Capitulo 1

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Me desperté entre sudores fríos y escalofríos. Otra vez esa pesadilla. Llevaba varios meses soñando con lo mismo, pero cada vez era más frecuente. Más que un sueño era un recuerdo, un recuerdo que nadie sabe más que yo. Fue el día que murió mi madre...

Me llamo Nathelie y tengo 19 años. A los 5 años vi como un señor al cual no conocía de nada asesinó a mi madre sin piedad alguna. No lo recuerdo como un recuerdo triste ni doloroso simplemente lo recuerdo. Sé que tendría que haber sentido dolor como cualquier persona pero yo soy diferente, he sido diferente toda mi vida pero no se por qué. Cuando aquel hombre fue a acercarse a mí simplemente cerré los ojos y al abrirlos vi que el hombre estaba tirado en el suelo retorciéndose de dolor. No recuerdo mucho más simplemente él se fue. Después de aquel día nada volvió a ser lo que era. Estuve en aquella casa 3 días hasta que una mujer vino a por mí y me trajo aquí, a este orfanato cerca de New York. Apenas recuerdo nada de mi infancia. Apenas recuerdo el nombre de mi madre es como si algo me bloquease esos recuerdos. Tengo lagunas. Recuerdo que no conocí a mi padre ya que abandonó a mi madre al estar embarazada. Supongo que el mismo hombre que mató a mi madre también iría a por él. No sé cuáles son mis apellidos. Al recogerme en este orfanato me bautizaron como Nathalie Adams. Sé que Nathelie es mi nombre, pero Adams no es mi apellido. Nunca me ha entrado curiosidad por mi pasado. Nunca hasta aquel día...

Eran las 6 de la mañana y decidí levantarme ya que no podía volver a dormirme después del sueño. Decidí darme una ducha fría para relajarme. Al terminar me encontré con que Lidia ya estaba despierta.

-Buenos días dormilona-dije sonriendo

-¿Qué haces despierta tía son las 6:30 de la mañana?-dijo tapándose con las sabanas para ocultarse de la claridad

-No me pude volver a dormir- dije mirando al suelo

-¿Otra vez esa pesadilla?-dijo frotándose los ojos para despejarse

-Si... pero cada vez es más extensa. Es como si cada vez recordase más cosas.- Ella simplemente me miro esperando una respuesta.

Lidia era mi única amiga de aquella casa, en parte porque no quería coger confianza con mucha gente, ya que no quería que supiesen mis problemas.

-¿Y qué has recordado nuevo?

-A una mujer que me cargaba....-no pude acabar la frase porque vino una de las sirvientas a decirnos que si queremos desayunar podíamos bajar y preparárnoslo.

-No gracias. Me apetece salir a dar una vuelta y ya desayunare por ahí.

-¿Tía me vas a dejar desayunando sola.....?-dijo Lidia con cara de perrito

-Es eso o que te levantes ya y te vengas conmigo- dije con una sonrisa algo traviesa. Sabía que no accedería ya que es incapaz de levantarse.

-Buena idea- se dio la vuelta y se acostó para el otro lado- Que te diviertas.

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