Amor Puro: Un juego de niños (Yuri)

Capítulo 2.- Un nuevo inicio (Parte 1)

Espero que les guste este segmento. Les pido perdón por no haber podido actualizar, pero estuve un poco ocupada con mi pareja en estos días y como casi no le veo necesitaba aprovechar al máximo su compañía.

Juro poner el acelerador al fondo a mis dedos para poder terminar esta sección cuanto antes.

Les agradezco sus lecturas criaturas del señor. Aquí nos vemos pronto.

Saludos Luc.

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Año y medio pasó rápidamente.

¿Qué paso con Lin? Poco antes del mes de julio; antes de cumplir once años; se fue a vivir con su madre al otro lado del país.

¿Lilith? Pase los últimos dos veranos con ella, uno en la ciudad y otro en la costa. En cada uno continuo nuestro juego confidencial hasta niveles inimaginables.

Me encontraba en la escuela secundaria con doce años recién cumplidos

La diferencia es que después de superar el sexto grado de primaria y varias preguntas contestadas por amigos, por profesores y lo grandioso del internet; ya sabía lo que había estado haciendo.

Lilith quería sexo. Y le practique sexo oral a Lin.

Tanta fue mi necesidad de respuestas que en varias ocasiones me sacaron de las salas de computación por buscar pornografía sin saberlo. En todas mis búsquedas, todos los videos que logre ver, las imágenes en las enormes pantallas de las computadoras, en ningún momento vi dos chicas besarse, ni tocarse como lo hacía con Lilith, ni chicos manteniendo sexo anal como Lin me mencionase algún día.

Muchas veces me entraban ganas de preguntar el porqué, pero nunca me atreví.

Las cosas con mi familia no habían variado en absoluto. Mi padre se la vivía trabajando al igual que mi madre con quien apenas mantenía conversación, Sofía se encontraba en segundo grado de la media superior por lo que apenas nos veíamos; Paula acababa de ingresar al nivel básico y era yo quien le ayudaba cuando no podía.

Pero en esos momentos mi inseguridad le ganaba a mis dudas sobre sexualidad y mis problemas familiares.

Me estaba afrontando a mis primeros días de estudiante en un secundaria en la que no conocía a nadie, al menos en la primaria tuve más tiempo para conocer a mis compañeros, ahora solo tenía unos minutos entre clases.

Entrando el mes de octubre estaba resignándome a no conseguir amistad más allá de las académicamente estrictas para algún fin de semana en compañía.

Para sorpresa y alivio de muchos, la profesora de matemáticas se había enfermado por lo cual tenía que faltar esa semana, y todo mundo estaba aprovechando para entablar amistades.
Yo estaba emocionada, pues, un grupo de chicos se acercó a hablar conmigo.

-¿A ti te gusta ese grupo?- El más grandulón me dirigió la palabra tras ignorarme un par de minutos - Los tales Jonas*-

-Bastante, el mayor tiene unos ojos preciosos-

-A nadie le gustan esos maricones- Me dijo volteándome la cara.

-A mí me gustan esos maricones, en especial Nick que tiene unos chinos hermosos- Se escuchó en el fondo del aula.

La voz pertenecía a una chica, de baja estatura, piel clara y pelo tan largo que le cruzaba las caderas de color negro brillante, con cara de pocos amigos.

-Qué triste que no les gusten los hombres de verdad- Obtuvo como respuesta del grandulón y todos le siguieron en su risa burlona.

Me aleje de ellos para ir al fondo del aula con aquella chica.