9. Corazones Rotos

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Los días pasaron, las clases terminaron, y había evitado salir con mis amigas, solo contestaba sus llamadas y ponían excusas para no encontrarme con ellas, me levanté de mi cama, fui a desayunar, y recordé que aún tenía un asunto pendiente, ¿Que había pasado con el dinero desaparecido la noche de la pijamada?, ¿acaso mis amigas se habían llevado mi dinero aquella vez que terminé ebria y al despertar ya no estaban?

Al terminar de desayunar me propuse ir está tarde a casa de Meghan, necesitaba saber la verdad y tal vez decirle lo mucho que extraño salir con ella.

Me dirigí a casa de Meghan, el camino siempre es demasiado largo, y la verdad me mata de la flojera tener que ir solamente para que diga que no tuvo nada que ver.

Toqué la puerta.

- Meggg, abre por fa -dije gritando.

Estuve 5 minutos gritando como loca y Meghan no abría la puerta, recordé que las llaves de repuesto siempre están debajo del tapete, levanté el polvoriento tapete y tomé las llaves.

Entré a su casa y me dirigí a su cuarto, desde antes de llegar a la planta alta pude escuchar unas risas y unos cuantos gemidos, parecía estar con alguien más, de seguro era uno de sus tantos ligues.

Abrí la puerta y al ver lo que mis ojos observaron, otro pedazo de mi mundo se vino abajo, si es que algo quedaba.

Mi mejor amiga, acostada con mi ex novio, y terminando con cada uno de los jodidos pedazos de mi corazón.

- Meghan, eres una estúpida -le grité mientras ella trataba de cubrirse con una sábana

- Sara... yo.

- Escúchame, escúchame antes de que trates de poner alguna excusa estúpida -dije con la voz entrecortada- Michael siempre tuvo razón, siempre me utilizaste, siempre viste el dinero por encima de lo que soy,

- Sara, por dios, no es lo que piensas

- Te dije que te callaras maldita -dije llorando, pero es que estaba tan frustrada, que todas mis palabras sonaban entrecortadas y tranquilas.

- Mira Sara, esto no es lo que piensas, quiero explicarte antes de que mal interpretes las cosas.

- Creo que ya lo mal interpretó -dijo Ian riendo.

- Ni hablemos de ti Ian, que nadie te está pidiendo tu puta opinión.

- Sara, por favor escúchame, se que esto parece raro pero no lo es, no es lo que ves, no confundas esto, no termines nuestra larga amistad por una confusión.

- Por favor Meghan, ¿Que otra explicación tienes para esto?

- Sara, podemos arreglar esto yendo de compras, tal como nos gusta -me dijo rogando.

- ¡Meghan no quiero saber de ti! -grité- y me alegra no tener ningún puto centavo, así no podrás quitarme más dinero.

- ¿Que estás diciendo?

Ahí fue cuando me di cuenta que la había cagado.

- QUE NO TENGO DINERO, ESO DIGO.

- ¿Estás drogada cierto?

- Estuve semanas queriendo ocultártelo a ti y a las demás, ¿Pero sabes que? No me importa, no me importa mantener esta "amistad" que siempre fue por puro interés, no me importa que le digas a todo el mundo por lo que estoy pasando y tampoco me importa que Ian se acueste contigo cuando le de la gana.
En resumen, nada, NADA, que tenga que ver contigo me importa, y por cierto Ian, creo que la zorra es ella - hice una pausa con las lágrimas apunto de salir de mis ojos- ni siquiera te atrevas a llamarme.

Cerré la puerta de golpe, antes de que Meghan pudiera decirme algo.

Estaba tan enojada, que ni siquiera podía gritar, estaba tan agobiada, tan destrozada, no podía creer que la persona a la que le tenía confiada mi alma terminara conmigo por completo. Y ahí fue cuando me di cuenta que no se puede confiar en nadie.

Subí a mi auto y juré jamás regresar a esa casa.

El camino se hizo más largo de costumbre, y las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, sin darme cuenta empecé a acelerar muy rápido y frené de golpe cuando una chica se atravesó en la calle.

Se acercó a mi auto y me dijo.

- ¿Siempre que te vea tiene que ser así?- Rió Jessica.

- Yo, perdón, de verdad lo siento - dije tratando de limpiar mis mejillas.

- Solo era una broma, no te lo tomes enserio -me dijo seria- ¿Estás bien?

- Yo, si, estoy bien, no te preocupes, nos vemos después.

-¿Segura? -me dijo dudosa.

- Si, en primer lugar no tienes nada que decir, no te caigo bien y tú tampoco a mi, así que no debe de importarte, y en segundo solo nos hemos visto una vez, hace semanas.

Arranqué el carro antes de que Jessica pudiera decir algo más. Entre más avanzaba hacia mi casa, lloraba más profundamente. Creí, de verdad creí, que está era una amistad real, y que de verdad tenía alguien en quien confiar, llegué a casa, me tiré en mi cama, y lloré recordando los momentos que había pasado con Meghan, hasta quedarme dormida.

******

Un ruido estruendoso me despertó, me dirigí a la planta baja con esperanza de ver a mis padres o Michael, en la mesa estaba una nota que decía: "dejamos cena en la nevera, regresaremos más tarde, no queríamos levantarte"

Mi tensión aumentó al darme cuenta de que estaba sola, y alguien seguía tocando la puerta...







Capítulo súper corto comparado con los demás, espero que estén súper bien y que su inicio de año haya sido el mejor, besos

Nada Es Para Siempre (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora