Parte 6

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Mil gracias por leer :D

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Uno, dos, tres documentos fueron firmados sin que él prestase verdadera atención al contenido de cada uno. Los depositó uno encima del otro sobre la pequeña pila que se encontraba a un costado derecho correspondiente al papeleo listo y aprobado por su puño y letra para llevar a cabo acciones correspondientes y que pudiesen mejorar la vida en el reino. Tomó el siguiente papel, humedeció la pluma en la tinta y depositó su firma sobre la hoja para dar de nuevo su aprobación como gobernante. Lo dejó en el lugar correspondiente y soltó un largo suspiro.

Era temprano, podía apostar que apenas llegaban a las 11 de la mañana pero él sentía como si fuese ya bastante tarde. Giró su vista a la ventana, el día era soleado, bastante agradable como para almorzar en el jardín o pasear con una agradable compañía. A su mente vino el rostro de su prometido. Quería verlo, tenía esa urgente necesidad desde hace un par de horas. Era una sensación inexplicable. Algo en su interior se sentía inquieto, incomodo y desesperado por tenerlo cerca, por tocarlo.

Además estaba eso.

La situación con los pretendientes de su prometido había comenzado a molestarle de verdad. No es que Yuuri quisiera ser grosero pero cada vez llegaban más al castillo y él no quería verlos cerca de Wólfram. Era SU prometido.

-es mi omega- dijo para sí mismo en un bajo susurro recordando cómo es que el rubio les llegó a sonreír y tratar tan cortésmente.

Si él hacía eso con alguien más ¡Wólfram le armaba tremenda escena de celos!

Soltó un bufido frustrado, eso no le gustaba nada y no veía la hora para que aquellas personas desistieran y se marcharan por donde habían llegado. Los quería lejos, muy lejos del castillo, de su vida y de su prometido.

-si tiene tiempo para hacer eso dedíquese a seguir con el papeleo- la voz de Gwendal llamó de inmediato su atención –hay mucho por hacer- lo observó por unos segundos, el hombre mantenía su vista en los documentos y en su rostro seguía esa expresión molesta que parecía permanente.

Yuuri se preguntó si quizá Gwendal sabría algo sobre las constantes visitas y cartas de pretendientes hacia el tercer hijo de la ex reina.

-Gwendal...-

-¿Qué sucede?- el hombre continuó en su trabajo sin hacer contacto visual con él.

-¿Porqué hay tantos hombres viniendo a ver a Wólfram?- cuestionó con una expresión seria observándole –él aún es mi prometido, no veo el porqué están aquí coqueteando con él- expresó con cierto aire de molestia. No le era agradable la situación actual entre su prometido y esas personas.

Gwendal alzó su mirada al escucharle, deteniendo su trabajo y manteniendo esa expresión habitual en su rostro. El alfa pensó en si era bueno decirle todo o no. A decir verdad, él pensaba que lo mejor era que ese compromiso terminara, todo por el bien de su hermano quien sufría los constantes desprecios de su gobernante. Sin embargo; muy a su pesar; sabía que no existiría otro alfa como él. Wólfram lo amaba y por más que detestara admitirlo; el rey de los demonios era quizá el único al que entregaría su corazón durante toda su vida.

Suspiró con resignación, dejó su pluma por un lado, alzó sus brazos para apoyar sus codos sobre su escritorio y apoyó su mentón sobre el dorso de estas. Le observó con fijeza y decidió dejar el destino de su hermano en las manos de su rey.

-pronto se cumplirá un año de su compromiso- rompió el silencio después de unos segundos –creo que Gunter y Conrad ya le han explicado cómo funciona este mundo- el maoh le miraba con atención y decidió proseguir –Wólfram es un omega, como uno común se suponía que al cumplir la mayoría de edad sería comprometido con un alfa y sería marcado por este; le daría hijos y se dedicaría a ello- hizo una mueca de desagrado ante la idea, no le gustaba la imagen que en su mente se proyectaba sobre su hermano y el destino de un omega común para él –sin embargo, desde temprana edad fue designado por el mismo Shinou para ser su consorte; él evitó las reglas para un omega y; a pesar de recibir la educación básica para uno, también fue entrenado como un alfa y admitido en la milicia hasta que fuese tomado como pareja del nuevo rey- cerró los ojos unos instantes antes de continuar –Wólfram sería su prometido aún si usted no le hubiese abofeteado- observó de nuevo el rostro de su gobernante y decidió continuar –a partir de su compromiso usted debía fijar una fecha para su matrimonio y...debía marcar a Wólfram- arrugó el entrecejo con notoria molestia –ya que pronto se cumplirá el plazo y usted no parece tener intención de tomarlo como consorte o siquiera marcarlo; su compromiso se volverá nulo y Waltorana decidirá un esposo para él-

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