Propuesta a Annabeth.

2 0 0
                                    

Phoebe

Phoebe entró a clases como en una nube, y se dirigió sin pensarlo dos veces al asiento que había vacío al lado de Annabeth, se sentó y observó con una mirada perdida, a la pizarra.

- ¿Y bien?, ¿qué te dijo Thomas? – Preguntó casi de inmediato su compañera de mesa. Phoebe no sabía exactamente que responder o si lo que diría comprometería a Thomas de alguna manera.

- Nada importante iremos mañana a la pizzería que está muy cerca del campus- recalcando las palabras "muy cerca", para evidenciar que en cualquier ocasión ella podría volver directito a su departamento. –Hemos quedado en que me contestará unas preguntas para un trabajo pendiente que tengo.

–Oh perfecto, por cierto, hemos pasado por un café y te he comprado uno–Dijo, dándole a Phoebe un café que esta agradeció, su sabor era exquisito y estaba a la temperatura ideal.

La profesora llegó al momento y por esto las chicas dejaron de hablar por el rato, la clase se pasó de una manera rápida y transcurrió entre momentos de pensamientos perdidos de Phoebe y otros en los que verdaderamente ponía atención y se esmeraba por hacer unos bonitos apuntes.

Al salir ya eran las once de la mañana, por suerte de Annabeth y Phoebe la siguiente clase era hasta las doce y media, por lo que en un rápido acuerdo decidieron ir a por comida china a un restaurante que está dentro del campus y luego dirigirse a la residencia de Phoebe para comer. Annabeth decidió comer arroz cantonés al igual que Phoebe y compraron un refresco gaseoso para ambas. Al llegar a casa Phoebe se fue a la cocina.

–Bienvenida y mi casa es tu casa, Annabeth, prefieres comer en el salón o en la cocina–Dijo Phoebe deteniéndose en la entrada de la cocina.

–Muchas gracias, amiga, me parece que en la cocina está perfecto. –Contestó Annie poniendo una encantadora sonrisa.

Phoebe siguió su rumbo y le indico a Annabeth que la siguiera, después de servida la comida y el refresco comenzaron a charlar sobre cómo había sido la infancia de ambas. Annabeth contaba que por su parte siempre había sido feliz, aunque pasó momentos difíciles como tener que afrontar la muerte de su abuelo cuando tan solo tenía unos escasos siete años y que aun recordaba como este la llevaba de la mano a la heladería por su helado favorito. Phoebe reía ante las cosas que le contaba Annabeth, los chistes que su abuelo le hacía constantemente.

Phoebe le contaba que ella siempre quiso tener una bicicleta rosada pero que no tuvo tanta suerte así que sólo heredó la azul vieja de un primo lejano que tenía, pero que aun así era la niña más feliz con su bicicleta azul. Le contó cómo una vez se cayó de ella y su mamá le tuvo que limpiar la herida mientras le prometía que si no lloraba le daría un premio luego. Ambas chicas la pasaban muy bien, y alternaban los temas de conversación.

–¿Cómo va el asunto del departamento, Annie? –Le preguntó Phoebe, después de un rato.

–Nos ha costado un mundo conseguir un departamento en los alrededores, todo está sobresaturado, me estoy empezando a desesperar. – Contestó a su vez, con una cara de angustia muy profunda.

Phoebe tuvo un impulso un poco grande y siempre se había caracterizado por su gran amabilidad, por lo que espontáneamente contestó:

–Afortunadamente tengo una habitación vacía, es del mismo tamaño que la mía y nadie la está ocupando, si quieres puedes consultarlo y te mudas conmigo, creo que podemos ser grandes compañeras de cuarto, además últimamente me he sentido inusualmente sola. ¿Qué opinas?

–Por supuesto, Phoebe, estaría encantada, prometo no molestarte de más. Hablaré con Tommy para ver cuando podemos traer mis cosas y te estaré avisando, en serio me gusta esta idea. –Contestó muy contenta con la idea.

–Vamos, lavemos estos platos y te enseño la habitación. –Respondió Phoebe, feliz, sin pensar si aquella decisión alteraría algo con Thomas, pero tampoco es que le importaba.

Después de que viera la habitación Annie y Phoebe se dirigieron a su siguiente clase, tomadas del brazo, riendo y conversando, tal vez un poco apuradas debido a que se les hizo un poco tarde para clase.

Una vez terminadas las clases del día, Phoebe escribió un simple mensaje de texto a Thomas que decía: "¿Sigue en pie nuestra cita de mañana?" y presionó enviar, pero inmediatamente notó que había escrito cita por lo que envió otro mensaje: "me refiero a nuestra reunión, lo sientoooo:("

A los pocos minutos contestó Thomas: "Claro Phoebe, sigue en pie, nos vemos a las tres en el campus, podemos caminar de ahí."

Phoebe: "Claro, de nuevo mil gracias."

Thomas: "¿Cómo estuvo tu día?"

Al leer esto el corazón le dio un vuelco a Phoebe, aunque claro, el solo trataba de ser amable, se tranquilizó y contestó: "Bastante bien, tendrás buenas noticias por parte de Annie, espero, ¿y el tuyo?"

Thomas: "Excelente y apuesto que no me dirás que es por lo cual quedo en duda, pero esperaré a saberlo pronto"

Phoebe: "Buenas noches, Thomas"

A los minutos llegó el último mensaje: "Hasta mañana, Phoebe:)"

Cuando terminó de leer todo esto tenía una linda sonrisa dibujada en sus labios, se duchó y cepilló su cabello y dientes, en seguida se fue a su cama, oró a Dios una vez más como a un viejo Amigo y durmió placenteramente esa noche. Mañana sería un gran día.

Misterio OportunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora