Olvídalo tú...

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Abandonó el vuelo, bajó del avión con el único propósito de entregar aquella carta que se atrevió a entregársela…
Llegó corriendo a su habitación y sacó aquella caja que guardaba en el fondo de su closet -él sabía que lo que estaba a punto de hacer, dolería- Abrió aquella caja y lo que no quería hacer, pasó. Empezaba a leer la carta y una lágrima corría por su rostro…
Olvida aquel día que nos conocimos, el primer día que decidiste hablarme en aquella biblioteca que solíamos acudir. Olvida mis torpezas y las cosas que me decías con sólo el propósito de hacerme reír, olvida los abrazos que me dabas cuando en mi rostro se reflejaba aquella melancolía que llevaba dentro. Olvida aquellos momentos en donde te colmaba la paciencia con mis celos sin sentido y mi comportamiento tan engreído y habitual. Olvídate la primera vez que te dije que te quería al escuchar lo que sentías por mí. Olvida todos nuestros mensajes, aquellas madrugadas que pasábamos hablando, madrugadas que de pronto se volvieron auroras. Olvida nuestras salidas al malecón, el buscarle diferentes formas a las nubes, tardes que terminábamos de la mano mirando el ocaso. Olvida aquel momento en donde nos empezamos a extrañar, extrañar y callar. Olvida el momento en el que dejamos de ser nosotros… Olvida que en algún momento formaste parte de mi vida y yo de la tuya, aquella noche fría en donde todo dolió.
Olvídalo tú, porque sinceramente yo, hasta ahora, no puedo…
Terminó de leer la carta -aun llorando desconsoladamente- cerrándola  y devolviéndola al lugar en donde la sacó.

Estaciones grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora