Numero diez.

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(hot)

Y allí se encontraba nuevamente, recostado en el sillón con sus piernas ligeramente abiertas escuchando el aniquilante sonido de la lluvia y soledad.

Justo en ese momento deseaba tener su misteriosa presencia encima de su cuerpo, consumiéndolo y poseyendolo encima del cuero, mientras sus labios que aún no sabían si eran finos o carnosos, besaban y mordisqueaban suavemente pero con la suficiente rudeza sobre la piel de su cuello para con solo ese tacto dejarlo ciego en las estrellas.

Llevo su mano nuevamente hacia su gruesa y venosa polla, no había soportado un solo día sin recibir un solo mensaje de su parte, llevándolo al extremo de la necesidad de utilizar todos los objetos que habían en la caja que su anónimo había regalado exclusivamente para el.

Y estaba cumpliendo y obedeciendo tal cual como el le había pedido, recordándolo mientras utilizaba y le sacaba el máximo placer a todos los objetos que le regalo.

Un pequeño vibrador con una banda elástica, sujetaba el glande de su polla vibrando justo en el punto débil de la parte baja de su cabeza. Esto le hacían retorcerse y estremecerse cada que un fuerte espasmo golpeaba por todo su cuerpo, llevándolo de corrido a un duradero orgasmo.

En su culo, una polla gruesa de goma de unos veinticinco centímetros que en el podían apenas entrar unos diez centímetros porque por lo grande no cabía más.

Su pecho estaba rojo y pequeñas gotitas de sudor comenzaban a mojarle el cabello y frente mientras sus ojos devoraban la deliciosa foto que su anónimo le había enviado.

Su delicioso tronco grueso siendo sujetado por una de sus manos y con un pequeño mensajito que decía: Así de duro me tenías el día que te di el mejor orgasmo de tu vida...

Anonimo || Ziallshitt ~short~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora