Tiempo de espera.

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Los primeros tres días pasaron sin ninguna noticia de Thomas más que lo que el noticiero anunciaba. Ahora Phoebe veía el noticiero, cuando nunca antes lo había visto, pero lo hacía porque podía ayudarla con su carrera; sin embargo, muy en el fondo sabía que era porque deseaba ver a Thomas y saber algo de él. Dos días después encuentro vio en la tele un pequeño reportaje sobre la empresa de Thomas y prestó mucha atención. Pero aquella mañana la misma en la que lo vio se sintió sola.

Phoebe había encontrado la suerte de que en esa residencia específicamente no debía compartir su espacio con nadie; sólo si ella así lo deseaba. Sólo que a veces era muy aburrido no tener con quien hablar y despejarse. No tenía mascotas ya que estaban completamente prohibidas y también le parecía una pequeña injusticia ya que no estaría con ella el tiempo necesario. Tampoco tenía un novio o algo por el estilo con quien pasar el rato. Siempre había estado sola. Pero ya se había acostumbrado, sólo por ratos lo sentía.

Ese día tenía a las 9:30 la clase de inglés y literatura, ya eran las 7 así que se comenzó a preparar. Nada especial, sólo un poco de polvos y rímel. Se enfundó en sus vaqueros ajustados y unos zapatos de muñeca, eso en conjunto con una blusa sencilla y delicada de encaje. Como el aula se encontraba relativamente cerca de su residencia sólo tomó su portátil, cuaderno de notas, una pluma, celular, audífonos en caso de que trabajaran en clases y las llaves; también un poco de dinero; lo metió en su bolso y se marchó.

De camino se encontró con Casie y tuvieron una breve charla sobre distintos trabajos que tenían. Al llegar al aula Casie se despidió con la mano y se encaminó con sus amigas. Phoebe tomó asiento al frente de la clase y notó que había un espacio vacío a su lado al cual no prestó atención.

La clase comenzó como era de esperar.

-Buenos días, estudiantes. ¿Cómo se encuentran? - Preguntó amablemente la profesora Carol.

Al parecer unos de sus compañeros estaban decididos a no cerrar la boca. Sin embargo, la mayoría reaccionó y contestaron.

-Bien profesora ¿y usted?

-Bien bien, muchachos. Si me prestan su atención deseo presentarles a su nueva compañera. Ella los estará acompañando en sus diversas clases a aquellos que llevan bloque completo.

En ese momento todos se callaron y prestaron demasiada atención, específicamente los muchachos. Una joven de cabello rubio y ojos verdes, con lentes para ver y delgada pero linda los observaba desde el frente de la clase. Al notar la atención de los chicos se sonrojó.

-Ella es Annabeth Bates. Cariño, saluda a tus compañeros. - Dijo la profesora dirigiéndose a Annabeth. - Puedes sentarte junto a la señorita Belladona.

-Hola- dijo Annabeth en un pequeño murmuró y se apresuró a sentarse. - Le dije a Thomas que un traslado era mala idea. -Siguió ya sentada y en voz baja.

Phoebe inmediatamente captó que ella era la prima de Thomas. Y para evitar que la profesora la reprendiera sólo le sonrió.

La clase siguió su curso regular. Y mucho antes de que lo notará el tiempo se pasó muy rápido y la clase finalizó, no sin antes la asignación de una lectura rápida para la próxima clase del lunes. Phoebe tendría que pasar a la biblioteca aquella tarde. Recogió sus cosas y despidió a la profesora con su mano, para luego salir.

Unos tres pasos después de la puerta sintió un leve toque en su hombro derecho, volteó a ver para encontrarse con Annabeth.

-Hola. - Saludó esta. - Me preguntaba si me podrías ayudar con algo, digo si no estás ocupada o tienes algo que hacer.

Phoebe considero esto por un momento y contestó:

-Claro, ahora mismo no tengo nada que hacer, ¿que necesitas?

-Quería saber si me puedes ayudar a encontrar la biblioteca. Es que aún no conozco bien el campus y no entiendo mucho los mapas que dan, jajaja. - Rio suavemente Annabeth.

-Claro, de hecho, tenía planeado ir, te puedo mostrar un poco el resto lugar si así lo deseas. - Sonrió Phoebe.

-Me encantaría, mi nombre es Annabeth y sólo sé cuál es tu apellido.

-Cierto. -Rio Phoebe. - Mi nombre es Phoebe, es un placer conocerte.

-Para mí también lo es. ¿Vamos?

-Por supuesto.

Phoebe decidió tomar el camino largo hacía la biblioteca, mientras caminaban iba señalando lugares como la cafetería o la cancha. Así como otras aulas a las que asistiría después. Mientras caminaban hablaban de hacía cuanto había empezado el semestre y de los profesores de cada asignatura.

Ya en la biblioteca sacaron sus libros, los cuales se veían prometedores. En ese momento el celular de Annabeth sonó.

-Oh, vaya. Es mi primo, desea que vayamos a comer algo y a charlar. ¿No te molesta que me recoja aquí verdad?

-Claro que no. Ve y disfruta; supongo que nos veremos mañana en clases, aquí tienes el número de mi celular, si necesitas algo sólo avísame. -Phoebe decidió no mencionar a Thomas ni nada de él.

-Muchísimas gracias y adiós, Phoebe. - Se despidió Annabeth con un beso en la mejilla y Phoebe pensó que aquella chica le agradaba.

Después de esto caminó hacia su dormitorio, decidió que pasaría el resto del día leyendo y no pensando.

Misterio OportunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora