura pero eso no cambio cuando volvió a mirar a Athan algo dentro de él se apodero y observo la cascada cerca de donde se encontraban dirigió para allá su remolino mientras caminaba.
Helga miro lo que tenía en la mano, le daba un cosquilleo agradable pero no sabía porque, observo como un hombre rubio parecido a su amado, miraba hacia donde Arnold estaba iba a intentar acercarse pero un pequeño bulto de tierra se lo impidió, mas allá miraba a Phoebe y unos nativos levantándose del suelo confundidos, debía detener a Arnold
Corrió hacia la cascada también como este había hecho, pero no la tenía fácil, Arnold se había encargado de ello pero volvió a mirar la roca en forma de copo que tenía en la mano, incrustada tenía varios cristales azules como el mar…como sus…sus ojos.
-¡Princesa Helena!
-¿Princesa?
Valentin la miraba con devoción –Use la roca…su poder…el agua
-¿El agua? –No comprendía nada pero entonces encontró un camino donde Arnold, el poder de Arnold no había estado.
Los ojos rojos que estaban ahí ahora estaban en los arboles cercanos que habían tomado vida de sus ramas aprisionándolos sin dejarles respirar, estaban muriendo por asfixia, los compañeros (Stinky, Curly, Lila y Lorenzo) que aún no caían en sombras miraron con asombro a Arnold y cuando llego bastante cerca Arnold se disponía a bajar a Athan…
-¡Detente Arnold!
El rubio no la miro pero alzo un tramo de tierra que salpico frente a ella, haciéndola detener.
-No te metas
-Arnold –Murmuro la rubia –Por favor no lo hagas…tu…tú no eres así
-Debo hacerlo, Helga… si no nunca terminara
-No es la forma de hacer esto, cabeza de balón
Una flecha de fuego estaba en el costado de Helga, esta no se dio cuenta en que momento pero de pronto muchos de los que vio antes estaban por ahí corriendo para llegar a donde estaba Arnold, donde estaba fuera de control –Mejor escúchala Alexander –La sombra miraba al rubio fuera de si –La mato si lo haces y suelta a mi gente
Arnold miro con odio verdadero odio a la sombra, la tierra tembló un poco más.
-¡Basta Arnold, provocaras de verdad la erupción del volcán y…y no podremos pararla! –Valentin veía con nerviosismo de donde habían venido
-¿Acaso no te importa? –Tomo a Helga del brazo y sacó una navaja –Algo más seguro…cortarle el cuello ¿No crees?
-No –Susurro
-Entonces suéltalos a todos
Arnold miro con tristeza a la rubia mientras dejaba caer a Athan cerca de ellos y a los arboles hacia que dejaran de atar con tanta rudeza a los ojos rojos y entonces miro a Helga, ella lo miraba diferente, no había caído en cuenta y entonces….
-Cabeza de balón –Murmuro para sí mismo, mirándola, ella le dio una clásica sonrisa suya, burlona y sarcástica hasta de fastidio.
-Helga –Dijo Athan recuperando el aliento –Morirá –Una llamarada de fuego se puso entre Arnold y ellos y lentamente se acercaba –Si no me entregas tus poderes ahora
-¡No!
-¡Arnold!
-¡Él no te ama en esta vida ¿para qué sufres?! –Grito Athan divertido -¡Que se muera es lo mejor! –El fuego ardió en su mirada pero…
-¡No!
La tormenta se hizo presente…un nuevo poder creciendo o más bien renaciendo en Helga estaba por salir.
-Al fin –Murmuro la sombra soltándola
-Ahora ¡Dámelo! –Helga lo miro y un rayo paso frente a él provocándolo caer.
-¡Debe morir!
Helga miraba a Arnold, que había logrado poder a salvo con una pequeña corriente de agua lejos de la orilla, pero…
La sombra estaba más que cerca de ella, pero…
-¡No!
-¡No!
Silencio.

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