Mi vida ha transcurrido en el hospital por aquella enfermedad que poseo. He pasado por toda clase de tratamientos con tal de sobrevivir, y por eso dormir se ha convertido en la peor cosa para mí.
Si me duermo, vuelvo a revivir esas desgarradoras escenas una, y otra vez.
Los médicos permiten que no duerma, pero cuando ha pasado mucho desde mi último sueño, me aplican medicamento para que me descanse.
Es difícil vivir así, y preferiría dejar esta vida, pero no me iré por mi madre, por eso batallo por vivir.
En el cuarto que estoy hospitalizado es muy solitario y tiene una ventana donde puedes ver la ciudad. Ese es mi único entretenimiento ya que no me gusta la televisión.
He pasado todas las festividades del año en ese cuarto, ver como las estaciones cambian. La hermosa primavera, el verano, el otoño, el invierno. Todo lo veo por aquella ventana.
Es tan aburrido estar acostado todo el día en esa cama. Es como estar muerto en vida.
Pero esa rutina cambio un día, el día en que conocí esa señora de unos 60 años.
Ese día contemplaba con mucha atención las gotas de lluvia que recorrían la ventana de mi cuarto.
Sentía como el cielo lloraba, al igual que yo lo hacía en mi interior.
Y ahí fui interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.
Y yo por instinto volteo a ver quien era, encontrándome con los ojos grises de una señora de mediana edad.
La señora sonríe como gesto de saludo y procede a sentarse en el sillón del cuarto.
Estuvimos en silencio unos minutos, hasta que ella hablo.
—¿Estas en tratamiento? —pregunta.
Yo solo asiento.
—Ya veo...no te gusta dormir, ¿verdad?
Abro los ojos como platos ante la pregunta.
¿Cómo es que sabe eso?
—¿Cómo lo sabe? —cuestiono asombrado.
Como respuesta sonríe, y en unos segundos su expresión cambia a una de tristeza.
—Yo tuve un hijo, y él al igual que tú, estaba en tratamiento —contesta la señora con tristeza —; aunque su tratamiento inicio tarde, y por ello no sobrevivió. —suspira.
Yo sin nada que decir sobre aquello, prefiero guardar silencio y volver a ver la lluvia que se ha aumentado.
"Es mejor callar a recordar un dolor ya pasado"
Si le digo "Como lo siento", le estaré haciendo entender que me da pena de ella. No quiero que sienta más tristeza por su hijo.
—¿Te gustaría, dejar de tener pesadillas? —pregunta la señora llamando mi atención.
—Me encantaría —contesto.
—Si ese es tu deseo —Se incorpora del sillón y se dirige a la entrada del cuarto. Y sin mirarme dice —, yo lo cumpliré. Dulces sueños Asael.
Abre la puerta y se marcha.
Yo quedo desconcertado por lo que acaba de pasar.
¿Quién era ella? ¿Por qué dijo que cumpliría mi deseo?
Mientras intentaba encontrar la respuesta a las preguntas que se formulaban en mi mente; mis parpados me comenzaron a pesar, haciendo que cayera rendido en la cama.
[...]
Abro los ojos, y no sé dónde estoy.
El paisaje es hermoso, está repleto de manzanos y rosas. Es muy tranquilo y solitario.
Por primera vez en tanto tiempo siento paz, pero me duele el pecho, siento que me hace falta algo.
¿Qué me falta? ¿Por qué?
Solo sé, que la señora cumplió mi deseo.
Lo siento, no te agradecí, pero algún día lo haré.
"Gracias mujer desconocida".
Continuara :3...
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Sweet Dreams
Short StoryEn lo profundo de los sueños, donde la realidad se distorsiona y aquello que parece tangible resulta ser una simple ilusión, dará lugar al verdadero significado de lo indeleble.