Capítulo 9

6.3K 414 43
                                    


De nuevo, comienza otra semana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De nuevo, comienza otra semana. Adam y su hermana están más calmados, él ha aceptado que su hermana va a tener un bebé. A pesar de que aún no le dirija la palabra a Cole, piensa que su mejor amigo sedujo a su hermana. Y lo que no sabe, es que el sexo es entre dos personas. Si una no se siente atraída por la otra, no tiene sexo. Así que, ambos, tanto Cole como Analise, han tenido sexo porque se atraen sexualmente.

- ¿Piensas seguir sin hablar con Cole durante toda tu vida? - me apoyo contra el marco de la puerta de su despacho.

Es más de medianoche, pero Adam sigue inmerso en su trabajo. Adam Junior está más que dormido. Después de un día de barbacoa en la casa de los McQueen, ha quedado rendido y terminó durmiéndose en pocos minutos.

- Sí.

Su respuesta es corta y sencilla. Firma unos documentos y los archiva para, a continuación, escribir en el ordenador. Suspiro. Lleva una camisa celeste subida hasta los codos, el tatuaje que tiene en el brazo izquierdo es notable ahora. Seguido de su reloj de oro en la mano contraria. Lo más atractivo para mí en un hombre y más sexual son las venas de las manos. Habrá gente que diga ''qué asco'', mientras para mí, me activa todo. Vuelvo a suspirar, tratando de llamar su atención.

- No conseguirás nada, señorita - se levanta, abre el mueble que contiene todos los documentos que posee, guarda los papeles y los cierra de un portazo -, sabes lo que pienso sobre Cole y Analise, Venus.

- Ajám.

- No sé qué le pasó por la mente a ese maldito gilipollas - aprieta su mandíbula, su hermoso y prieto trasero queda apoyado en el filo de su escritorio -, él sabía de sobra que no debía meterse con mi hermana. Ella es sagrada. Pero el muy imbécil no pilló mis palabras.

Ando hacia él, esta noche está un poco calurosa, por lo que opté por tomar mi camisón blanco de seda corto, dos dedos por encima de mis rodillas. Además de ser cómodo, es ligero. Llego hasta él, sigue hablando y yo sólo puedo pensar en las ganas que le tengo ahora mismo. Desabrocho los cuatro primeros botones de su camisa, adentro mis manos y toco sus hombros. Aún sigue sin hacerme caso.

- Cállate y fóllame, Adam.

Lo interrumpo. La sorpresa no tarda en llegar a su rostro. En todas estas semanas que llevamos juntos, jamás había tomado yo la iniciativa en cuanto al sexo. Creo que le ha sorprendido. Pero no le doy tiempo a reaccionar, por lo que ataco sus labios. Están rosados y contienen un brillo que te incita a mordelos y besarlos sin descanso. Mis manos, que antes estaban en su duro pecho, tiran de su oscuro cabello. No consigo reacción ninguna, se ha quedado estático.

Mi mano, que tiene vida propia y funciona sin las órdenes de mi cerebro en estos momentos, bajan por sus definidos abdominales hasta apretar su notable erección entre mis dedos a través del pantalón. El deseo está hablando por mí, la necesidad. Su lengua actúa, se despierta como un león cuando ve a su presa, atrapa la mía y comienza una guerra interminable. Por fin consigo que reaccione. Mi cintura es captura por sus fuertes brazos.

Monte de Venus © (McQueen Mens II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora