Capítulo 1

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—¿Sabías que Zayn Malik es famoso? —escuché que preguntó Liam a mis espaldas.

—¿Qué? —pregunté con incredulidad y pasé a mirar a quien había mencionado el castaño; estaba sentado en su pupitre anotando las cosas que había en el pizarrón y, sin ofender, se veía como cualquier otro adolescente de 16; no veía la gran cosa—. ¿Estás seguro que hablamos del mismo Zayn Malik? Porque ese de ahí me parece un alumno bastante regular, si me preguntas.

Me dio un manotazo en la espalda y chasqueó la lengua en señal de desaprobación.

—Es famoso en internet.

—¿Hace porno o algo así?

Porque, si bien yo era heterosexual, hasta habría mirado sus sextapes. Para comprobar que era él. Obviamente.

—Por Dios, ¿qué clase de basura tienes en la mente?

Rodé los ojos.

—¿Cómo se volvió famoso en internet?

—Tiene un canal en YouTube. Y es bueno; está por llegar a los cien mil suscriptores. Aquí lo ves como todo un adolescente normal, pero cuando lo miras hablándole a una cámara, entiendes por qué es que hay tanta gente que lo sigue.

La verdad, comparándolo con otros youtubers, cien mil suscriptores no era demasiado. Sin embargo, me ahorré el comentario; ser un adolescente en plena escuela y tener casi cien mil suscriptores era algo bastante irreal y a la vez genial. O, al menos, lo era en donde vivía.

—¿De qué es su contenido? —pregunté.

—Bueno, ¿sabes que mi hermana es lesbiana, no?

Ya sabía por dónde iba toda la cosa.

—Sí.

—Ella lo ve y me contó que fue una de las personas que más la ayudó a salir del closet gracias a sus videos. Primero tienes que aceptarlo, antes de poder decírselo a alguien más, y él fue quien más la ayudó a aceptarlo y quererse a sí misma siendo como es.

Qué historia tan conmovedora.

—¿También es queer? —Lo vi asentir por el rabillo del ojo y suspiré—. Dios, ¿todo el mundo es queer ahora o qué?

—No entiendo por qué tanto odio a los queers y, en caso que lo olvides, yo también lo soy, así que eso del respeto no estaría de más.

Volví a suspirar. Eso de meter la pata al hablar era algo muy común en mí.

—Lo siento, Liam. Sabes que no lo digo de forma personal; es sólo que hoy en día casi todos son queers y...

—¿Y no has pensado que quizá no es que casi todos lo son, sino que la gente queer ha tenido más confianza en sí misma y ha decidido contar que lo es y se ha, ya sabes, atrevido a ser ella misma, y por eso es que ahora hay más visibilidad de ellos?

Sí. Como era obvio, a él le afectaba bastante todo ese tema.

—Lo siento. Tienes razón. Discúlpame por ser un idiota.

—¿Eso fue sarcasmo?

Ni yo mismo lo sabía; estaba tan acostumbrado a mi voz de sarcasmo que se confundía con la normal, y a veces se me hacía imposible diferenciarlas.

—No —mentí—. En fin, ¿cuál es su user? Lo voy a buscar.

—¿Y no te preocupa que su queericidad pueda ser contagiosa? —Su voz sonaba resentida.

The show must go on [Ziall AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora