Hoy el pequeño Alon se encontraba acostado en su linda cama cubierto con varias sabanas , tomando Té en una taza color azul pastel. Aquel día padecia de un fuerte resfriado.Su novio; jos había salido en busca de alimentos y medicinas al supermercado; para poder consentir a su niño bonito.
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Había ya pasado un poco mas de una hora y el mayor no aparecía y dicho ojiazul comenzaba a enojarse.
Pasados ya unos minutos el pelinegro apareció en la puerta entrando con grandes bolsas llenas de despensa para los próximos dias
– Lindo – Grito desde el piso de abajo – Ya llegue – Dejo las llaves en la mesa y las bolsas en el sofá.
Subió las escaleras y entro al cuarto que compartia con el pelirrojo.
El pequeño se encontraba acostado mirando el televisor con sus brazos cruzados y un pequeño puchero en sus rosados labios.
– Bebé –El pelinegro hablo dulcemente.
El mayor comenzó a caminar a la cama para luego acostarse a lado del pequeño y abrazarlo por la cintura. Pero el menor no hacia gesto alguno
– Que pasa peque – pregunto el pelinegro.
– Mmmhm.... Nada – El menor se safo del agarre del ojimiel.
– Oye que pasa , que hice – su voz se torno tenue y decaída.
– Me olvidaste – Se formo un puchero es sus labios y sus ojos comenzaron a humedecerse , su pequeña nariz se encontraba mas que roja , con pequeños moquillos.
–¿Que? Sabes que yo nunca te olvidaría amor – su voz del ojimiel era tan dulce , que en cierta parte le dio tranquilidad al pequeño Alon.
– Entonces quiero una explicación de por que te tardaste tanto– Hablo un poco entrecortado y sorbiendo repetidas veces su nariz.
– El supermercado se encontraba lleno y había unas enormes filas para pagar , pase media hora en las estúpidas filas Alon , ya quería llegar , para poder verte y cuidarte , compre muchos dulces y son especialmente para ti , sabes que te amo y nunca te olvidaria – Jos hablo
Y el menor se abalanzo contra el, dándole un gran abrazo , colgandose levemente del cuello del ojimiel , aspirando su dulce aroma que solo el tenia , metiendo la cabeza en su cuello
– Perdón Jossy , solo que pensé que me hablas dejado solo y olvidado – el ojiazul agacho su cabeza.
– Perdón no debí dejarte solo , pero pensé que era mejor ya que estas enfermito y allá afuera hace mucho frio – Hablo esta vez el mayor – Entonces nos perdonamos – hablo dulcemente el menor
– Si – Los labios del mayor se juntaron con los del pequeño convirtiéndose en un tierno y romántico beso dando a entender que habían sido perdonados
Sus labios encajaban perfectamente.