Sweet Dreams

Adiós

"Una despedida, es tan dolorosa, como la tortura mas desastrosa"

He esperado todo el día a Sophie, pero no ha aparecido, no se nada de ella.

Estoy preocupado, ¿Dónde estás Sophie?

Quiero tenerla cerca, no quiero dejar de ver sus hermosos ojos grises, sentir nuevamente la suavidad de sus labios.

Admito que estoy perdidamente enamorado de ella.

Pero...duele, duele saber que solo es un sueño, un sueño creado por mi.

Ella no existe, solo es una ilusion, una ilusion que le da sentido a mi vida.

Camino cegado por un amor que solo yo siento, que jamas sera correspondido, porque la persona que le corresponde recibirlos, no existe.

"Ella no existe..."

Tengo que aceptar la realidad, mi corazón se oprime, se marchita. En mi mente  se repite una y otra vez.

"No existe"

Mi mente lo sabé, no cabe duda pero, mi corazón se revela y insiste diciendo que no es verdad.

Sophie, ¿Dónde estás? Te necesito.

Me siento sólo, no puedo ser feliz sin ti.

[...]

Sophie:

No puedo dejar de llorar, mi madre tuvo un accidente, y ahora su vida corre peligro.

¿Qué haré si ella no está? Seré huerfana, ya no tendría familia, sólo queda Asael... pero el no existe.

"No tienes a nadie"

¡No! eso es mentira.

Y mi llanto aumenta, siento como mí corazón se desmorona, como las personas pasan a mi alrededor y no les importa.

Solo necesitó a alguien que me diga..."Todo estará bien, no llores"

No resisto, me destrozo por dentro, sólo falta un tiro para que mi corazón se detenga.

En ese momento escucho unos pasos por el pasillo, levanto mi cabeza para ver de quién se trata. 

Es el doctor.

—Eres Sophie, ¿verdad? —pregunta el doctor mientras en su rostro no hay rastro de emocion alguna.

—Si —logro contestar con un hilo de voz.

Suspira el doctor, y da una breve pausa.

 —Lamento informarle que su madre ha fallecido. 

Se rompió.

Mi corazón se destruyo...ha dejado de latir. Solo escucho silencio, no existe nada.

—Sophie...—Alguien me llama, ¿Quien es? ¿El doctor?

—Sophie —vuelvo a escucharlo.

—¡Sophie! —Me toma de los hombros, y salgo de mi trance.

Miro al doctor, y noto que tiene una expresión de preocupación.

—No pongas esa cara, odio ese vacío —dice el doctor triste.

Asiento.

Después de eso, el doctor me pidió que fuera a mi casa por mis cosas. Ya no sería mi casa, ahora tengo que conseguir un nuevo hogar.

Salí del hospital, caminar era mi único transporte.

El día estaba nublado, tenía ese tono gris que representa la tristeza.

Parece que también está triste. Eso alivia mi corazón, al menos el cielo siente pesar por mi vida.

Jamás pensé que algo así ocurriría.

Me detengo a contemplar un poco el cielo, y en cuestión de segundos comienza a llover.

Miro mis alrededores para buscar refugio de la lluvia, por suerte al frente cruzando la calle había una parada de autobús con techo.

No dude dos veces y corrí para cruzar la calle. Pero, hay un detalle, no preste atención y un carro venía hacia mí.

Sólo recuerdo el golpe, y la oscuridad apareciendo en mi mente.

Continuará :3...