☆DÍAS MONÓTONOS☆

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~No era un día diferente a los demás, en vacaciones no hay mucho que hacer, había que ir al colegio pasado mañana, la emocion de ver a los amigos viejos en el caso del chico pelinegro, y en el caso de la chica castaña sería un comienzo nuevo, pues fue transferida de su antiguo colegio por el trato de sus compañeras hacia ella. Pero eso es otra historia. Ambos aun sin conocerse esperaban anciosos el ir al colegio, puesto a que no se sabe las anecdotas que puedes sacar de ese lugar con profesores algo estrictos pero tambien amables.~
Sebastian:
Falta poco para volver al colegio, recuerdo a los tontos de mis amigos y a mi haciendo bromas a los profesores. Tambien recuerdo las chicas que me rodean esperando a que salga con una de ellas, pero no entiendo por que quisieran salir con alguien como yo. Bueno tal vez por mi apariencia.
~Sebastian es un chico alto, mide 1.76, esta en muy buena forma, dado a que el futbol y el basquet estan siempre en su vida y ahora algo de natacion que le llama la atencion, sus ojos son cafés entre oscuros y claros, con cabello negro como el azabache. Cabe decir que es muy bueno en el ambito academico, sobretodo en matematicas, pero tenia algunos problemas con ingles, aun asi sus notas eran co siderablemente buenas.~
>>Sebastian ven a comer la cena esta servida!!!<<
Se oye un llamado desde la cocina proveniente de la madre de este muchacho.
-Ya voy ma!!-. Le contesto este. Fue de inmediato pues sabia que de lo contrario su "adorable" hermanita menor devoraría todo lo que hay en la mesa. El aun no comprendia como esa chica tan solo 2 años menor comia tanto sin engordar. Cuando llego al comedor vio a su familia sentada esperandolo para comer.
-Hijo, ven sirvete lo que tu madre preparo junto a tu hermana-. El chico se sento en su respectivo asiento dirijiendole la mirada a su pequeña hermana.
-Y esto es comestible??-. Exclamo en un tono de burla. Su hermana se limito a virarle los ojos y empezar a comer.
-No seas asi hijo, a tu hermana le quedo muy bien la parte que tenia que hacer-. Replico la madre de Sebastian orgullosa del esfuerzo que habia prestado su hija al cocinar junto a ella. Sebastian empezo a comer de su plato.
-Mmm..tienes razon, la comida esta buena, gracias ma, gracias enana-
El padre de este felicito de igual manera a las mujeres de la casa y de inmedito se noto la felicidad en la cara de estas cocineras.
-Gracias pa, que bueno que te agrade lo que preparamos mamá y yo-. Hablo la chiquilla sintiendose orgullosa de lo que habia cocinado.
Despues de unos minutos, en los que toda la familia termino de comer, empezaron a levantarse de la mesa e ir a fregadero para lavar cada uno su plato.
Al rato, todos estaban en sus respectivas habitaciones, Sebastian se encontraba aburrido y decidio ver el cielo a travez de su ventana en lo que le entrara el sueño. La noche era hermosa, una luna nueva, blanca y redonda se alzaba en el cielo oscuro pero adornado con pequeñas y brillantes estrellas. A Sebastian le encantaba ver los cielos nocturnos.
-Me pregunto que pasara cuando llegue al colegio, de seguro la avalancha de chicas que me espera el primer dia-. Dijo Sebastian mientras se recostaba en su cama para dormir placidamente.
~Por otra parte, unos minutos antes de todo lo que le paso a Sebastian esa noche, en otra casa habia una chica que con todo gusto preparaba la comida para su madre y su hermano no tan menor, pues solo era un año menor a ella.~
Gabriela:
Por fin termine de cocinar, llamare a mi madre y mi hermano. Ese holgazan de mi hermano que no ayuda en nada, pero a veces me cubre de los desastres que hago, solo por eso se las dejo pasar.
La chica va hacia la habitacion de su madre que se encontraba al telefono asi que espero hasta que terminara la llamada. Cuando por fin su madre dejo el celular de lado, Gabriela se le acerco para hablar con ella.
-El no vendra a cenar verdad?-. Dijo la chica a su madre que se habia puesto frente a ella para hablar.
-No cariño, hoy no, sabes que el trabajo de tu padre es bastante pesado, sobretodo ahora que se fue a un lugar mas lejos-. Le respondio la madre acariciando la mejilla de su hija.
-No te preocupes por mi mamá, ven vamos a cenar la comida ya esta lista-. Dijo la chica con una sonrisa en el rostro levantandose para ir a servir la mesa.
-Llamare a mi hermano y seguire sirviendo, puedes aconpañarnos en la mesa-. Dijo la chica retirandose del lugar. De fondo solo se oyó un "voy enseguida" por parte de su madre. Gabriela llamo a su hermano para ir a comer a la mesa y este asintio afirmando que iría en unos segundos. La comida ya estaba servida y la familia ya estaba comiendo sin cruzar palabra alguna.
-Hoy te toca lavar los platos Leonel-. Dijo la madre terminando de comer y levantando su plato hacia el fregadero. -Tu hermana cocino hoy asi que espero que ayudes al menos lavando los platos-.
Gabriela tambien termino de comer y lavo su plato para no darle mucho trabajo a su hermano, el mismo que acepto lavar los platos sin reprochar nada.
Cada uno en su habitacion, pero antes Leonel le dio de comer a Botas, un gatito gris que era la mascota de aquella familia.
Gabriela se encontraba en su habitacion viendo el cielo desde su ventana, pensando en lo que le decian en su anterior colegio solo por la apariencia que tenia, la misma que encantaba a los chicos y molestaba a las chicas.
~Gabriela, una chica muy alegre, de cabello largo y castaño oscuro, con unos ojos cafés claro, un poco pequeña mide 1.63, tiene un cuerpo muy bonito pues le gusta hacer deporte y se cuida muy bien, los deportes que mas practica son tennis, atletismo y natacion, aunque en las vacaciones solo a podido ir a nadar, es muy buena academicamente, sobretodo en ingles, aunque con ciertos problemas en matematicas.~
-Por que ellas me trataban asi, yo pense que era amiga de todas. Bueno no dejare que me afecte. Hoy el cielo esta precioso, la luna nueva, las estrellas, son hermosas-. Se recuesta en la cama para finalmente caer dormida.

☆ AL PASAR DE LOS DÍAS. ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora