Capítulo 3

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Domingo 9 de febrero, 2014.

Dio otra vuelta en la cama y exhaló frustrado en la oscuridad. Se preguntaba por qué no se sacaba el rostro de ese chico de la cabeza.

Junhong nunca se había sentido inquieto luego de ver a una persona por primera y única vez, nunca había tenido deseos de volver a ver a alguien a quien había visto solo una vez y por corto tiempo, nunca se había pasado, literalmente, días pensando en el rostro de alguien. ¿Acaso estaba enfermo? No, lo dudaba, a él el invierno no lo ponía así. Pataleó en su cama y tomó su teléfono, marcando el número de su preciado amigo y esperando a que éste le contestara.

¿Junhong?

—Hola —sabía que el otro no le veía, pero no pudo evitar el hacer un puchero.

¿Todo bien? Son las doce y quince, deberías estar durmiendo.

—Igual tú, apuesto que estás en la consola.

Claro que no —el sonido de naves espaciales explotando que se escuchaba de fondo se detuvo—. Y bien, ¿qué pasa?

Se mordió el labio, era una locura. ¿Sería muy raro el querer saber de alguien a quien había visto solo una vez? Porque de verdad quería, desesperadamente.

—¿Cómo se llama el chico del bar?

Un momento, ya le devolviste su camisa, ¿para qué quieres su nombre?

Dudó un momento. ¿Cómo le decía a su querido amigo Moon Jongup que repentinamente sentía cosas por un chico? Estaba convencido de que el mayor no lo iba a juzgar, pero aun así él tampoco entendía lo que pasaba por su cabeza. Seguramente era un sentimiento pasajero, tal vez era eso.

—S-sólo quiero saber... —respondió al cabo de unos segundos.

Ah... —le escuchó resoplar y se lo imaginó revolviéndose el cabello—. Creo que era Asesino algo...

—Jongup...

Ya, ya. Yongguk, no sé su apellido. —sonrió amplio al obtener lo que quería y abrió la boca para agradecerle, pero el otro se le adelantó—. Más te vale que no hacer alguna locura, no quiero ver a ese tipo de nuevo, ya hasta tengo pesadillas.

—Eres un exagerado, para mí era muy lindo.

¿Qué?

Cayó en la cuenta de lo que había dicho y sus mejillas se ruborizaron.

—¡N-nada! —se apuró en decir—. Escucho a mi padre venir, así que me despido. ¡Nos vemos mañana!

Colgó rápidamente y se quedó mirando el techo de su habitación. Yongguk. Se preguntó qué edad tenía, y además de trabajar en el bar qué más hacía. ¿Cuánto medía? ¿Tendría hermanos? ¿Tendrá novia? Frunció los labios y descartó esa idea, para no amargarse la noche, aunque de igual modo le parecería extraño si alguien tan bonito como Yongguk estuviera soltero. Soltó un suspiró, se levantó de la cama y fue a sentarse en su escritorio. Procuró hacer el máximo silencio, si su padre lo atrapaba despierto lo iba a dejar calvo.

—Bien.

Encendió la lámpara de mesa y, de uno de los cajones, sacó una libreta y unos cuántos lápices, en ella acostumbraba a escribir sobre sus nuevos personajes, su pasado, su personalidad, su papel en la historia y todo lo que les diera vida, pero por más que quiso crear a un personaje peculiar con los rasgos de Yongguk, no pudo. Tenía tanta curiosidad sobre aquel chico que no se atrevía a modificar algo que él creía ser irrelevante cuando en la realidad, aunque no supiera cuál era, era valioso para Yongguk.

[B.A.P] «fishing for love».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora