La charla

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Sin saber cómo, llegó la mañana y Lena apenas había podido dormir una hora, se levantó, sabiendo que no iba a poder dormir más y se dirigió a tomar una ducha para despejarse. Después, bajó a la cocina para prepararse algo de desayunar y después de hacerlo, salió a correr con Janis. Regresó a casa, viendo que el reloj marcaba las doce del día y subió de nuevo a su recámara para cambiarse de ropa, no tenía idea a qué hora llegaría Samanta, no habían quedado en la hora y estaba pensando que tal vez no iría, a lo mejor, Samanta se había arrepentido de hablar. El corazón de Lena comenzó a palpitar rápidamente ante este pensamiento. Hasta que, de pronto, escuchó el timbre de su casa. Rápidamente bajó las escaleras. Abrió y ahí estaba Samanta...

-Hola-dijo con una pequeña sonrisa.

-Pasa-le indicó Lena también devolviéndole esa pequeña sonrisa.

Al momento de entrar, Janis corrió alocado brincándole a Samanta, quien se agachó y con ternura lo acarició. Lena lo llamó para que dejara de hacer aquello.
-Wow, tienes un perro-comentó Samanta sonriendo, aún acariciándolo.

-Sí-respondió Lena también sonriendo- hace un par de días lo encontré...

-Siempre te han gustado mucho- dijo Samanta, mientras se sentaba en el sofá, por indicación de Lena, ya con Janis más tranquilo.

Lena afirmó con la cabeza y también tomó asiento, en el otro sofá que se encontraba en su sala.
-Dude tenerlo, tú sabes que con las grabaciones no tenemos tiempo, pero lo encontré abandonado y no pude resistirme... Creo que es mejor que esté aquí a que este afuera en la calle y bueno, cuando puedo lo saco a correr.

Samanta le sonrió con ternura, no había olvidado lo mucho que Lena amaba a los animales, algo que siempre le había gustado de ella.

-¿Quieres tomar algo?- le ofreció Lena...-tengo café, estaba a punto de tomarme una taza... ¿O quieres otra cosa?

-Café está bien- respondió Samanta. Lena tampoco había olvidado cuánto le gustaba el café.

Después de ir por las tazas de café y llevarlas a la sala, Lena volvió a sentarse. Quería comenzar a hablar, pero decidió esperar hasta que Samanta lo hiciera. Samanta le dio un sorbo más al café y por fin, habló.
-Yo... Bueno, quería hablar contigo...-Samanta se notaba nerviosa-que habláramos... Quiero, pedirte una disculpa-su tono se volvió un poco apenado- Lena abrió un poco los ojos en señal de sorpresa, le parecía increíble estar escuchando a Samanta hablar de esa manera- mi comportamiento no ha sido para nada el mejor...

El rostro de Lena dibujó una media sonrisa.
-Creo... Creo que tienes tus razones, yo también me disculpo... Te di una bofetada.

Samanta sonrió.
-Creo que cualquiera lo hubiera hecho desde antes, tuviste demasiada paciencia, he sido insoportable, seguro te hice recordar el colegio...

Lena no pudo evitar reír un poco, aquello no estaba tan alejado de la realidad. Sabía que cuando quería, Samanta podía ser realmente insoportable.

-Quiero que nos llevemos bien, quiero decir, estamos trabajando juntas y lo haremos por un largo tiempo, y después de lo que pasó... De lo de Rick y todo, creo que lo mejor es llevarnos bien. No quiero desaprovechar esta gran oportunidad que tenemos, ambas.

Lena asintió... Quería decirle tantas cosas a Samanta pero estaba dejando que ella fuera la que hablara, no sabía hasta qué punto Samanta estaba dispuesta a escucharla.

-Estuve hablando con Heather-dijo de nuevo Samanta. Lena al escuchar aquel nombre, no pudo evitar sentirse incómoda-me dijo que habló contigo aquel día en mi casa-Lena frunció el ceño- y... Realmente tampoco te agradecí todo lo que hiciste ese día...

Cosas del Destino (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora