4. ¿Intentamos algo más?

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-Ian te ha estado viendo toda la mañana -me dijo Meghan.

-¿porque no habría de hacerlo? -le respondí muy segura.

-Deja de alardear -rodó los ojos de manera graciosa.

-Iré a hablar con el.

-Suerte.

Me acerqué a Ian, asegurándome de verme perfecta.
Antes de que pudiera decir hola, llego Maddie abrasando a Ian. Al verme algo molesta, Ian le dijo:

-Déjame hablar a solas con la señorita.
Maddie rodó los ojos pero se marchó.

-Es muy molesta, ¿cierto? -dije riendo.

-Demasiado, no supera que ya terminamos y no me interesa ella en absoluto.

-Parece muy desesperada de tenerte -dije.

-Es una pena para ella, yo ya tengo dueña -dijo mirándome fijamente a los ojos, tomando mis manos- Sara, se que es muy pronto, pero quiero que seas mi novia, en realidad tengo varios meses observándote de lejos, queriendo escapar de Maddie, solo por ti.
Se mantuvo un silencio hasta que contesté.

-Tengo años mirándote, eres tan guapo, y perfecto -dije- no creo que sea pronto que comencemos una relación, ¿me estás preguntando si quiero ser tu novia?

-Eso hago, mi bella Sara.

-Pues mi respuesta es sí, si quiero ser tu novia Ian.

Nos tomamos de la mano, y nos fuimos caminando juntos hacia la salida del colegio. Fue más fácil de lo que pensé, en tan solo dos días, ya tenía novio, sería genial que se convirtiera en una materia escolar. Le conté a Meghan llamándola por teléfono, no tuve tiempo de contarle en el instituto, estuve la mitad del día con Ian, hablándole de su grandioso cabello sedoso.
Me despedí de él con un beso y me subí a mi auto para irme a casa.

Emma me llamo, tres llamadas perdidas de ella.

-¿Que pasa cariño?
-Necesito de tu ayuda, espero que puedas hacerme este favor.

-Dime

-¿podrías darme 500 dólares por lo que más quieras en este mundo?

-Ya voy llegando a mi casa, ve hoy en la tarde y te los daré, pero... ¿para que necesitas tanto?

-Te digo al llegar a tu casa.

-Como quieras -le dije, y colgué.

Cuando mis amigas me piden dinero, trató de darles, aunque últimamente han estado muy caprichosas, ya les doy el beneficio suficiente de estar conmigo en la escuela, si no fuera por mi, esas chicas no serían nadie.

Hago la mayor parte del trabajo, me encargo de mantener nuestra reputación, y antes de que cualquier persona común y corriente piense en hablarnos, es cuando interviene Dylan.
En pocas palabras es nuestro guardaespaldas, muy útil y muy lindo.

Al llegar a casa un coche por poco me atropella, era una estupida chica que se le ocurrió atravesarse.

-¿Eres ciega? Si vas a manejar así deberías de andar en triciclo querida -grité a aquella chica desconocida.

-Perdón señora perfecta, no te vi.

-No seas estupida, por poco me matas, ¿con quién crees que estás tratando? No soy cualquier persona.

-No me interesa siquiera quién eres.

-Fíjate cómo me hablas babosa, maldita ciega -fue lo último que dije antes de pegarle a la llanta delantera del auto.

La chica solo se quedo viéndome con cara de tremenda rabia. Aunque olvide aquel incidente muy rápido, ya tenía novio. Pero vaya que la chica no sabe con quién está tratando.
Al llegar a casa ya estaba Emma sentada en la cama de mi habitación.

-Hola -me dijo- necesito de tu ayuda Sarah.
-Claro, ¿qué pasa?

-Veras, necesito que me des algo de dinero, mis padres me tienen castigada la mesada y necesito comprar un vestido nuevo.

-Si, no hay problema, todo sea por la moda.

-Aparte de ser perfecta eres humilde Sarita, no sé qué haríamos sin ti.

Salió de mi cuarto sin decir nada más, yo me quede probándome unos cuantos vestidos para mañana ir al colegio, todos se me veían
D-I-V-I-N-O-S

~EMMA EN MULTIMEDIA~

Nada Es Para Siempre (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora