Capítulo 15

6.4K 405 83
                                    


Sólo Adam podría anunciar un tema tan delicado de esa manera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sólo Adam podría anunciar un tema tan delicado de esa manera. Hace tan sólo una semana atrás, Adam Romero McQueen le soltó la bomba a su familia de que se iba a convertir en padre por segunda vez. Obviamente, la mesa quedó en silencio durante unos segundos.

Luego, la loca de Analise, como la tengo apodada durante esta etapa de su embarazo, saltó de su silla gritando como loca. Seguido, de una muy llorona Jade y un sonriente Aiden. Adam Junior tan sólo siguió desayunando, como si el tema de tener un hermanito o hermanita no fuera con él.

Y ahora aquí estamos, en la sala de espera del hospital, a tan sólo unas horas de conocer a la pequeña Dulce. Aunque viene con tres semanas de adelantación, la bebé de Analise y Cole ha decidido que es su momento de brillar y quiere nacer ya.

—Chicos —Cole sale de la habitación, enseguida tiene a un muy preocupado Aiden McQueen frente a él, esperando que su yerno - no yerno nos comunique el estado de su hija—, podéis pasar. Le acaban de poner la epidural, aún le quedan unos cuatro centímetros más que dilatar...

Queda a mitad de terminar la frase cuando Aiden sale -prácticamente- corriendo hacia la habitación donde su hija le va a convertir en abuelo, Jade niega con la cabeza y besa la mejilla de un estufepacto Cole antes de correr tras su marido.

Encogiéndome de hombros, sigo los pasos de Aiden y Jade y entro en la habitación. Analise está sentada en la cama, con las piernas fuera y la parte de atrás de la bata del hospital al aire. Cole entra y comienza a acariciar la espalda de la madre de su hija, lentamente y suave, en un ritmo aceptable.

Analise tiene el cabello recogido en un moño hecho de última hora, aunque eso no ha sido impedimento para que algunos mechones salgan y se peguen a su frente y cuello de las gotas de sudor. Tiene una mano sobre su avultado vientre, acariciándolo de arriba a abajo. Su ceño se frunce y sé que una contracción ha llegado.

—Cada minuto y medio. —apunta Cole en un papel. Ella asiente.

Abre sus dos esferas azules, mira a todos en la sala y sonríe. Aunque ahora esté pidiendo a gritos que saquen a su hija, cuando por fin la tenga en sus brazos, pensará que todos esos dolores han merecido la pena.

—Joder —habla Aiden, sentándose en el sillón y mirando a su hija—; pensé que jamás volvería a observar esta escena. No después de que tu madre me amenzara con cortar mis huevos si la volvía a dejar embarazada.

—Y has cumplido tu palabra, Aid —besa la mejilla de su marido, se acerca a su hija y esta apoya la cabeza sobre el pecho de su madre—. Vamos, querida, ya queda poco.

—Duele, mamá.

Los sollozos por fin llena la habitación. Analise lleva aguantando las lágrimas de dolor por las contracciones desde que rompió la bolsa. Justo estábamos comprando ropa para mi bebé cuando un charco de agua rodeó sus piernas.

Monte de Venus © (McQueen Mens II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora