DERROTA

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{ABADÓN}

"Muy bien, ahora sigue adelante. Ya queda menos."

No había nadie en la cocina.
No quería a nadie.
Solo quería lo que el hombre malo me ha mandado a recoger.
Ahora sigo mi camino hasta mi destino.
Camino a gatas por el conducto de ventilación.
Sigo las órdenes del hombre malo.
Camino hacia donde él me indica.

Hay mucho ruido fuera. Eso es bueno, así no me pillarán.
Me he pasado días escondido en los conductos de ventilación, sin ni siquiera comer.
No tengo hambre.
Solo quiero que dejen de creer que soy el malo, que yo maté a esa mujer, la abuela de Star. Yo no fui.
Mi mamá lo va a saber.
No estoy mal.
No.
No lo estoy.
Solo sigo a mi amigo.
Solo voy donde él me dice.
Junto con un cuchillo.
Lo voy a necesitar.

"Es aquí. Es la hora. Quita la cubierta con cuidado y haz lo que te he ordenado. Tú no estás loco, Abadón, no lo estás."

Quito la cubierta del sistema de ventilación y miro a los lados.
Estoy sobre un armario.
Intento aguantar la respiración.
No pueden pillarme.
Hay solo una persona, mirando unas pantallas, algunas funcionan y otras no.
Está muy concentrado en lo suyo.
Miro al hombre malo, que se encuentra a mi lado, nunca se separa de mí.
Lo miro y sonrío.
"Es la hora, Abadón, es la hora de demostrar tu inocencia."

{RACHEL}

Las puertas se abren.
De par en par.
Los soldados que se encuentran en el interior parecen confusos.
Pero no se dejan llevar por la sorpresa, simplemente actúan.
Entre el humo que sale de las granadas que hemos lanzado.
Con un grito conjunto, los dos bandos se sumergen en la lucha.

Somos muchos.
Gracias a la llegada de las otras naves asiáticas, somos muchos más.
Parece que hubieran estado esperando a que la situación se controlara en las afueras para actuar, como si los demás asiáticos, los que llegaron en primer lugar, solo hubieran sido un simple anzuelo, como si tuvieran previsto que iban a morir.
Como si todo formara parte de un plan más grande que todos nosotros.
Pero no es hora de ponerme a pensar.
Es hora de luchar.

{ZETH}

Apunto con la AK-47 que he cogido de un enemigo caído.
Apunto y disparo.
Kat dispara junto a mí, sin siquiera apuntar, masacrando a todo lo que se ponga por delante.
Los soldados de Michael intentan impedir nuestra entrada a La Llama pero ya es demasiado tarde.
Los asiáticos lanzan granadas. Eso despeja nuestro camino hasta llegar al fuerte.
Una vez que ponemos pie en territorio enemigo, nos volvemos locos.
Atacamos sin pensar.
Nos mezclamos.
Nos separamos.

Ya no sé nada de Kat.
Nada de nadie.
Los he perdido a todos.
Pero no tengo que preocuparme de eso ahora.
Solo de Michael, Michael y sus esbirros.
Es hora de poner fin a esta guerra.

{ZETA}

- ¡Mantened cerrado el paso, que no entre nadie del bando contrario!- grita Jack-. ¡Zeta, ocúpate de mantener a los zombis en su sitio y si se acerca algún enemigo, hazlos atacar, sé que puedes, tienes control sobre ellos, no sabemos hasta qué punto, pero estarás bien junto a Zombi! Volveremos pronto, Zero y yo tenemos que salvar algunas vidas.

Asiento con la cabeza y los enfermos van ocupando la entrada al fuerte tras el paso de Jack y Zero.
Los mantengo en su sitio, quietos, sin mover un músculo, como estatuas.
Le estoy pillando el truco a esto.
Aún no asimilo todo esto, aún no me creo que yo también tenga una especie de poder, influencia, entre ellos. Eso... eso implicaría también que soy inmune, pero no me debo descuidar.

Apocalipsis Zeta - Parte 6: Los Cuatro Jinetes Del ApocalipisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora