Parte 13

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En verdad gracias por tomarse el tiempo de leer esta historia. Gracias a los lectores fantasmas y a quienes se toman la molestia de dejar un comentario. 

Les recuerdo  que no soy profesional y no soy buena escribiendo. Así que me disculpo por términos mal dichos o faltas de ortografía.

Sin más que decir, aquí la segunda parte del final.

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Algo en el interior de Yuuri se removió. Su cuerpo comenzó a sentir una ola de emociones y a causarle un tremendo mareo. Alejó su mano del cachorro y la llevó de inmediato a su frente. No entendía lo que sucedía, se sentía extraño y completamente mareado. De reojo observó como el lobo albino se acercaba a él. El hocico del animal tocó su mano transmitiéndole un extraño mensaje que pudo entender perfectamente.

Todo estará bien.

Yuuri cerró los ojos y fue entonces que perdió la noción de sí.

La conciencia del rey demonio se mantuvo en un momentáneo trance mientras su cuerpo resplandecía bajo una luz blanquecina. Todo su ser comenzó a cambiar, a adquirir rasgos propios de un canino. Largos colmillos afilados sustituyeron los dientes de un humano. Cabello de color negro comenzó a brotar de su piel brindándole un pelaje abundante que cubrió lo que antes fuese de una persona.

El rey demonio ahora poseía la apariencia que le correspondía a su lado animal. Lentamente los ojos del lobo de pelaje oscuro se abrieron enfocando su vista en el otro ser que le miraba expectante. El lobo albino agacho su cabeza a la altura del otro y le brindo una caricia con su hocico.

Todo está bien.

Estamos juntos.

Quiso trasmitirle a través de la conexión que los unía que el cambio recién sufrido solo era una parte normal de su naturaleza primitiva.

Por las siguientes horas, la pareja real compartió ese momento tan íntimo junto al recién nacido. Tan sólo ellos, ajenos al resto del mundo. Sin preocupaciones.

Cuando Yuuri abrió los ojos pudo percatarse de que su pareja aún no abandonaba su naturaleza animal. Wólfram permanecía transformado en un lobo albino. Yuuri se preguntó cuál sería el motivo de ello. Su vista se desvió al pequeño ser que dormía plácidamente junto al omega. Era una escena por demás surrealista pero no por ello dejaba de ser hermosa ante sus ojos.

No pudo evitar sonreír ante ello. Se sentía dichoso, completo y sumamente bendecido por tener al omega como esposo y por el nuevo ser que había ganado su corazón desde el primer instante en el que supo de su existencia.

Su estómago gruño repentinamente, recordándole que no había ingerido alimento desde hace varias horas. Llevó su mano a este y notó un pequeño detalle. Estaba completamente desnudo.

Alarmado por este hecho, se incorporó enseguida buscando las prendas con las que recordaba haber ingresado a la habitación. Sin embargo, lo único que encontró fueron los pedazos de tela desgarrados y esparcidos alrededor de su lado de la cama.

-pero qu....- tomó un pedazo de tela negra admirándolo con confusión. No recordaba habérsela quitado y mucho menos recordaba haberla hecho jirones. Desconcertado por este hecho, decidió dejarlo de lado. Se acercó al ropero de madera y sacó otro juego de vestimenta. Se colocó las prendas en silencio y dio un vistazo a la cama dónde su cachorro y esposo aún dormían. Les dejaría dormir un poco más, aunque él no recordaba haberlos acompañado antes a hacerlo.

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