9.¿Ex?

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Llegué a casa y me lancé al sillón, estoy realmente cansado y no tardo mucho en quedarme dormido.

Escucho unos fuertes golpes en la puerta, sonámbulo me levanto y la abro sin saber quién está detrás de ella. Siento que me abrazan y escucho unos sollozos, rápidamente bajo la mirada y veo una cabellera llena de rulos.

-¿Qué pasó?,¿Hallie? - pregunto preocupado abrazándola.

No me respondió, seguí abrazándola y entré con ella a mi casa. Luego de unos instantes me separé de ella.

-¿Hallie?- pregunto mirando su rostro-¿Qué te pasó en el rostro?- dije viendo una línea gruesa de irritación. Un golpe.-¿Quién te hizo esto?- pregunté al ver una marca en su cuello. Eran dedos. Temía su respuesta.

-Cristhofer- sollozó sentándose en el sillón, la imité- él estaba borracho- explicó-y me llevó a su oficina, dijo que él no quería que yo naciera; que mi madre y yo éramos unas zorras, su perdición- dijo rápidamente y volvió a abrazarme- Luego- sollozó contra mi pecho- me abofeteó y me cogió del cuello aprisionándome contra la pared y dijo que...-su voz se entrecortó y sus llantos aumentaron. No quería escuchar lo que seguía, apreté mi agarre- que era más hermosa que mi madre; de una forma incorrecta- se puso nerviosa y su cuerpo empezó a temblar.

 Cuando vea a ese maldito le romperé toda su maldita cara.

-Se acercó demasiado a mi y lo único que se me ocurrió hacer fue golpearle sus huevos y huí de casa.

¡Esa es mi chica!

-Tranquila Hallie-susurré- todo pasa por algo. Dios no te da más de lo que puedes soportar- intenté consolarla, se separó de golpe.

-¿Dios?- dijo con burla- Dios no existe para mí desde que mi madre murió.- le di una mirada triste.

-Yo estoy aquí para ayudarte y protegerte, te quiero- intenté sonreír para tranquilizarla.

-Gracias Zahid, gracias- dijo llorando y volviendo a abrazarme. Que Hallie me dé un abrazo no se ve todos los días.

-Puedes quedarte aquí.

De ninguna manera dejaría que regrese con ese infeliz.

-No-se separó de mí, tenía el maquillaje corrido- iré a un hotel.

-No , no, no- negué rápidamente- es más seguro si te quedas aquí.

-Zahid- se puso de pie y se paso las manos por el rostro para secar sus lágrimas- ya haz hecho mucho por mi.

-Te quedas conmigo- dije decidido poniéndome en frente de ella.

-Zahid, muchas gracias- volvió a abrazarme.

-No te preocupes enana- dije de manera inconsciente.

-¿Enana?- preguntó con la voz aún entrecortada pero con algo de burla en ella.

-Sip, a partir de ahora serás mi enana- besé su frente ¡BESÉ SU FRENTE Y NO ME GOLPEÓ!

-Eres solo un poco más alto que yo- dijo divertida.

-Pero eres más chiquita, así que....

-Ok, jirafa- reí.

-Eres mala para los apodos- confesé.

-Lo sé- rió y me puso feliz, verla reír me hace feliz.

-¿Quieres comer algo?- ofrecí.

-No tengo hambre.

-Vamos a comer algo.

-Nop,¿qué te parece si mañana faltamos a la preparatoria y vamos a pasear?

FreedomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora