corazón que no siente

quince

hoy nos vimos en el callejón

y cuando llegaste,

con esa sonrisita en los labios y ese brillo inocente en los ojos,

me dije a mí misma que no podía seguir ocultándote cosas.

me armé de valor,

porque ya había tomado la decisión de no volver a hablar de lucas nunca más

y te conté quién era aquella chica con la que me peleé.

cuando terminé me preguntaste cómo me sentía

no sobre ella,

sino sobre lo que había pasado en la fiesta.

me empezaron a temblar las piernas

y me di cuenta de que había enterrado ese recuerdo en lo más profundo de mi memoria

para no tener que enfrentarlo de nuevo.

quise decirte alguna mentira del palo que estaba bien y ya lo había superado,

pero apenas abrí la boca para hablar

rompí en llanto.

las lágrimas empezaron a caer y no tenía idea de cómo detenerlas,

un sollozo tras otro me sacudían todo el cuerpo y me destrozaban cada vez más.

me permití derrumbarme entre tus brazos,

dejé que me consolaras

y me dijeras cuánto me querías.

en medio del llanto me las ingenié para dedicarte una sonrisa,

la más sincera que alguna vez habré esbozado.

con esa sonrisa

quise decirte lo agradecida que estoy

de tenerte,

de quererte,

y de haberte conocido.