CAPÍTULO 14

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-De mayor quiero ser sodado o poicía -exclamó una voz de niño pequeño.

-No, es mejor que seas bombero superhéroe -respondió Edelstein con voz suave.

Gretel se acercó al despacho, de donde provenían las voces. El sargento estaba sentado en la cómoda silla de escritorio y en su regazo había un niño diminuto, no tendría más de tres años.
Decidió observarlos, tenía curiosidad por lo que hablaban, no imaginaba que Edelstein pudiera ser tan dulce como lo estaba siendo en aquel momento con ese pequeño. Era increíble lo que había cambiado desde aquel día, había pasado una semana desde que le hubiera dicho que no se volviera a acercar a ella y él le había tomado la palabra. La había evitado todos y cada uno de los días, si se cruzaban, ni la miraba.
Y lo peor era que ella le echaba de menos.

-¿Poqué? -preguntó el niño.

-Porque los soldados y los policías son malos -respondió en voz baja. Betten estaba en el piso de arriba y Muller ya se había marchado a trabajar, por lo que no se pondría en peligro diciendo aquello.

-¿Poqué? -volvió a preguntar el pequeño.

-Porque trabajan para un señor muy malo llamado Hitler.

-¿Poqué? -Gretel envidiaba la inocencia de aquel pequeño, a quien la guerra jamás afectaría directamente.

Se preguntó quién sería. Parecía el hijo del sargento pero todavía era joven y no se le conocía mujer. Además, no se parecía mucho a él, tenía el pelo negro y la piel morena y el sargento era pálido y castaño.

-Ahora no puedes entenderlo, Thomas -te lo explicaré cuando seas mayor. Besó al niño en la frente y le tendió un pequeño coche de madera- mira, te he comprado un cochecito para tu colección. -El pequeño Thomas sonrió de oreja a oreja.

Sintió una mano sobre su hombro, se giró, era Pierre. Durante toda la semana le había preguntado sobre el sargento pero él se negaba a responder a nada, alegando que no era todavía le moment adéquat.

-Mignon, ¿verdad? -susurró.

-¿Es su hijo?

El francés estalló en carcajadas y corrió hacia la sala de estar, invitando a Gretel con la mano a que le siguiera. Reía tanto que no podía hablar.

-¡Claro que no es su hijo! -exclamó cogiendo aire- Es su hermano pequeño, no me imagino a Ali con hijos... ¡Pobres criaturas!

-¿Es el momento adecuado? -preguntó Gretel, haciendo énfasis en las dos últimas palabras. Pierre asintió. -Pues comienza diciéndome cómo se llama, imagino que su nombre no es H. Ali.

-Il s'appelle Hans Alaric Edelstein.

Quedó sorprendida, no esperaba un nombre tan curioso. Pensaba que Ali sería abreviatura de Albert o Alexander, tal vez de Alois. Nunca hubiera imaginado que Edelstein se llamaba Alaric, y sin embargo el nombre le iba a la perfección. Era un nombre atractivo, interesante... Justo como él.

-Es bonito -respondió algo sonrojada, se había encontrado alegrándose por conocer el nombre del sargento. Se reprimió a sí misma, Edelstein no era alguien en quien fijarse.

-¡Sabía que te gustaría! -exclamó Pierre- tiene un nombre envidiable... ¿Quieres que te cuente su historia?

-¡Pues claro que quiero! Llevo una semana preguntándote por él.

Está bien... Alaric y yo nos conocimos en Munich, en una prestigiosa academia en 1934, por aquel entonces teníamos 11 años.
Él era nuevo, yo llevaba un año. Recuerdo que era normal, vino con nosotros y no hubo problema en que fuera parte del grupo, era muy simpático.
Pronto se convirtió en mi mejor amigo, éramos inseparables... ¡Tenías que habernos visto, el terror del Gymnasium! Todas las chicas de Munich querían estar con nosotros.
Los veranos él venía con mi familia a Estrasburgo y yo iba a su casa de Friburgo todas las navidades.
Soy judío, pero las celebraba con él.
Todo era perfecto hasta que allá por 1938 se torcieron las cosas, de pronto toda Alemania nos odiaba a los judíos. Aquel año cumplíamos 15 años. Tuve que abandonar el Instituto, él se quedó, pero seguimos en contacto.
En 1940 Francia fue ocupada y comenzaron a deportar a cientos de judíos al campo de Gurs. No tardamos en contárselo, y su familia se empeñó en que lo mejor sería escondernos en Friburgo.
Enviaron a sus  padres, a sus cuatro hermanas y a Tommy, que era un recién nacido a Suiza, vivirían con sus abuelos para estar a salvo.
Para no levantar sospechas, al cumplir los 18 años, abandonó sus estudios de derecho y se metió a trabajar en las Schutzstaffel. Él y yo nos quedamos solos, yo me escondía en el piso vacío de Wilhelm, un amigo de la resistencia, infiltrado también. Todo yo por mí. Je ne lui mérite pas.
En fin, en noviembre de 1942 me encontraron. 
Ellos negaron saber nada de aquello, fingieron ser unos adeptos al régimen y que yo me había colado en el piso. Tenías que ver lo horrorizados que parecían, como si realmente hubiera irrumpido ilegalmente en el piso y ellos no lo supieran. Les creyeron, y a mí me mandaron aquí, a Sachsenhausen.
Poco después, ambos fueron ascendidos y destinados aquí por casualidad. Desde entonces no ha dejado de vigilarme y de asegurarse de que no me ocurre nada. Vivo gracias a él.

Al ver a Pierre secarse las lágrimas, Gretel se dio cuenta de que ella también lloraba. Le había pasado lo mismo que a Richard, lo mismo que a ella. Jamás hubiera esperado que Edelstein hubiera sufrido tanto, pensaba que era un simple loco que seguía al régimen porque estaba de acuerdo, pero tan solo era una víctima más. Por eso escribía siempre a Suiza, su familia estaba obligada a estar allí.

Comprendió las palabras de Sidonie, necesitaba comprensión porque era especial y no sabía gestionar lo que le había ocurrido.

-Suele pensar que los judíos somos malos, nos culpa por la marcha de sus padres -añadió- pero sin embargo a mí me me adora. Creo que todavía puede volver a la normalidad y tú puedes ayudarle. Algún día, cuando estés lista, háblale, verás como la aprecia. Tal vez consigamos hacerle cambiar.

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Bonjour à tous!
Voici mon nouveau chapitre!
He de disculparme por llamar a Edelstein Alaric, lo se, es muy cliché!
En wattpad ya hay como 37282763773 Alarics, et je suis tombée dans le cliché...
Lo lei por primera vez en una novela de wattpad llamada Mitades Perfectas, (la retiraron porque la autora lo ha sacado en físico pero era muy bueno) y me gustó mucho.
Llevo pensando y escribiendo esta novela desde 2015 y siempre he querido llamar a un personaje así!
Espero que os haya gustado!
À bientôt!
~S. V. Hohenberg.

Zafiros en el barro (Segunda Guerra Mundial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora