Capítulo 6

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—Entonces... ¿a tu mamá no le molesta?

Sonreí. Estábamos en el transporte público, camino a mi casa, y estábamos sentados en los últimos asientos. Zayn llevaba una mochila cargada de cosas, además de una maleta, y yo lo estaba ayudando con otro bolso pequeño lleno hasta el tope.

—No. Para nada.

Se veía nervioso. Tenía unas ojeras que te espantabas, pero me alegraba saber que al menos para esa noche ya tenía la situación resuelta.

—Y... ¿a ti te molesta?

—¿Cómo me va a molestar que mi youtuber favorito se quede a dormir en mi casa?

Y sus ojos parecieron aguarse al instante y perder el poco consuelo que habían obtenido en la última hora.

—Hoy es domingo y no subí video. Me siento muy mal por ello, ¿sabes? Como si... fuera mal youtuber, o como si estuviera abandonando a mis etcéteras.

Fruncí el ceño.

—¿Estás bromeando? ¡Te echaron de tu casa! ¿Cómo vas a sentirte mal por no haber subido un video en lugar de por eso?

—Aún así me siento mal.

—Pues no deberías.

—Pues lo hago; ese es el punto.

Suspiré.

—Olvida tu canal un rato, ¿sí?

—¿Y en qué voy a pensar mientras tanto?

Una pequeña sonrisa se me escapó.

—En que vas a dormir en mi casa. Sólo en eso.


Cuando llegamos, mamá estaba esperándonos. Nos recibió con los brazos abiertos, le preparó las cosas a Zayn para que se diera una ducha y, mientras, me pidió ayuda para hacer la cena.

—¿Y cómo conociste a tu amigo? —preguntó—. Porque creí que eras homofóbico desde lo de tu papá; me sorprende que sea tu amigo cuando es bisexual.

Rodé los ojos.

—Va al mismo curso que yo, y sabes que no soy homofóbico. Sólo... es complicado, ¿sí? Pero no odio a la gente queer por él.

—Exactamente eso era lo que parecía hacía unos meses, pero, bueno, está bien. Como digas, cielo.

Esos meses habían sido los mismos en los que había comenzado a ver los videos de Zayn. ¿Coincidencia?

—Gracias por dejar que se quede.

—¿Cómo iba a decir que no? ¡Me partió el corazón cuando me contaste lo que le pasó por teléfono! No me imagino lo destrozado que debe estar esa pobre criatura.

—Sí. Estaba muy mal cuando lo vi. Temblaba y... —Sacudí la cabeza, intentando apartar esa imagen de él en mi mente—. Era horrible. Me alegra que no hayas tenido que verlo en persona.

—¿Y qué pasará con tu amigo después de mañana? Es decir, se quedará aquí hoy, pero... ¿y luego?

—No lo sé —Me mordí el labio, súbitamente más preocupado por la situación y sintiendo cómo mi mente pensaba mil y un cosas al respecto—. Supongo que buscará otra solución.

—¿Cómo alguien va a conseguir un sitio donde quedarse de la noche a la mañana?

—Pues justo eso pasó hoy, así que tal vez la idea no es tan descabellada como crees.

The show must go on [Ziall AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora