Un cuento para soñar

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—En la vida de aquella chica sólo había aburrimiento, hasta aquel día en que soñó. Se encontró con el bosque más hermoso y pacífico de todos, con enormes manzanos, los cuales estaban cargados de las manzanas más dulces y jugosas. La tranquilidad era su compañera, pero no duro por mucho, pues la presencia de otra persona cambio radicalmente sus sueños.

—¿Otra persona? ¿Esa persona es mala? —pregunta la pequeña, que escucha a su mamá con suma atención. Sus ojos verdes brillan cada vez que su madre le cuenta historias.

—No, era un muchacho sin amigos, un chico en busca de compañía. ¿Sabes que sucedió? —la pequeña negó —. Se volvió el amigo de la chica. Y juntos compartieron, hasta crecer un cariño puro e inocente. La vida de ella cobro sentido con la llegada de aquel muchacho aunque, no todo es color de rosa. Una chica apareció de la nada y hechizo a el chico.

—Oh no —dijo muy triste la pequeña, y sus ojos se cristalizaron.

—No puedes llorar aún, la historia no termina, pues su amiga lo libera del hechizo con un beso —la cría tapa su boca con las manos, y abre los ojos como platos —. Ella no quería renunciar, a su amor.

—Se enamoró, ¿verdad? —cuestiona la niña mientras salta de la alegría, y su madre asiente muy sonriente.

—Todo iba bien, hasta el accidente que su madre tuvo, y eso provocó un horrible dolor a la chica. Su madre murió, y ella fue atropellada.

—¿Se va a morir? —esta vez la pequeña no pudo contener las lágrimas.

—Escucha. La chica olvido al muchacho, pero recuerdos y una anciana fueron de mucha ayuda para que recordara al chico nuevamente. Ellos se encuentran en la vida real y viven felices...

—Por siempre —termina el papá de la pequeña cuando entra a la casa.

—¡Papá! —exclama eufórica la pequeña, y su papá la carga.

—Faltó decir... compartieron sonrisas, lágrimas, abrazos, miedos, emociones, y lo mejor de todo, fue la llegada de una pequeña criaturita —él le besa la frente a la pequeña.

—¿Vamos al parque, Alissa? —pregunta su padre, y ella asiente emocionada.

[...]

—Te faltó mencionar que el chico se llama Asael y la chica Sophie—le recuerda su marido a su esposa.

—Tú Asael, y yo Sophie —corrigió su mujer.

Sí, la pequeña criatura es la hija de Asael y Sophie. Y es la prueba de su amor.

—Te amo, Asael— dijo su mujer y se recostó en el hombro de él.

—Te amo, Sophie —él la imito.

️Juntos por siempre


Fin💗

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