Capítulo 3

277 23 11
                                    


— No estoy tan seguro de que esto haya sido una buena idea, —dijo Kurt, tratando de esconderse detrás de Rachel mientras caminaban hacia el interior del Lima Bean.

— Shhh. Sé que te sientes humillado...

— Sí, gracias por eso.

— Escúchame. Realmente no creo que haya nada de qué avergonzarse. Y si quieres que él piense que eres maduro, la mejor manera de demostrárselo es entrando de nuevo con la frente muy en alto.

Kurt esperaba en la fila para ordenar las bebidas. Mirando a su alrededor, no vió ninguna señal de Blaine y se sintió contento de que por lo menos tendría unos minutos para tranquilizarse y prepararse para volver a verlo. No es que él todavía estuviera molesto por su encuentro de la semana pasada, era simplemente que... tenía que verlo. Kurt no podía explicarlo mejor que eso, a él mismo o a otros. Pero sabía que, a pesar de haber soportado una semana de acoso en la escuela, tan pronto como mirara en el interior de los ojos de Blaine, todo estaría bien.

— Hey Kurt. —Brincó sobre un pie, sobresaltado y se volvió para ver a Blaine parado justo ahí, luciendo... ¿apenado? ¿nervioso? Kurt no lo sabía a ciencia cierta, pero definitivamente no era el Blaine confiado y un poco atrevido que había visto las últimas dos semanas.

Tragando saliva, Kurt logró articular un "Hola," antes de que se sonrojara furiosamente. Maldijo para sus adentros el hecho de haber heredado de su madre la capacidad de rubirozarse de esa manera.

— Ya no te vi la semana pasada... cuando terminé, —dijo Blaine en voz baja, y Kurt percibió un débil rastro de decepción en sus palabras.

— Sí... lo siento. Tuve...

— Las Seccionales, lo sé. Felicidades por cierto.

— ¿Cómo supiste que ganamos?

— Un viejo amigo de la escuela es maestro en Dalton. Le pregunté.

— Bien, —Kurt cerró sus labios sin saber qué decir, y se sintió aliviado cuando la fila avanzó y fue su turno de ordenar.— Dos mokas sin grasa por favor y uh... ¿Puedo invitarte algo?

Mierda, pensó Blaine. ¿Qué diablos estába pasando? Estos sentimientos no podían ser reales. Y si así lo eran, entonces debía estar luchando contra ellos a cada paso que daba. Se había prometido a sí mismo que si Kurt llegaba a presente esa noche en el Lima Bean, le dirigiría un saludo cortés y eso sería todo. ¿Entonces por qué sus pies lo habían arrastrado hasta la barra? ¿Por qué había empujado y pasado a varios clientes disgustados en la fila para llegar al chico? ¡Y ahora el niño estaba ofreciéndose a comprarle una bebida! Aléjate Blaine.

Simplemente.

Aléjate.

— Tomaré un medium drip, gracias, —dijo Blaine, luego golpeó su frente en señal de frustración.

— ¿Estás bien?

— ¿Hmm? Sí, sí. Muy bien. Así que... ¿cantarás esta noche?

— No.

— Deberías, —djo Blaine dando palmaditas en la espalda de Kurt, en lo que esperaba que fuera un gesto amistoso, pero que lamentó inmediatamente cuando el pequeño niño se estremeció bajo su toque.— Oh Dios mío, lo siento. ¿Estás bien? —Blaine le preguntó rápidamente.

— Sí, no es nada, —dijo Kurt estoicamente, pero Blaine se dio cuenta que sentía dolor por la forma en que se masajeaba su hombro cuidadosamente.

— Toma, déjame pagar los cafés —Blaine intentó sacando su cartera, pero Kurt lo detuvo.

— No seas ridículo. Yo te invité.

Wake me up InsideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora