Zahid: 15 años
-¡Ya vengo mamá!- grité cerrando la puerta de golpe antes de que mi mamá me reclame.
-Zahid- me saludó Mackenzie con una sonrisa, sonreí inconscientemente.
-Hola- subí a su auto.
-¿Listo para ganar?
-Tu duda me ofende- respondí egocéntrico.
-Vamos- rió y manejó a toda velocidad hacia los piques.
***
-George- le di la mano.
-¡Mi muchacho favorito!- me abrazó- Hoy tienes que ganar como sea, han apostado 50 mil grandes a que ganas.
-¿Contra quién me enfrento?
-Contra Bruno Ramones- reí.
-¿Quién es ese latino?- reí.
-Es el mejor conductor en todos los piques de California.
-Es porque aún no me ha conocido- lo interrumpí.
-¿Ves al que está con Mackenzie?- señaló con la vista y vi a un tipo de 1.60 aprox. y fornido
Reí- Ya gané- susurré.
-¡Mackenzie!- gritó George y ella le dijo algo a Bruno y se encaminó hacia nosotros.
-Tiene de la buena- rió enseñándonos una bolsa con un contenido blanco-¿Quieres Zahid?- negué.
-¡Vamos Zahid!- me animó George.
-Ya dije que no- lo miré fijamente.
-Es por eso que Mackenzie nunca se acostará contigo, ella necesita un hombre- le abrazó por la cintura- no un niño.
Y supongo que era verdad, Mackenzie es 4 años mayor que yo.
-Lo siento Zahid- me apretó la mejilla y se fue con George a drogarse.
Me acerqué a mi auto y le revisé cada pequeño detalle, tengo que ganar.
-Lindo auto.
-Gracias- dije cerrando el capó.
-Mucha suerte- miré a Bruno, quien era el que me estaba hablando- porque la vas a necesitar- rió empujándome y dirigiéndose a su auto.
-Hijo de puta- espeté subiendo a mi auto.
La gente se abrió paso y nos dejó la pista libre, desde mi ventana miré a Bruno y él hizo lo mismo.
Mackenzie se puso en medio de los autos y con la bandera dio la señal.
Hundí mi pie en el acelerador y conduje a toda velocidad, iba a la par con Bruno. Aceleré más y logré cerrarlo en una curva.
-¡Sí!- grité al darme cuenta de que lo había dejado atrás.
Ya estaba cerca a la meta.
Volví a mirar el retrovisor y Bruno ya estaba a un metro detrás de mi. No podía acelerar porque se venía una curva. De pronto sentí como Bruno me chocaba por detrás haciéndome perder el control del auto, hice una maniobra para no desbarrancarme y estrellarme contra el muro, porque de todas maneras me estrellaría. solté el timón y cubrí mi cabeza con mis brazos y todo fue sumamente rápido, sentí mi cuerpo golpearse con cada parte del auto, mi cabeza golpear el parabrisas y regresar al asiento nuevamente.
Mi cuerpo entumecido por los golpes, los gritos lejanos, y el auto de Bruno pasar a mi lado.
-A-ayuda- salieron palabras vacías de mi garganta
Giré mi cabeza y vi a Mackenzie acercarse corriendo hacia mí, y a varias personas.
Vi sus labios moverse pero no podía entender nada.
-Ayúdame- susurré a duras penas.
Todos se amontonaron al rededor de mi auto.
Mackenzie y George intentaron abrir la puerta del auto pero no podían porque estaba atascada.
Las luces de las sirenas se veían cada vez más cerca, aún así no podía oír nada. Todos empezaron a alejarse corriendo.
-lo siento- leí sus labios y echó a correr. junto con George.
-No- susurré y se desbordaron mis lágrimas.
Vi a los policías acercarse a mi auto e intentar abrirlo. Luego no recuerdo más.
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Hola eternals!!!!!!!!!
Sé que me demoré mucho, lo siento, pero tuve algunos percances.
Bueno, ya publicaré y quiero decirles que me he enterado de la terrible situación que está pasando en Perú, la mayoría de mis lectoras son peruanas, mi amiga que se encarga de hacerme las portadas es peruana, no sé si el huayco ha llegado hacia su vivienda pero sin importar quiero decirles a todos los peruanos que estoy orando por todos los damnificados y a todos mis lectores que oren por ellos. Y a las empresas chilenas dejen de aprovecharse del sufrimiento de las personas y dejen de subirle el precio de las cosas de manera exagerada, si pueden difundan la información. BESOS. Lod.
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Freedom
Teen FictionHallie llega para cambiar el mundo de Zahid, el chico tierno, sencillo, humilde, inteligente, sumiso, pero...¿Zahid siempre fue un chico bueno? Él, al igual que Hallie, tiene un pasado y secretos oscuros... Porque él siempre tuvo un alma libre.