Samanta

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Samanta recordó aquel primer beso y suspiró. Recordó lo que sintió, algo que nunca antes había sentido con nadie. Recordó también como desde la primera vez que vio a Lena algo dentro de ella cambió. No podía explicarlo pero desde que la vio subir las escaleras de aquel instituto fue como si su alma supiera que iba a amarla. ¿Cómo era posible que eso se hubiera transformado en lo que ahora eran?... ¿Cómo era posible que Lena la hubiera lastimado así?...
Rápidamente, salió de su trailer encontrándose con Frederick...
-Samanta-dijo Frederick con el tono visiblemente preocupado...
-Frederick... Sé-sé que estoy dando más problemas de los que debería...
-¿Te sientes bien?-la interrumpió.
Samanta negó con la cabeza visiblemente decaída.
-¿Podría irme ya?
Frederick suspiró. Sabía que estaban retrasándose en la filmación, pero conocía a Samanta, había trabajado ya varias veces con ella y sabía que era una actriz excelente. Estaba seguro que únicamente era eso, que no se estaba sintiendo del todo bien.
-Está bien, Sam. Pero esa escena tenemos que filmarla lo antes posible-respondió.
-Mañana a primera hora.-agregó Samanta, intentando sonreír. Caminó yendo hacia afuera del set. Quería salir lo antes posible de aquel lugar. Justo afuera se encontró con Matt y Lena charlando, quiso pasar desapercibida y llegar a su auto lo antes posible, pero Matt la llamó.
-Sam...-Samanta se acercó. Ambos, Lena y Matt estaban recargados a las afueras de la puerta que conducía hacia adentro del set. Lena no pudo evitar sentirse sumamente incómoda.
-¿Quieres ir con nosotros?- preguntó de manera agradable Matt.- estamos pensando en ir al bar de la vuelta...
Samanta observó algunos segundos a Lena quien estaba mordiéndose los labios. No pudo evitar sentir algo extraño al notar que Matt y Lena estaban juntos, pues últimamente se la pasaban siempre así...
-No... Gracias Matt-respondió Samanta- me siento mal, la cabeza me está matando-agregó haciendo una mueca de dolor.
Lena un poco preocupada la observó...
-¿Estás bien Sam?- preguntó Matt preocupado.
-Si... Solo es el dolor de cabeza y solo quiero dormir-respondió  Samanta con una media sonrisa. Se despidió de ambos y se dirigió a su auto.

Samanta llegó a su apartamento y entro a su recámara, buscó la caja que tenía debajo de su cama, caja que hacía años no abría... La sacó y se sentó con ella en su cama. Comenzó a abrirla y lo primero que sacó fue una foto. Foto de hacia 7 años. La observó cuidadosamente, era la última fotografía de Lena y ella. En esa fotografía, se veía a Samanta dandole un beso en la mejilla a Lena, quien posaba con una enorme sonrisa. Samanta suspiró...
-¿Por qué Lena, por qué?- decía como si Lena no estuviera solo en la foto y pudiera escucharla.
Samanta siguió buscando en aquella caja y encontró una pequeña carta, comenzó a leerla.

Samy... Sé que probablemente me odias y que no quieres saber de mí... Sé que tal vez no tengo palabras para pedirte perdón y que esto que estoy haciendo parece lo peor... Solo te pido que por favor nunca dudes que te amo. Perdóname...

Con algunas lágrimas en los ojos, arrugó aquel papel y lo apretó en su mano. ¿Cómo Lena podía decirle que la amaba, después de todo lo que había hecho?... Sus recuerdos se fueron a aquel momento donde Lena le rompió el corazón...

-Ya no puedo seguir con esto... Todos están sospechando de lo nuestro. Tengo miedo.
-P-pero Lenn... Yo te amo... Estamos a punto de acabar la escuela, todo será diferente cuando vayamos a los Ángeles... Allá, allá nadie nos juzgará.
Lena caminaba de un lado a otro, alejándose de Samanta que trataba de tocarla...
-Mi familia Samanta, mi familia, tú sabes cómo son y están sospechando... No, no puedo...
Samanta la observaba casi suplicantemente...
-Len...-no pudo terminar pues Lena había salido de su casa...
Samanta estaba segura que esa solo era una pelea más, como tantas que habían tenido antes. Sabía que Lena estaba asustada, pero también sabía que la amaba, ambas se amaban y todas las promesas que se habían hecho iban a cumplirlas. Estaba segura que el lunes que se vieran en la escuela, todo seguiría igual... Pero no fue así, el lunes llegó y  cuando Samanta se encontró con Lena no fue para nada de la manera en la que ella se lo esperaba.
Justo al subir las escaleras, para ir al locker donde Lena guardaba sus cosas, Samanta la observó, caminando, yendo de la mano de James... Rápidamente, se acercó a ellos...
-Lena-la jaló un poco por el brazo para que volteara... En ese momento, observó el rostro de Lena, nunca antes había observado esa expresión en ella, era como si Lena no pudiera ni verla a los ojos. Samanta trataba de observarla pero Lena desviaba la mirada, era como si la hubiera descubierto haciendo algo sumamente feo...
-Sam-dijo Lena con un tono muy bajo...
Lena se quedó completamente en silencio, observando a otro lado, pero sin soltar la mano de James. Samanta la observaba sin poder entender nada.
-¿Qué pasa Lena?- preguntó directamente, llevándose una de sus manos a su rostro, buscando la mirada de Lena.
-¿No te ha contado Lena?-preguntó  James confundido, observando algunos segundos a Lena.-Pensé que por ser mejores amigas ya lo sabrías-siguió diciendo amablemente. Lena tragó saliva y Samanta trataba de disimular, pero estaba comenzando a sentir unas enormes ganas de llorar...-Lena y yo ya somos novios... Desde la semana pasada, pero apenas lo hicimos público- agregó con una enorme sonrisa, dándole un pequeño beso en la mejilla a Lena, que sonrió sutilmente, aún no podía ni observar a Samanta.
Samanta sintió como algo dentro de ella se rompía...
-Wow-respondió, tratando de sonreír.-No, Lena no me dijo nada... Supongo que quería darme la sorpresa...-agregó irónicamente. James sonrió, no se daba cuenta del tono que usaba Samanta al hablar. Al escuchar esto, Lena bajó la mirada, estaba haciendo un esfuerzo enorme por no llorar. Sabía que estaba rompiendo el corazón de la persona que más amaba...
-Los felicito- concluyó Samanta con una media sonrisa, dándole a James una pequeña palmada en el hombro, para después caminar alejándose de ellos. Dejó que sus ojos expresaran lo que estaba sintiendo en ese momento, y las lágrimas no pudieron evitar salir, una a una, pareciendo que no podían dejar de hacerlo, como si fueran infinitas...

Cosas del Destino (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora