EPÍLOGO

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[Base Militar Niara, Kismayo, Somalia]

{Xavier}

- Y pensar que aquí fue donde empezó todo...- murmuro observando una de las numerosas vainas con nuestros experimentos.
- Y el mundo creyendo que fue un accidente- se ríe Mia.
- Nada de esto fue accidentalmente- sonríe Asher, orgulloso de nuestra obra mundial-. Todo este caos que hemos causado... eso no lo conseguiría cualquiera.
- Pero ahora está la cosa más calmada. Gracias a nuestro apocalipsis hemos causado una guerra a nivel mundial, hemos causado tantas cosas...- sonrío satisfecho pero cambio de expresión al recordar lo que nos impide seguir con la destrucción de la humanidad-. Nuestra primera molestia fue un chico llamado Jack Blair. Controlando a nuestros monstruos. Tuvimos que hacerlos más rápidos para que lo destruyeran y estuvieron a punto, casi nos lo cargamos en Fort Detrick, pero no, tuvo que salvarse el trasero- digo con una mueca de odio.
- Ese no es el mayor problema- dice Mia, cabreada-. Controlar a los zombis lentos no fue para tanto. Lo peor fue que apareciera alguien conocido como Zero que fuera capaz de controlar a los monstruos que acabábamos de crear, más rápidos y más fuertes.
- No han parado de jodernos todo este tiempo- dice Asher caminando hacia la sala especial, donde guardamos a nuestro experimento más reciente.

Las puertas de la sala se nos abren automáticamente a nuestro paso.
- ¡Admiremos nuestra nueva obra de arte!- exclamo orgulloso.
- Puede que hayan conseguido controlar a los demás, al fin y al cabo todos tenían el mismo gen, tanto los lentos como los rápidos, pero esto... esto es otra cosa- dice Asher, asombrado.
- Esto es imparable- comienza Mia.
- Indestructible- sigue Asher.
- Incontrolable- termino.

Es la hora.
Ahora que la guerra ha acabado y todo está más calmado.
Ahora que se creen que lo tienen todo controlado.
Jamás hemos parado de joderles la vida.
No lo vamos a dejar de hacer ahora.

Ante mí, se extiende una criatura con garras, garras largas y tan afiladas como cuchillos. Tiene aspecto humano, solo cuando lo miras a lo lejos. Es más que eso. Estos monstruos no se deterioran con el tiempo, como los demás. Tiene un aspecto que asustaría hasta al más valiente. Piel arrugada, dura, carnosa, totalmente desnuda. Cabello largo negro, ojos totalmente blancos, tan blancos que se pueden ver en la oscuridad. Dientes afilados. Boca torcida. Orejas grandes. Al fin y al cabo se guían por el más mínimo sonido.

Es nuestra mayor creación hasta el momento, la primera de muchos proyectos más que ya están en obra.
Tenemos lo necesario.
Lo necesario para provocar una destrucción y caos como nunca antes, y ser invisibles a ellos.

- Bueno, ha llegado el momento, ¿estáis preparados?- pregunto a mis dos compañeros.
- Ya estás tardando- dice Mia.
- Dejadme tener el honor de hacerlo- dice Asher y tira de una palanca.
La plataforma donde está nuestro monstruo se eleva.
Hacia el exterior, abriéndose las puertas del techo.
La plataforma sube. Las puertas se cierran, dejando la vaina en el mundo exterior. No tardará en abrirse y dejar salir nuestra creación.

- ¿Ya está?- pregunta Asher-. ¿Lo hicimos?
- No oigo nada- dice Mia.
- Esperad- les indico con un gesto.

No tarda.
No tarda en oírse su grito de furia.
Un grito deseoso de muerte.
Un grito que augura un nuevo infierno.
Un grito que augura nuestro propósito.
El fin del mundo.

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Apocalipsis Zeta - Parte 6: Los Cuatro Jinetes Del ApocalipisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora