Oportunidad

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Phoebe entró apurada a la habitación, su respiración ya estaba agitada. Pensó en qué tan lógico era lo que estaba a punto de hacer; era una idea loca eso estaba claro, pero sabía que una, aunque fuera sólo una pregunta a Thomas haría que su trabajo resaltara del resto, ya que ninguno de su clase había tenido esa oportunidad. Mientras analizaba todo esto agarró la anticuada grabadora, se la metió en el bolsillo y volvió a salir.

Llegando al aula de inglés y literatura notó que se había disipado la multitud, muy decepcionada se volteó, proponiéndose ir a la cafetería por algo de comer. Dios, ella sí que comía. Empezó a caminar y se dio cuenta de la figura de un hombre que iba cabizbajo, como alguien que no desea ser visto. De alguna manera desconocida pudo identificar ese cabello negro descontrolado pero elegante. Era Thomas, quien curiosamente iba sólo. "¿Qué hago?" Se preguntó desesperadamente Phoebe, ¿le hablaba o no?

Mientras caminaba despacio de alguna manera se las arregló para tropezar y caer. Como reacción involuntaria soltó un pequeño grito ahogado. Thomas se volvió al oírlo. "DIOS, QUE VERGÜENZA" Fue el primer pensamiento de Phoebe, estaba tirada en el suelo frente a un gran empresario, lo peor que era un empresario guapo.

En ese momento Thomas reaccionó y se fue a ayudarla, no sin antes esbozar una pequeña sonrisa por una milésima de segundo. Su sonrisa era blanca y perfecta; encantadora simplemente.

-Hey, ¿estás bien? - Preguntó después de haber tomado su mano para levantarla delicadamente. Al ponerla en pie y asegurarse que estaba la soltó.

Phoebe lo consideró por un segundo y llegó a la conclusión de que estaba ilesa.

-Ho... Hola- Tartamudeó-Sí, estoy bien. Gracias, Thomas.

- Oh, sabes mi nombre. - Respondió Thomas.

-Quien no lo sabe. -Rio Phoebe. Esto le sacó a su vez una sonrisa al otro.

- ¿Entonces a dónde vas tan distraída?, ammm, disculpa, pero no sé tu nombre.

-Jaja, claro que no lo sabes. Soy Phoebe Belladona.

-Thomas Lewis. - Le respondió el chico con una sonrisa encantadora, estrechando su mano.

"Es la segunda vez que tomo su mano. Estos pensamientos me hacen lucir como una loca acosadora, ¿qué te pasa?" Phoebe estaba alucinada.

-Como sea, iba camino a la cafetería por algo de comer y te encontré, la verdad es que iba a hablarte para hacerte unas preguntas. - Phoebe dijo con cierta timidez.

- ¿A mí? -Se sorprendió Thomas. Era el momento de ser sincera. Le diría todo. Bueno casi.

-Sí, es que estuve en tu conferencia el otro día. Y claro, me entró una pequeña curiosidad. - Contestó Phoebe.

-Genial. Y entonces Phoebe, ¿qué te parece ir a por algo rápido a la cafetería? - Thomas puso una gentil y simpática sonrisa en su rostro que se reflejaba en sus ojos.

Phoebe sólo trato de mantener la calma y no gritar. Su corazón estaba en un rápido palpitar, pero respondió rápidamente.

-Sí, vamos. - Y también sonrió.

Misterio OportunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora