veintiuno

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todo se fue al demonio después de eso:

tu madre empezó a gritar,

tú empezaste a gritar

y yo no podía ni moverme.

nunca te había visto así

y empecé a sentirme terrible.

todo este desastre

era mi culpa.

cuando tu madre llamó a la policía sentí terror

porque no tenía idea de a dónde me iban a llevar

ni de qué iba a pasar conmigo;

y después sentí alivio

porque pensé que por fin te librarías de mí

y de todo el caos que metí de lleno en tu vida.

corazón que no sienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora