-Lo siento, ____ -me disculpé agachando la cabeza como si pudiera verla en verdad.
Me volví para regresar a mi cuarto, la punta del bastón se topó con la puerta que daba a mi cuarto y su extremo contrario me lastimó la palma de mano en mi intento de huida.
-De verdad, lo siento, ____ -susurré de otro lado de la puerta con la frente caliente pegada a su madera-, no sabía que estabas allí, pero descuida, no vi nada.
Hice un amago de risa al tiempo que intentaba quitar a toda costa la imagen de mi amiga en la bañera. Me resultaba difícil.
-No te preocupes, Niall -intentó tranquilizarme ella -. Veo que no tienes problemas con el bastón -agregó con una risita.
-De verdad, lo siento -repetí y en realidad lo que sentía era no lograr borrar su imagen sólo cubierta por espuma blanca en la tina que yo mismo había usado hacía unos minutos.
¡Malditos pensamientos!
Hubo silencio del otro lado por un buen rato, hasta que sentí que la madera contra mi frente desaparecía y el aroma a ____ me pegaba en la cara como bola de demolición.
-De verdad, Niall...-dijo y la sentí sólo a cinco centímetros de mí, hacia abajo-, no hay de qué preocuparse, no sabías que estaba bañándome y estabas investigando -guardé silencio mientras el rubor subía otra vez a mis mejillas-, además, como dijiste, no viste nada. Así que entre nosotros... sigo siendo yo la violadora visual, ¿no crees?
Ella rió tentando a mis barreras. Por mi parte, sólo pude sonreír.
-Ahora, si me permites, en un minuto estoy contigo.
Tocó mi mano por un segundo y la fragancia floral se fue con ella.
Me derrumbé alucinado en mi cama con un brazo cruzándome la frente.
Cada día, cada hora, cada minuto se me hacía más difícil ignorarla. Una parte de mí siempre quería abrazarla, sólo abrazarla inocentemente, sin dobles intenciones ni malos pensamientos, y entonces me la topo en el baño.
Es verdad que no había visto nada, pero sin que ella lo supiera yo me había hecho una imagen suya en mi mente y era esa imagen la que unía con sus acciones, así me la imaginaba preparándome el desayuno o leyéndome, irremediablemente mi cabeza recreó el incidente del baño con la ____ que había dibujado.
Estaba mal que la sintiera de esa manera...
Estaba mal que la sintiera. Punto.
No importaba cómo, ella siempre terminaba colándose entre mis pensamientos, inundándolo todo. Y yo que había dicho que jamás volvería a enamorarme. ¡Qué iluso! Como si simplemente pudiera decidir cuándo enamorarme y sin tener en cuenta de que al parecer era el enemigo número uno del destino y sobre todo su blanco favorito para practicar tiro.
-Estoy lista -avisó ella y me puse de pie, aún nervioso.
El paseo fue igual al de todos los días, la tarde solía estar preciosa por lo que la aprovechábamos para leer algún que otro libro en la plaza. Seguía sintiéndome incómodo, pero intenté por todos los medios mantener la tranquilidad, al menos en apariencia.
Ella guardó silencio gran parte del camino, sólo hablaba para darme alguna que otra indicación ya que resulté ser bueno con el bastón.
Me sentía muy mal, porque de esa manera, tan callada, tan tranquila sentía con más intensidad que me alejaba de ella cuando lo que quería en realidad era tenerla conmigo.
-¿Te gustaría conocer un lugar? -dijo de la nada posando su mano sobre la mía. La calle a nuestros lados no era tan ruidosa como venía siendo en gran parte del trayecto.
-Claro -afirmé, sintiéndome mejor al escucharla.
-Ok, me gustaría hacerle una visita a mi familia... desde que supieron que trabajaría contigo me han insistido en conocerte -me explicó y no me resultaba difícil detectar la sonrisa en su voz.
-Me haría bien hablar con un poco más de gente, ¿sabes? -dije y ambos reímos, bien sabíamos los dos que no hablaba con nadie más aparte de con ella y mamá desde mi accidente-. ¿Me has dicho que tienes una hermana menor?
-Ajá, se llama Stella. Te aconsejo mantenerte lo más alejado de ella como te sea posible... esa niña entra en confianza demasiado rápido.
____ volvió a reír e intenté imaginar el rostro de Stella, quizás era igual a la hermana, en un tamaño reducido, eso sí. Con unos hoyuelos a ambos lados de la boca, quizás.
-Eh... -musitó ella, vacilante mientras caminábamos por una calle aún más silenciosa-, Niall, mi familia y yo... bueno, no sé si sabes... no tenemos lo que se dice... mucho dinero y bueno, mantenemos nuestra casa como podemos -me explicó lentamente, no entendía a dónde quería llegar con ello. ¿Acaso pensó que podría juzgarla por su condición económica? Fruncí el ceño -. Lo digo porque... bueno, pensé que deberías saberlo. Después de todo... somos amigos, ¿no?
Detuve mi paso y estiré mi mano izquierda -la que no empuñaba el bastón- buscando su brazo. No lo encontré, pero ____ prontamente tomó mis dedos suspendidos en el aire entre los suyos.
-____... -empecé-, en primer lugar, agradezco tu confianza, bien podrías haberme engañado y no tienes idea de cuánto valoro tu amistad -definitivamente ésas no eran palabras suficientes para describir la alegría que me embargaba de sólo saber que ella y yo éramos amigos, me bastaba con eso-, y en segundo lugar, me importa un pimiento si vives en una caja de cartón o en una gran mansión... así que no te preocupes, eres ____, mi amiga, sin importar cómo o dónde vivas ¿ok? Ella guardó silencio y me sentí fatal. Nunca me había logrado acostumbrar a que las personas se callaran ante mí, sentía como si estuviera volviéndome sordo.
La mano que sostenía la mía tembló y enseguida sentí el apretón de su abrazo alrededor de mi cintura. Sonreí y enseguida la rodeé con mis brazos, acariciándole la espalda de arriba abajo.
Éramos amigos... era a lo máximo que podía aspirar y con eso debía conformarme. Nada de sentimientos errados hacia ella.
-Gracias, Niall -pronunció ____ con la voz un tanto más aguda-. Vales oro -agregó y reí. ¡Oh, claro que sí!
-Bueno, ¿vamos a conocer a tu familia o qué? -dije con impaciencia.
-Claro, claro. Verás... de seguro mamá estará cocinando alguna tarta o pastel, así que prepárate para subir un par de kilos...
-Ok -acepté con una sonrisa.
-...y papá de seguro te va a interrogar acerca de tus gustos deportivos, suerte que te gustan los Lakers o habrá batalla campal...
Y continuó hablando todo el camino, detallándome a su familia, incluidos los retratos hablados de sus padres y su hermanita. Me sorprendí al escuchar que Stella tenía hoyuelos, como me la había imaginado.
A la señora Hudgens, la había pintado más bien en una versión adelantada de ____, con el pelo negro y la piel morena... y el señor Hudgens... él era un caso aparte, por alguna razón lo pensaba un tanto calvo, con una barriga prominente y bigote espeso bajo la nariz.
-Ok, llegamos -musitó ella después de media hora. Bajo la punta de mi bastón podía sentir que la hierba había reemplazado el cemento de las aceras y lograba escuchar varias radios encendidas en los alrededores con música variada, la más cercana escuchaba rap, mientras que unas más adelante escuchaba... ¿Era eso James Blunt?
____ me tomó de la mano en un momento, me dio un apretón y sonreí para que supiera que no echaría a correr.
Ahora sentía algunas piedrecillas bajo mi bastón blanco, debía de ser el sendero que llevara a la puerta.
La hoja de madera chirrió en las bisagras cuando esta se abrió lentamente, me recordó a las películas de terror. El dulce olor a pie de limón llegó a mi nariz y reí al recordar que mamá Hudgens de seguro estaría cocinando.
-¿Mamá? ¿Papá? -llamó ____ al tiempo que dábamos unos pasos, yo siempre detrás de ella.
-¿____? -preguntó una aguda voz desde nuestra derecha -. ¡¡____!! -gritó esta vez y escuché las pisadas aceleradas sobre el suelo.
-Hola, Stella... mira, he traído a Niall para que lo conozcas -dijo ____ con una voz que desbordaba... ¿admiración? No, no lo creo.
-¿Él es Niall? -preguntó Stella arrastrando las palabras.
-Hola, Stella -la saludé tendiendo una mano hacia abajo. Stella parecía ser mucho menor que ____, no pasaría los diez años.
Ella rió y me tomó de la mano enseguida.
-Llamaré a mamá y papá -avisó y oí sus pasos alejándose.
-Bien, eso es nuevo... -dijo ____ hablando para sí misma -. Jamás la había visto ruborizarse ante un desconocido.
-No se me habrá caído un ojo, ¿cierto? -dije fingiendo preocupación.
____ rió y me tiró de la mano para que nos sentáramos en el sillón del living, cuando me senté sentí que algo me acariciaba las piernas. Alarmado salté, estaba escuchando todo con mucha atención.
-¡Oh, es Milo! No te preocupes, Niall. Es el gato de la familia -me explicó y bajé mis manos hasta encontrarme con el pelaje de Milo.
Él se enredó bajo mis manos y luego apareció en mi regazo.
-Le gustas- pronunció ____ con una risa mientras yo acariciaba al minino.
-¡____! -exclamó la voz de una mujer a nuestras espaldas -. ¡Hija! ¡Hasta que vuelves por aquí!
-Hola, mamá. Mira, traje a Niall, ustedes querían conocerlo ¿no es así?
Me puse de pie y giré hacia donde escuché los pasos que se acercaban.
-¡Oh, Niall! Hola, soy Gina -dijo tomando mi mano -. Llegas en un momento justo, estaba terminando un pie de limón, te voy a traer un trozo.
-Gracias, señora -musité educadamente.
-Dime Gina ¿ok? -y la escuché alejarse.
-Hola, Niall -saludó la voz de un hombre, el señor Hudgens-. Soy Greg, ____ nos habló mucho de ti.
-Espero hayan sido cosas buenas -bromeé-, un gusto conocerlo, señor Hudgens.
-Greg -me corrigió, le sonreí -, y dime... ¿a qué equipo de básquetbol le vas? Espero que a los Lakers...
Reí y me sentí más que nunca dentro de una familia, respiraba la hospitalidad dentro de esa casa, una hospitalidad que nunca antes había sentido dentro de la mía.
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Contigo La Oscuridad No Existe |Niall Horan & (Tu)___|
FanfictionSipnosis: La vida es dura, te quita todo hasta que la escuchas reír maquiavélicamente en tu cabeza, disfrutando de tu dolor. La vida es injusta, difícil, cruel y vacía... lo es cuando una oscuridad te cubre de pies a cabeza expandiéndose a todo c...