REVANCHA

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{MARY}

- Vamos- escucho decir a una voz.
Parpadeo y cuando logro ver con claridad, me encuentro con que la furgoneta donde me llevaban ha estampado contra una casa medio en ruinas debido a la explosión, y el conductor ha muerto pero el guardia que me arrastra sigue bien, salvo por una brecha que tiene en la cabeza, de la cual le cae sangre.
- ¿Adónde me llevas?- le pregunto deshaciéndome de él.
El guardia asiático vuelve a cogerme por una manga de la sudadera azul.
- Ella quiere que estés bien, tenemos que protegerte y llevarte hasta ella- me dice.
- ¿Ella?- le pregunto frunciendo el ceño-. ¿Tao Wang?
El guardia asiente y sigo sus pasos pero entonces lo recuerdo.
Mi mente se va aclarando.
Me paro en seco y me vuelvo.
- ¡Tengo que ir a por Hana!- le digo pero el guardia vuelve a pararme.
- Ya es demasiado tarde. La presidenta exige tus servicios.

Llegamos a un edificio pequeño.
El guardia me empuja hacia dentro y cierra la puerta, dejándome sola.
Hay una silla y, sobre un escritorio, una radio.
Supongo que tengo que encenderla.
Acciono un botón y hablo por el micrófono.
- ¿Hola...?
- ¡Ah, Mary, estás bien, menos mal!- se oye la voz de Tao.
- Sí, ¿qué ha pasado? Esas explosiones...
- En cuanto mis guardias me avisaron de que un hombre loco estaba dando un sermón sobre el apocalipsis, les exigí que te encontraran y te pusieran a salvo. Ya ha empezado...
- ¿Empezado...?- pregunto entre confusa y temerosa-. ¿Estados Unidos?
- Sí, han sido ellos. Me acaban de notificar que han dejado una nota grabada en metal en medio de la explosión. Ellos mandaron a un mártir para esto.
- ¿Y qué decía en la nota?
- Rendiros.
- ¿Y vamos a hacerlo?
- Ni soñarlo. No podemos dejarle todo lo que hemos construido hasta ahora a un lunático como Michael que solo busca poder.
- ¿Y entonces? ¿Nos vamos a quedar de brazos cruzados?
- Para nada. Habrá una revancha. Y será inesperada.
- ¿Una revancha, cómo? ¿Vas a pagarle con la misma moneda?
- O peor.
- ¡Pero se llevarán vidas de inocentes por delante!- golpeo la mesa-. ¡No podemos hacer eso! ¡Tiene que haber otra forma!
- No la hay, Mary... Tanto tú como yo sabemos que no la hay, no con Michael, él tiene las cosas muy claras. Créeme, pienso igual que tú, no quiero llevarme a inocentes por delante aunque hayan hecho eso mismo allí en Ordos. Pero no queda otra. Si no contraatacamos, si no les metemos miedo, no nos dejarán en paz hasta que nos rindamos. No ha otra opción factible.
- Está... está bien...- asiento con la cabeza aunque sea solo para mí-. ¿Y qué tengo que ver yo en todo esto?
- Tú te encargarás de Ordos. El mátir logró pasar matando a los guardias así que reforzarás la seguridad de la ciudad. Tendrás todo controlado, estarás al mando y no vas a tener de qué preocuparte porque tendrás un servicio de seguridad las veinticuatro horas del día. ¿Puedo confiar en ti para este trabajo?- me pregunta y me quedo pensativa.
- Pues... es mucha responsabilidad... no sé si estoy preparada- le contesto dubitativa.
- Lo estás- me dice, su voz suena muy segura-. Tienes madera de líder. Estás preparada.
- Va... vale... ¿Y tú, estarás a salvo en las Islas Spratly?
- No voy a estar allí- me dice para mi sorpresa-. No te puedo decir adónde voy, a nadie, es secreto de estado, pero estaré a salvo, nadie me podrá encontrar, y estaremos en contacto constantemente por esta radio. ¿Está bien?
- De acuerdo.

- ¡Quiero una lista con todos los fallecidos en el accidente! ¡Quiero el doble de refuerzos en todos lados, en todos los rincones! ¡Instalaremos sensores por las afueras de la comunidad! ¡Quiero a gente que inspeccione la zona exterior de Ordos y avise si ven algo extraño! ¡Quiero que se aumente la fabricación de balas! ¡Quiero que todos se preparen para una posible guerra en cualquier momento! ¡No os voy a mentir, Estados Unidos tienen muchas armas, son poderosos, quieren hacerse con todo lo que tenemos! ¡Y no pienso permitir que eso pase! ¡Si unimos fuerzas conseguiremos combatirlos! ¡Unidos podemos!
La multitud de Ordos grita en vítores cuando termino el discurso. Mando a algunos guardias a poner orden entre la gente y empezar a repartir el trabajo.

Apocalipsis Zeta - Parte 6: Los Cuatro Jinetes Del ApocalipisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora