Narrador.- MasonDoce jodidas horas, prometí solo tardar doce horas y estar en casa a primera hora, pero esa jodida chica tuvo que tomar media hora más, no puedo esperar a programar su muerte.
Necesitaba encontrar al pequeño Mendes para encargarlo de las celdas.
Narrador.- Omnisciente
El pálido chico se dirigía hacia la salida con abrigo en mano, nadie sospechaba su identidad, pues siempre al cometer crímenes cambiaba su identidad gracias a la magia del maquillaje.
Mason Allen era el chico más inteligente de la clase, ratón de libros y molestado por los chicos populares tras su obsesión por el maquillaje.
Más un día todo cambio, su vida dio un giro de trescientos sesenta grados.
Drogas, alcohol y chicas.
Todo había cambiado excepto sus problemas de ira.
Una vez fuera del establecimiento Allen se colocó el abrigo, del cual levantó el cuello y tomó el camino a casa.
Tres kilómetros al este seguidos por una vuela a la izquierda, un kilómetro más y se encontraba en casa. Al llegar ahi abrió la puerta, a la cual se acercaba corriendo una pequeña niña de unos tres máximo.
– ¡Papi! Volviste. - dijo la pequeña con una sonrisa en el rostro y las mejillas cubiertas de rosa.
Al llegar a él Mason la tomo en brazos soltando una leve risa, le parecía una bendición regresar a casa con su hija, poder volver a admirar sus pequeños ojos verdes y escuchar su aguda voz. Besó su nariz y la recargó en su cadera mientras la sostenía.
– Así es angel pero solo por la noche.- Soltó un suspiro y sonrío. – Después no regresaré por dos días pero prometo volver por uno entero entonces. ¿Si cariño?
La pequeña niña hizo un mohín con sus labios y asintió antes de recostarse en la cama.
El chico colocó las cosas que llevaba en el bolsillo de los vaqueros sobre la noche de mesa y se fundió en un sueño junto a su hija.
Narrador.- Mendes
Había pasado toda la tarde limpiando el desastre que dejaron los chicos ayer por la noche, la siguiente y ultima tarea era llevar los alimentos. Me dirigí hacia las sucias celdas. Una tras otra las fui abriendo y depositando la comida.
Narrador.- Omnisciente
El chico se detuvo frente a la celda de Antonella y frunció el ceño al darse cuenta que únicamente tenía la llave de una pequeña rendija, abrió la misma y deslizó el plato dentro. Al depositar la comida pudo sentir una mano apretar su muñeca.
– ¿Estas solo? .- Preguntó Antonella al sentir las cicatrices en los nudillos de Shawn quien suspiró y asintió mas al darse cuenta de que la chica no podía verlo se aclaró la garganta.
– Si, Mason salió hace unas horas y los otros idiotas se encuentran en el sótano. ¿Encontraste la apertura que te dije?
– Si.- dijo Carlyle antes de soltar la mano del secuestrador
Mendes tomó la nota que llevaba en su bolsillo y la deslizo por la rendija.
– Asegúrate de deslizarla hasta el fondo, ella necesita tenerla. Pero lo mas importante, No la leas.
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Encuéntrame
Fiksi PenggemarSangre, dolor y placer era lo que inundaba la mente de el presunto culpable tras haber asesinado brutalmente a su mejor amigo Scott Harries. La mirada de terror que inundaba sus ojos llenaba los suyos de emoción. Sostenía a su victima por el cuello...