Capitulo 4 :Estas delirando.

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Me apresurare para ir a visitar a Alejandro.
Así que me cambie a algo más cómodo, me puse un pantalón vaquero y una blusa suelta azul; unas zapatillas y cepille un poco mi cabello. Apenas si me maquille solo un poco de brillo en los labios.

Cuando estuve lista, tome mi bolso y metí el móvil.
Salí de mi habitación y baje las escaleras, al bajar vi a mi madre en la cocina así que me acerque a ella.

-Mamá voy a salir. -le aviso antes de irme.

-¿A donde vas?, ¿no vas a comer? -cuestiona quitándose el mandil de cocina.

-Voy a ir a visitar a Alejandro, está enfermo y quiero saber como sigue. -informó un poco apresurada.

-¿Quien es Alejandro?, ¿es tu amigo?, nunca me has hablado de él.

Parece que a mamá se le ha dado por hacer preguntas, y también se me ha olvidado contarle sobre Alejandro.

-Mami, perdón por no haberte hablado de el, te lo cuento luego es que en serio traigo prisa.

-Está bien, pero regresas temprano, no quiero que estés tan tarde tu sola, ¿de acuerdo?

-Gracias Mamá, bueno ya me voy. Te mandare un texto en cuanto este de vuelta.

-Está bien con cuidado.- le doy un beso en la mejilla en modo de despedida.
Salgo de mi casa, pero antes de emprender mi camino hacía casa de Alejandro.
Saco el móvil y escribo un mensaje.

Ale, llego en media hora a tu casa. Espero y ya estés mejor.
Enviado//16:20p.m

Guardo el móvil en mi bolso y camino unas cuantas cuadras la casa de Alejandro no estaba tan lejos de la mía y lo se porque una vez regresamos del instituto caminando, así que me enseño donde vivía y por eso lo se.

Mis pasos eran apurados, y llegó una sensación a mi sistema, la cual advertía que alguien seguía mi caminar, algunas veces paraba el paso, y discretamente miraba hacía atrás, pero daba respuesta que solo era mi imaginación, dándome una mala jugada.

Al llegar a casa de Alejandro, que daba una preciosa fachada, pintada de colores rústicos y fríos, que hacían darle un toque atractivo. Me acerque a la puerta de madera obscura y presione dos veces  el timbre.
Espere un poco, y al poco rato, una señora salio con el rostro reflejando angustia, también se veía cansada, como si no hubiera dormido en horas.
Se veía no más de 45 años, tenía el cabello negro con un poco de canas, algunas arrugas sobre salían de sus ojos. Pero aun así tenia un aire joven y tenia cierto parecido con Alejandro.

-¿Que se le ofrece señorita? -preguntó cortésmente, sosteniendo la puerta para no cerrarla.

Se me había olvidado que era la primera vez que venia aquí, así que no pierdo tiempo y hablo:

-Discúlpeme, soy Tania,soy amiga de Alejandro, vera, el me comento que estaba enfermo. Y vengo a ver como se encuentra. - digo lo mas educada posible.

-Así que tu eres la dichosa Tania de la que se pasa hablando mi hijo -sonríe enternecida y me da espacio para que entre.- ,pasa cariño adelante. -me invita, asi que lentamente me adentro en la casa.

Una vez dentro observo a mi alrededor y la casa es hermosa, mas de lo que ya era por fuera.

-Siéntate Tania, estas en tu casa. -me ofrece calidamente, pero aun se ve preocupada. Asiento y tomo asiento en uno de los sofás individuales de la sala de estar.

-Gracias señora, disculpe, ¿como sigue Ale? - pregunto

Ella se sienta a lado mio y se pasa una mano por sus ojos. Notablemente agotada.

 You Make Me Strong (The Love Is Danger) |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora