¿Quién pensaría que los finales felices si existen? Yo me había rendido totalmente, segada por el dolor, y la fría nieve, que me cubría cada vez más.
Pero ese rayo de luz renació de las nubes sombrías, para cargar conmigo el dolor, y sacarme de la nieve.
Ahora me dirijo al lugar donde dejare ir las cenizas de mi madre pero, con la compañía de mi persona favorita. Quien agarra con fuerza mi mano, para que no vuelva a caer en la tristeza.
A pesar que mi final es feliz, siempre habrá la tristeza, aunque sea una pizca de ella.
El llanto suele ser odiado por la mayoría de las personas, pero no debería ser así, ya que gracias a el podemos desahogarnos y sentirnos un poco mejor.
Para mi llorar alivia mi alma, al menos puedo dejar salir una parte de mis lamentos.
—Sigues siendo muy bella, incluso si lloras —dice Asael sonriendo.
Le devolví la sonrisa y con la manga de mi chaqueta limpie mis lágrimas.
—¿Estas segura sobre esto? —pregunta Asael señalando el jarrón donde están las cenizas de mi madre.
Asentí, y solté su mano, para acercarme a la orilla del risco.
Suspire lentamente, y cerré mis ojos por unos segundos.
Repase por última vez los recuerdos de mi madre. Cada abrazo, sonrisa, mueca, acción, cada parte de ella. Esta sería una despedida física, dado que en mi corazón siempre estará, pase lo que pase.
Las despedidas son tan tristes, ¿verdad?
Abrí nuevamente mis ojos, y clave mi mirada en el jarrón, que después abrí.
—Hasta la otra vida...mamá —susurre, mientras dejaba que las cenizas de mi madre se fueran por el aire, y se esparcieran por el cielo celeste.
—Hasta luego, suegra —dijo Asael detrás de mí.
El Adiós, no estará más en mi vocabulario...
Hasta la próxima :'3...
ESTÁS LEYENDO
Sweet Dreams
Short StoryEn lo profundo de los sueños, donde la realidad se distorsiona y aquello que parece tangible resulta ser una simple ilusión, dará lugar al verdadero significado de lo indeleble.