Parte 12

3.1K 200 13
                                    


Esta es la primera parte del final que estará dividido en dos.

Muchas gracias por leer.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

Wólfram sonrió enternecido ante la imagen que representaba su pequeña hija. Desde que la noticia de su embarazo se esparció por todos los rincones del mundo, la menor se había encargado de pasar mucho tiempo a su lado. Todos parecían felices con ello, pero la princesa parecía en especial emocionada por convertirse en una hermana mayor.

El rubio jamás pensó en la posibilidad de que ella se pusiera celosa sobre la presencia del nuevo bebé. Confiaba en la madurez de su hija y en que se alegraría por la noticia. Greta sería una excelente hermana mayor.

Acercó su mano a los cabellos rizados de la menor y los acarició con cuidado. La niña había adquirido, desde enterarse de la noticia, esa costumbre de pegar su oído a su vientre. Ella afirmaba querer escuchar al nuevo integrante de la familia y demostrarle todo el amor que ya le tenía. Era algo realmente enternecedor.

-Voy a cuidarte mucho cuando nazcas- afirmaba con verdadero cariño la castaña –así que por favor crece sano dentro de papá Wolf-

-serás la mejor hermana mayor- comentó con una amplia sonrisa –confió en ti para que lo cuides-

-¡Greta se esforzará en ser la mejor hermana!- los brazos de la niña rodearon la cintura del rubio con todo el cuidado que podía. Se sentía muy bien estar cerca de su padre.

Sin borrar su sonrisa, Wólfram continúo con las caricias en la cabeza de la menor. Adoraba pasar su tiempo con ella y; había notado desde que empezó su etapa de gestación, que la niña se había vuelto más cercana a él que antes. No le molestaba en absoluto; al contrario, le era bastante agradable. Aunque el rubio se preguntó si aquello podría deberse a las feromonas maternas que su cuerpo liberaba desde entonces.

El omega guió su vista a la ventana, la noche había caído en un abrir y cerrar de ojos. Debía arropar a su pequeña y volver a la habitación que compartía con su pareja.

-Greta ya es hora de dormir- dijo con suavidad en su voz –desde hace un rato debías hacerlo-

-solo un poco más- la menor se aferró a su cintura -¿Si? Debo darle las buenas noches a mi hermanito- llevó su mano al vientre acariciándole con cariño –buenas noches bebé, deja que papá Wolf duerma- depositó un pequeño beso sobre el apenas visible bulto -Sé un buen niño-

-mañana podrás volver a hablarle, le gusta escucharte-

-Si- la niña se apartó sin querer hacerlo -¿Tengo que dormir ahora?- preguntó en un mohín mientras se apoyaba sobre sus rodillas en la cama. Tanto padre como hija se encontraban desde hace un largo rato en la habitación que correspondía a la menor. Ella vestía ya su pijama amarillo de manga larga que le llegaba casi por la altura de sus tobillos. Se encontraba preparada para viajar al mundo de los sueños; no obstante, decidió entretener un poco más al rubio debido a que su otro padre le pidió ayuda para prepararle una sorpresa al omega. Ella sin duda había accedido. No tenía idea de que podría ser esa sorpresa, pero Yuuri le había asegurado que se lo informaría por la mañana.

-por supuesto que debes - afirmó con falsa seriedad el rubio, quien se incorporó de la cama –ahora a dormir- observó a la niña recostarse con lentitud y acomodar su cabeza sobre la almohada.

Una vez que estuvo recostada, tomó las cobijas y las subió cubriendo con estas el cuerpo de su hija –buenas noches- se inclinó y depositó un pequeño beso en la frente de la niña.

MarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora