Capítulo 8

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Baekhyun nunca había visto tantas fanáticas de cerca, estaba seguro de que podría formar un ejército con ese montón de niñas cabezas huecas.

—Baekhyun, se nos hace tarde para la lectura del guión —mencionó Dongwoo de pie junto a él.

Baekhyun se encogió de hombros y regresó su atención a su celular.

—¿Y qué quieres que haga?

—Debes cortar con esto —insistió el hombre.

Oh, no. Si tenía alguna idea de como iría eso, sabía que no terminaría nada bien. Las fanáticas odiaban ser interrumpidas ya que la mayoría sentía tener derechos sobre el ídolo y si se paraba en medio de ese escenario e interrumpía sus sesiones de fotos con Chanyeol, probablemente ellas le sacarían los ojos.

No obstante, Dongwoo no dejó de insistir y no tuvo más opción que acercarse hasta Chanyeol e informarle.

—Oye, estamos cortos de tiempo, termina con esto —habló bruscamente.

—¿Pretendes que me vaya y ya? Ve tú y diles que se vayan ahora —gruñó.

Decir que fue melancólico estar justo frente a cientos de fanáticas ruidosas con carteles y cámaras, sería poco, pues fue lo que Baekhyun nunca pudo tener. Cortó todo el ruido gritando hacia cada una de las insistentes chicas que ya era suficiente, pero no funcionó, el bastardo de Chanyeol tomó la oportunidad de inmediato para oponerse y ser el chico bueno en la escena. El resultado final fue que las chicas se salieron de control, acorralando a Chanyeol y pasando por encima del rubio, una incluso pisó su mano.

Sí, los malos días no acababan. Creyó que podría pasar el resto de su vida sin tener un accidente que requiriera de un yeso, pero ahí estaba, con la muñeca rota y una expresión de disgusto, sobre el sofá de Chanyeol. El ídolo atravesó el apartamento rápidamente hacia la salida y le dio una última mirada antes de irse.

—Que falso —murmuró.

—¡¿Qué balbuceaste justo ahora?! —gritó el rubio sosteniendo su mano—. ¡Ven y dímelo en mi cara!

—Espera, espera —lo calmó Dongwoo—. Déjalo, tiene que descansar.

—¿Acaso no vive aquí? —el mánager negó.

—Desde que salió el álbum prefiere estar todo el tiempo en el estudio, incluso tiene un dormitorio.

Probablemente se sentía tan incómodo de estar en su casa como Baekhyun lo estaba la mayoría del tiempo, decir que no habían recuerdos por todos lados seria una gran mentira.

Más allá de Chanyeol, una idea bastante descabellada cruzó su mente. Aún tenía la llave y Dongwoo le había proporcionado el código actual del lugar, ¿podría?

¡Claro que podría! Incluso llevó dos grandes maletas cuando se infiltró en el lugar, por suerte, la seguridad lo reconocía y todo salió bien. Se maravilló al encontrar el refrigerador recientemente lleno de Park, su suministro personal de golosinas renovado y la variedad de bebidas junto a él. Oh, sí, disfrutaría la primera noche consumiendo lo mejor.

Dejó sus cosas en la habitación donde solía hospedarse cuando era bienvenido y pasó junto a la puerta de aquella oficina que solía estar prohibida para él. Solo que en ese momento, la puerta estaba semiabierta y no pudo resistirlo.

Lamentablemente, no era una habitación llena de objetos para realizar sacrificios humanos, como pensó, era un estudio de grabación personal. En retrospectiva, el hecho de que Chanyeol le prohibiera la entrada alimentó sus fantasías, pero la realidad era mucho más aburrida. El lugar lucía moderno, ordenado y monótono –como todo–, con un par de cuadros con fotografías de Chanyeol en las paredes, justo como el resto de la casa. Pudo divisar su computadora personal, un marco volteado contra la pared y una carpeta de color neutro.

Anti-fan | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora