¿Cómo poder descubrir un gran misterio sin resolver? ¿Cómo puedes ver algo que nunca viste? ¿Cómo de pronto las cosas pueden cambiar e invertirse papeles? A veces el tratar de descubrir algo realmente misterioso y peligroso a la vez, puede resultar algo realmente catastrófico, al menos al parecer eso se podía deducir.
Pero ¿Quién diablos dijo que el amor no es un juego misterioso y peligroso? Es el enigma más complicado de resolver, el más riesgoso y a veces catastrófico lugar que puedes explorar pero, ¿Por qué no arriesgarse? Recordemos que en la guerra y en el amor todo se vale y el que no arriesga no gana, y sobretodo quien no explora no vive, por lo que la vida puede resultar ser algo solitaria y gris.
Cada quien tiene su manera de expresar, de amar, de actuar y es por eso que los seres humanos somos las criaturas más maravillosas, complejas y misteriosas de todo el universo que vale la pena conocer e intentar comprender, pues puedes encontrar un diamante detrás de toda la coraza dura que puedas encontrarte y sobretodo que encontraras a alguien único y especial hecho a tu medida.
A.P.S
Aquella tarde se encamino hacia la casa de Arnold, nerviosa sin saber realmente ¿Porque rayos iba? Podía hacer mi parte en mi casa y luego proponérselo pero ¿Porque diablos se me ocurrió decir eso? Ya no había marcha atrás, cuando alzo la mirada ya estaba frente a Susent Arms, "Demonios"
Iba a dar media vuelta pero... -¡Hola pequeña! ¿Vienes a ver a Arnold?
El abuelo de Arnold estaba llegando al parecer de la tienda entonces no pude escabullirme como tenía planeado no me quedo más que sonreírle nerviosamente y asentir.
-Pasa, pequeña en un momento le avisare -Comento mientras ingresaba a la casa, yo pase detrás de él.
-¡Eleonor! ¡La reina de Inglaterra! ¡Es un gran honor tenerla en nuestro palacio! -Puki sonreía dulcemente a Helga quien le sonrió divertida.
-¡Buenas tardes capitán! -Dijo haciendo como si fuera un soldado
-¡Vaya veo que las tropas ahora sí que estarán completas, con usted al mando!
-¡Por supuesto y hay una gran guerra que debemos llevar a cabo!
-¡Vaya yo también estoy aún escondiéndome de los enemigos nazis!
-¡Puki, vieja loca! -Dijo Phill rodando los ojos pero riendo -No le des cuerda Helga, si no después no habrá quien la pare
La rubia se sonrojo, no pensó que la familia de su amado Arnold supiera su nombre y menos la reconociera vestida de aquella manera, su hermana había insistido en que su guardarropa fuera cambiado por lo que ahora tenía vestidos, faldas y blusas más femeninas de su edad claro, pero aun así se sentía rara y no conforme con eso, la llevo al salón de belleza donde le quitaron su uniceja, le enseñaron a colocar su cabello en una sola coleta de lado y con un pequeño flequillo, en realidad esto último no le había desagradado descubrió que le agradaba su cabello sujetado en una coleta de lado que caía por su hombro derecho y el pequeño fleco en su frente.
-¿Helga?
La sangre de la joven se congelo y comenzó a sentir que la falta de aire regresaba, sin saber cómo actuar a solas de aquel rubio, desde lo de industrias futuro no habían estado solos, no sabía que era lo que pasaría -Hola....cabeza de balón -Soltó nerviosa
-Ja jajajaja ese apodo es mi favorito -Menciono Phill riendo pero ingresando a la cocina dejándolos solos en el pasillo, la abuela de Arnold había desaparecido también
Arnold rodo los ojos pero después presto toda su atención a la rubia que estaba frente a él, se le veía realmente hermosa y más con sus mejillas sonrojadas, podía notar que ella jugaba con su pie mientras miraba el suelo. Aquello era incomodo también para él.
-Bueno...vamos -Invito a que lo siguiera a su habitación, aquello lo ponía nervioso pero ¿Porque?
Una vez en la habitación, la tensión e incomodidad no desapareció, Arnold no entendía ¿Porque rayos estaba tan nervioso? Era solo Helga, su abusona personal, pero, no era temor lo que sentía era otra cosa pero... ¿Qué? "¿En qué diablos estoy pensando?" se preguntó alarmado moviendo su cabeza de un lado a otro para apartar así las ideas o eso pretendía.
-Bueno, cabeza de balón, hay que hacer el trabajo, tengo mejores cosas que hacer -Menciono la rubia sacándolo de sus pensamientos y así rompiendo con el silencio incomodo
-Claro, Helga -Dijo el rubio sentándose en el escritorio -Estaba pensando que podemos escribir algo para alguien importante para nosotros como dijo el señor Simmons pero debe ser algo que sea para los dos...
-Si piensas que escribiremos algo para alguna de las personas que te gustan, estas muy equivocado Arnoldo y menos para Li-la
Arnold le miro sorprendido pero a la vez se molestó por lo que dijo -Bien ¿Entonces dime en qué? ¿En alguien que te guste a ti?
La rubia se sonrojo, estaba nerviosa pero no lo demostró y molesta le respondió -Por supuesto que no
-¿Porque? ¿Te avergüenza acaso demostrar que Helga G. Pataki también tiene sentimientos?
-No es eso, zopenco
-¿Entonces?
-No escribiremos sobre lo perfecta que es Lila
-¿Entonces sobre que Helga?
"De verdad iba a escribir algo sobre ella..." pensó molesta y dolida -No lo sé puede ser acerca de la familia
-¿De verdad? Creí que no querías a tu familia -Soltó molesto
-¡Eso no es de tu incumbencia, Arnoldo!
-¡Así como mis sentimientos tampoco son de tu incumbencia! ¿O sí? -Agrego lo último enarcando una ceja dudoso pero seguro de que tal vez aquella vez no fue del todo mentira pero entonces ¿Porque retractarse?
-¡Claro que no!
-Dejaras que termine de explicarte mi idea -Murmuro malhumorado el rubio
-No
-Ni siquiera sabias que iba a decir, Helga
-¡Da igual lo haremos sobre la familia y punto!
-¡¿Y qué diablos crees que iba a decir?! No puedo creer que seas una persona tan impaciente -Dijo molesto levantándose del escritorio para acercarse a ella -Mira Helga, se que odias que hagamos trabajos juntos pero así fue, así que haznos un gran favor y terminemos esto para que ambos descansemos después uno del otro ¿Bien?
Helga quedo sorprendida desde lo primero, nunca había visto a Arnold molesto, tan molesto como en aquel momento y podía verlo en sus hermosos ojos verdes esmeralda que se habían oscurecido por un momento, se sentía realmente terriblemente mal, todo aquello era su culpa y que Arnold la odiara era solo su culpa -Bien -Murmuro cabizbaja sentándose cerca del escritorio, sorprendiendo totalmente a un rubio que la siguió.
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Ya había anochecido pero al menos habían terminado el poema, aquello había sido más complicado para Arnold de lo que parecía, al final dejaron la mayor parte de lo que Helga había puesto, solo habían agregado y corregido entre ambos algunos pequeños detalles pero estaba sorprendido de ver tan diferente a la rubia al escribir, hasta vio como una pequeña lagrima rodaba por la mejilla aunque esta fue quitada por un movimiento brusco por parte de ella casi de inmediato, pudo notar que ella estaba triste por algo referente a su familia, tal vez él no tenía derecho a decirle aquello pues sabía que sus padres no eran precisamente los mejores.
También para él fue difícil en ese aspecto pero...no tanto porque tenía una gran familia y sabía que tarde o temprano sus padres volverían. Vio como la rubia guardaba sus cuadernos y se disponía a irse.
-Helga -Le llamo antes de que esta saliera
-¿Qué pasa cabeza de balón? -Dijo con su tono típico
-Te acompañare a casa, ya es tarde
-No es necesario, Arnoldo, puedo irme y cuidarme sola
-Sé que puedes hacerlo, no eres un bebe para no poder hacerlo -Dijo sarcásticamente el rubio sonriéndole -Pero sería correcto de mi parte dejarte ir sola, además... -Tomo una chaqueta antes de reunirse a su lado -Lamento mucho lo de hace un rato, no quise gritar
La rubia sonrió tímidamente pero de inmediato se borró su sonrisa -Como quieras, zopenco -Salió de la habitación seguida por Arnold
"¡Oh mi amado Angel de cabellos dorados! Siempre tan amable, dulce, caballeroso y correcto en todos los aspectos, no sabes cuánto te amo mi amor, aunque a veces seas tan estúpido y ciego para no fijarte en mi" pensó la rubia feliz mientras caminaban hacia su casa, que realmente no estaba muy lejos de la casa de Arnold.
-Helga...
-¿Qué pasa cabezón?
-Bueno yo...mmm me estaba preguntando...bueno es decir
-Suéltalo ya Arnoldo o me hare vieja aquí -Dijo molesta pero después se arrepintió
-Lo de Industrias Futuro ¿Lo recuerdas?
La rubia paro en seco -¿Eh?
Arnold observo su reacción, parecía que Helga había visto a un fantasma, sus ojos azules estaban abiertos de par en par mostrando su sorpresa y su boca estaba semi abierta, parecía pensar en decir algo pero nada salía de sus labios.
-Cuando dijiste que....me amabas -Soltó cautelosamente el rubio acercándose a ella -¿Era verdad?
La rubia pareció reaccionar un poco -¿Qué?
-La verdad Helga
-Estás loco -Murmuro y siguió su camino esquivando la mirada de el.
-! Helga! -Pero la rubia no se detuvo -Necesito saber -Dijo alcanzándola y obligándola a dar media vuelta para quedar frente a él.
-¡¿Qué diablos te pasa Arnold?! ¡Creí que aquello ya estaba olvidado, quedamos que fue el maldito calor del momento y ya, sabes perfectamente que te odio!
-¡No lo creo! ¡¿Porque te molesta tanto entonces que piense en otra persona, que todo el tiempo este detrás de Lila, dime porque te molesta tanto?!
-¡Vete al diablo, Arnold! -Soltó la joven molesta y roja de vergüenza, dolor y molestia, salió corriendo de ahí huyendo como siempre del rubio, quien ya no la siguió de nuevo pero quedo pensativo por lo que había pasado, pensando que aquella no fue la mejor manera.
Aquella noche ninguno de los dos rubios pudo conciliar el sueño.
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Habían pasado algunos días desde su primer día de clases, los rubios no se dirigieron la palabra más que para lo esencialmente, lo cual eran los trabajos de la escuela, para males de Helga la estaban poniendo todo el tiempo a trabajar con él, aquello parecía un complot por parte del señor Simmons, comenzaba a sospechar que el señor Simmons sabia ya quién era su fuente de inspiración pero trataba de no darle importancia; Rhonda insistía en que hicieran una pequeña fiesta saliendo de clases el viernes por cumplir su primer mes de escuela, algo que para Helga era totalmente ridículo tal vez era una manera en que la joven tenía para enmendar sus insultos y errores pasados pues en esta ocasión hasta Helga fue invitada.
-Es increíble ¿No Phoebs? ¿Porque de pronto la princesa me invita a alguna de sus fiestas sin que aparente ser alguien distinta o sin tener que colarme en sus fiestas? Es extraño si me preguntas ¿No crees?
-Tal vez se ha dado cuenta de la persona que en verdad eres y no la que tratas de aparentar todo el tiempo, Helga
-No digas tonterías Phoebe, yo soy así
-Hola chicas -Saludo Gerald -¿Cómo estas Phoebs? Oye nena quiero hablar contigo un momento ¿Puedes venir conmigo?
La oriental miro a su amiga quien bufo -Ve de una buena vez, sabes que de aquí no me moveré -Comento molesta pero divertida a la vez -Solo adviértele a Geraldo que se hacer una vasectomía como en el antiguo Egipto y no creo que le agrade
La pequeña sonrió ampliamente y la rubia también rio mientras Gerald era arrastrado por Phoebe lejos de la rubia, quien suspiro una vez a solas.
-Helga -Esa voz, pidió por todos los cielos que la hubiera imaginado pero... -¿Puedo sentarme? -Pidió al no tener respuesta de la joven
-Es un país libre cabeza de balón -Dijo dejando a un lado su almuerzo, que en realidad no podía ser comible por nadie pues Miriam otra vez se equivocó y le volvió a dar crema para afeitar.
-Helga, lamento mucho lo del...
-Olvídalo, Arnold, no fue nada -Dijo fríamente la rubia mirando hacia otro lado
-¿Me perdonas entonces?
La rubia miro hacia abajo y solamente asintió levemente pero después agrego -Como sea
El rubio sonrió dulcemente aquellos gestos de la rubia, comenzaban a parecerle totalmente lindos y fascinantes y pese a que la rubia era algo pesada, comenzaba a sentir que realmente siempre tuvo la razón, puede ser dura al principio pero realmente es la más dulce y hermosa del mundo, pensó algo sorprendido por llegar a esa conclusión y se sonrojo ¿Qué sentía por ella?
-Si tomas una foto tal vez te dure más, Arnoldo -Comento incomoda siendo aún observada por el rubio quien desvió la mirada sonrojado
-Perdón...bueno ¿Iras a la fiesta de Rhonda?
-No lo sé...supongo -Comento la joven indecisa y nerviosa pero aparentando como siempre que le daba igual
-Bien...tal vez...quiero decir si tú quieres...puedes entonces...bueno... -Se tallo el cuello nervioso, Helga vio aquel acto y comenzó a sentir mariposas revoloteando por todo su ser, esos gestos le había visto como Arnold los hacia cuando estaba cerca de alguna chica que le gustaba ¿No podía ser que ella...? ¡Imposible, niña no estés fantaseando tonterías! Se decía ella misma molesta por creer algo que no era.
-Dilo ya Arnoldo
-Bueno.... ¿Te gustaría ir conmigo? -Soltó nervioso y sorprendido al igual que la rubia quien le miraba sorprendida "¡¿Acabo de invitar a Helga G. Pataki a una fiesta?! ¡¿Acabo de invitar a mi abusadora personal a una fiesta conmigo?!" pensó desesperado comenzando a pensar que era mejor correr, huir de ahí antes de que Helga lo matara, pero...
-¿Qué? -Pregunto sin aliento y sorprendida
-¿Qué si quieres ir con...?
-¿Es broma no? -Pregunto nerviosa y algo triste a la vez
-No...bueno si no quieres solo tienes que.... -Comenzaba a sentir esa familiar sensación de decepción y dolor cuando lo rechazaba la persona que le gustaba pero esta vez con mayor intensidad que hasta sintió que el aire le faltaba y comenzó a sudar, ¿Qué sentido tenia aquello? Helga era su abusadora personal desde el preescolar ¿Cómo era posible que le importara tanto? ¿Porque? "Diablos" pensó
-Si quiero -Dijo la niña al ver que iba a irse
Arnold la miro sorprendido pero después sonrió dulcemente -Bien entonces paso a buscarte a las 6 ¿Esta bien?
-Si -Se sonrojo la rubia pero feliz por dentro
-Nos vemos
Solo asintió ya no sentía el piso, sentía que podía volar, que se iba a desmayar por la emoción de aquella invitación del rubio, comenzó a caminar hacia los baños de las niñas, tratando de no correr o saltar fuertemente mientras gritaba, aquella fiesta era una gran oportunidad de estar con su amado Arnold y lo mejor de todo, esta vez lo haría porque ambos así lo querían.
-¡Oh Arnold, mi amado cabeza de balón! ¿Sera que por fin la venda de tus hermosos ojos cayeron y ahora me ves tal y como soy en realidad? ¡Oh Arnold! Estoy tan feliz de que por fin me hayas invitado a salir, no puedo creerlo aún, Arnold me invito a salir, ¡Arnold me invito a la fiesta para ir con el! -Gritaba de felicidad ya dentro del baño cuando...
-Lo lamento Helga
-¡¿Lila?!
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Mientras tanto Arnold caminaba tranquilamente por los pasillos algo confundido por lo que acababa de pasar, no entendía muy bien ¿Qué fue en primer lugar lo que lo había llevado hasta la cafetería? Recordaba haber estado en el salón aun, pero lo más preocupante era ¡¿Cómo era posible que hubiera invitado a Helga G. Pataki al baile?! No la mejor pregunta era ¡¿porque diablos lo hizo?!
-¿Arnie? ¿Qué ocurre?
Gerald estaba saliendo por el otro pasillo cuando se lo topo, ya era típico verlo tan distraído pero ahora realmente lo veía muy distraído y como preocupado como si hubiera cometido un gran crimen.
-¡¿Arnold?!
-¡Acabo de invitar a Helga para que vaya conmigo a la fiesta de Rhonda! -soltó mas impresionado que antes
Gerald quedo helado ante tal declaración.
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A lo lejos alguien más observaba la escena, sonrió maliciosamente pues aquello era una gran sorpresa pero realmente le ayudaría sin dudas a los planes que tenía con el cabeza de balón.
-Vaya esto sí que no me lo esperaba pero...creo que está bien -Susurro
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AMNESIA
FanficNo hemos tocado el tema pero.... la verdad es que.... Despues de q sus sentimientos son expuestos y de una humillación y terrible accidente por culpa de Rhonda... nada vuelve a ser igual... ¿No me recuerdas? Soy Arnold... ¿Helga?....Yo... la rubia c...